32. Tiempo

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Estaba consciente de que su apariencia ese día no era la mejor, por no decir que fácilmente lo podrían confundir con un muerto viviente

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Estaba consciente de que su apariencia ese día no era la mejor, por no decir que fácilmente lo podrían confundir con un muerto viviente.

No es que fuera algo inesperado considerando que no había tenido la mejor noche de todas, el día anterior en sí no había sido de los mejores de su vida.

No cuando su novio le había pedido un "tiempo".

De todos modos, ¿cuánto tiempo era un "tiempo"? ¿Algún día terminaría ese "tiempo" o ya había arruinado su relación por su estúpido orgullo?

Se había cansado de llorar la noche anterior, si así se sentía cuando su relación ni siquiera había terminado oficialmente, no se quería imaginar su estado si de verdad él y Ushijima llegasen a terminar.

El mero pensamiento le hacía doler el pecho y le revolvía el estómago.

Sin ganas, tomó su mochila y salió del departamento apenas con el tiempo suficiente para llegar a su último examen.

Normalmente estaría bastante motivado por el prospecto de las vacaciones que le esperaban al final del día, sin embargo, la situación con Ushijima opacaba cualquier alegría que le aseguraba el receso de verano.

Durante el examen, de alguna manera logró echar a un lado sus circunstancias personales y pudo responder todo sin mayor problema, claro que no revisó tres veces sus respuestas como siempre solía hacer, no tenía suficiente energía para aquello.

Por eso, finalizó con mucho tiempo de sobra y poco le importó ser el primero en salir del aula bajo las miradas de asombro de sus compañeros y del profesor.

Con la capucha del hoodie sobre la cabeza y una cara de malos amigos para asegurarse de que nadie se le acercara, se fue a conseguir algo para desayunar. Siempre se levantaba con el tiempo suficiente para comer con tranquilidad y tener por lo menos una hora para ir a la biblioteca o pasar tiempo con Ushijima, esa mañana lo que menos había tenido eran ganas de salir de su cama.

Por muy triste que estuviera sabía que no era buena idea saltarse las comidas, —Ushijima-san seguramente se molestaría mucho— y ahí estaba otra vez, pensando en el de ojos oliva.

Con paso acelerado, Kenjiro salió del edificio con dirección a la cafetería.

—Flequillo-chan —exclamó alguien a su espalda apenas abandonó la edificación.

Shirabu simplemente siguió caminando, o así fue hasta que el chico de la voz desconocida lo tomó del hombro.

—Sabes que es contigo, ¿no? —dijo el muchacho de cabello rubio ahora a su lado, a Shirabu se le hacía conocido, pero no podía recordar de dónde.

—¿Quién demonios eres y qué quieres? —inquirió con molestia.

Cualquier otro día se hubiera molestado por una situación así, pero justamente ese día estaba hambriento y se sentía asquerosamente mal en todos los sentidos posibles. No tenía ganas de lidiar con nada.

Miradas Compartidas - Haikyuu!! [Omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora