Miradas Compartidas - Haikyuu!! [Omegaverse]

4. Fiesta [1]

Número de palabras: 1501

Bokuto le avisó a su grupo de amigos que los "objetivos" habían llegado. Era hora de intentar poner en marcha su plan.

—Akaasheee, ¡Viniste! —el anfitrión le dio la bienvenida— ¡Y Shibaru también! Vamos vamos, por acá están las bebidas.

Ambos chicos lo siguieron después de un breve intercambio de saludos.

La casa estaba bastante congestionada, los chicos reconocían a una que otra persona de la universidad, aunque la mayoría eran desconocidos para ellos. Kotaro se detuvo en una mesa llena de botellas de alcohol, heladeras con cervezas y un montón de botanas y aperitivos. 

A un par de metros de distancia se encontraban las mentes maestras detrás del plan: Kuroo, Oikawa, Tendo, Daichi y por supuesto Wakatoshi. Daba la casualidad de que Semi y Kenma, quienes eran los únicos otros conocidos de Shirabu además de Bokuto y Akaashi, habían ido junto a Iwaizumi a otro lugar en ese preciso momento.

—¡Akaashi! —exclamó el albino como si de repente hubiera hecho un increíble descubrimiento—. Acompáñame un momento.

—¿Pasa algo?

—No, yo solo... -Echó un vistazo a sus amigos en busca de ayuda y distinguió un par de "Distraelo" vocalizados exageradamente con sus bocas— Yo necesito distraerte -Kuroo se pasó la mano por la cara en señal de exasperación, Oikawa solo soltó una risa "disimulada"—. Eh, digo no es eso -Akaashi no estaba comprendiendo nada, pero todo el asunto le parecía un poco sospechoso. Tendo hizo una mímica que simulaba un baile— ¿Pisar hormigas...?

—Bokuto-san no entien-

—¡Ah! ¡Bailar! Baila conmigo —declaró en un repentino momento de iluminación, lo tomó de la mano sin ningún pudor y lo arrastró al centro de la sala donde ya había personas danzando.

En ese momento la música que sonaba era electrónica así que lo único que se podían limitar a hacer era saltar y mover los brazos como desquiciados. O al menos eso es lo que se puede esperar de una persona normal y evidentemente Bokuto no era una persona normal. Puso sus manos en la cintura de Akaashi y se acercó tanto que ahora sus cabezas casi reposaban en el hombro del otro, parecía que estaban a punto de bailar el vals o algún tipo de música lenta.

—No creo que esta canción se baile de esta manera.

—¿Qué? Soporté muchas prácticas con Kuroo para poder aprender... —dijo apartándose un poco para ver el rostro del menor, se veía notablemente decaído.

—No me molesta si lo hacemos a nuestro modo, Bokuto-san —aclaró, estaba dispuesto a hacer el ridículo con tal de que el de ojos ámbar no hiciera ese tipo de expresión. La luz volvió a los ojos del otro y retornó a la posición anterior.

—En serio eres el mejor, Keiji —murmuró muy cerca de su oído.

Lo único que deseaba Akaashi en ese momento era que su amigo no escuchara los fuertes latidos que producía su corazón a causa de lo que acababa de escuchar.