26. Sayonara, Verano

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¿Cómo llegaron a eso? Realmente Akaashi no tenía idea

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¿Cómo llegaron a eso? Realmente Akaashi no tenía idea.

Ese día fueron a un museo —primer y único lugar elegido por Akaashi entre todos los sitios a los que fueron él y Bokuto durante las vacaciones.

En realidad, Akaashi solo propuso aquella salida debido a la insistencia de Bokuto en que escogiera un sitio al que ir por ser la última vez que podrían disfrutar de tiempo libre, ya que culminaban las vacaciones.

El par de amigos aprovechó muchos días de las vacaciones para pasar el rato juntos —Bokuto de alguna forma siempre lograba convencer a Akaashi.

Normalmente iban a algún centro comercial o un parque, con dos excepciones:

La primera fue un parque de diversiones en el que Kotaro terminó tan mareado que casi vomitó en la montaña rusa, sin tener en cuenta ese detalle, en general, la pasaron bastante bien.

La otra excepción fue justamente la dichosa salida al museo.

Al principio Akaashi notó a Bokuto Bastante interesado en las exhibiciones, pero en algún punto del recorrido el de cabello bicolor se mostró algo inquieto —no podía esperar menos de alguien tan hiperactivo.

Keiji supuso que ir a un museo no estaba entre las actividades favoritas de su amigo, pero le alegró de sobremanera que de todas formas hubiera accedido a acompañarlo.

Aunque, pensándolo bien, si le hubiera mencionado a Bokuto que iría solo a algún lado, el chico habría hecho un berrinche hasta que aceptara su compañía.

Kotaro había estado casi tan sobreprotector como su padre después de enterarse de que Keiji era un omega.

Akaashi sabía mejor que nadie que la preocupación de ambos se debía a su incapacidad de controlar las feromonas todavía.

Bokuto había tratado de enseñarle cómo evitar expulsar feromonas, pero, luego de un par de intentos, decidió que por lo pronto lo más efectivo sería ayudarlo a aprender cómo regular el flujo de las feromonas que emitía en vez de concentrarse en evitarlo totalmente.

Su padre también le había dado algunos consejos para controlar sus feromonas y le habló de lo importante que era mantener la calma si aún no tenía pleno dominio de sus feromonas.

Evidentemente, la teoría no era tan complicada como la práctica.

Por lo general, Akaashi era perfectamente capaz de estar tranquilo y aquello se reflejaba en su impasible expresión, sin embargo, en ocasiones simplemente era capaz de disimular que no estaba para nada calmado.

La gran diferencia era que ahora si sus emociones empezaban a desbordarse un dulce aroma a frutos rojos también hacía su aparición.

Las ocasiones en las que había ocurrido aquel imprevisto no había pasado a mayores, y en dado caso Bokuto lo terminaba cubriendo con sus feromonas.

Miradas Compartidas - Haikyuu!! [Omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora