Número de palabras: 2632
Después de cambiarse el pijama por una camiseta y un short deportivo, Ushijima salió de su habitación para empezar su sábado de la mejor manera: trotando durante una hora, desde las 6:30 a.m. hasta las 7:30 a.m.
En la sala encontró a Tendo echado en el sofá, su cuerpo contorsionado en una extraña y visiblemente incómoda posición, era lo de esperarse cuando tu altura supera con creces el tamaño del sillón.
Wakatoshi se tomó el atrevimiento de entrar a la habitación de su amigo para buscar una manta con la cual taparlo, como hacía siempre que el otro dormía en el mueble; aunque últimamente lo había tomado como costumbre.
El castaño había reprendido en varias ocasiones a su mejor amigo por dormir en el sofá en vez de en la cama, ya que se veía a leguas que no descansaba bien ahí y que siempre despertaba adolorido; ahora lo normal era ver grandes ojeras surcar el pálido rostro de Tendo.
Posó su vista en la cocina y, como esperaba, estaba hecha un caos. Varias ollas de acero inoxidable, dos batidoras manuales y un par de refractarias de vidrio estaban sobre el lavabo esperando que alguien llegara a su auxilio y las limpiara de una vez; esa persona no iba a ser Ushijima.
Podía sonar infantil o berrinchudo, pero lavar platos no era la actividad que más lo regocijaba. Estaba dispuesto a ayudar a su amigo de cualquier forma que no fuera esa.
En la semana de evaluaciones Satori solía sufrir de insomnio, por lo que se quedaba en la sala estudiando, haciendo chocolate o entreteniéndose con cualquier otra cosa hasta poder conciliar el sueño, el problema es que aún faltaban un par de semanas para aquella época tan agobiante.
Para Ushijima tampoco pasó desapercibido el constante desánimo del pelirrojo, para ser más precisos después del día de la fiesta en la casa de Bokuto.
Claro que todo tenía un por qué, o por quién.
Según lo que había comentado Satori, Semi lo estaba evitando por algo que había pasado en la dichosa fiesta.
Ushijima no quería inmiscuirse en el problema, después de todo Satori siempre hacía una mueca de tristeza y se mostraba evasivo cada que tocaban el tema.
Eso no le impidió prestar su hombro unas semanas atrás para que Tendo liberara todas sus penas en forma de lágrimas. Cuando le confesó que lo que más le dolía no era que Eita no lo viera de la misma forma, si no que lo estuviera evadiendo... como si su amistad fuera tan frágil como para romperla solo por eso.
Al de ojos oliva le sorprendió de sobremanera ver a su amigo en tal estado, en todos sus años de amistad nunca lo había visto llorar tan desconsoladamente.
De repente el hermoso amor del que tanto escuchaba hablar se asemejó más a un arma de doble filo. Un arma que no dudaría en apuñalarte sin compasión cuando menos te lo esperaras, tomando tu desolación como cobro de toda la felicidad que te daba amar a aquella persona.
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Miradas Compartidas - Haikyuu!! [Omegaverse]
FanfictionMiradas nerviosas desde la distancia. Nombre, Shirabu Kenjiro; estado: en una relación con sus estudios y el profundo enamoramiento por su senpai Ushijima Wakatoshi. Miradas que anhelan ser correspondidas. Nombre, Akaashi Keiji; estado: "felizmente...