Número de palabras: 3442
La mayoría del tiempo Shirabu era un buen roommate.
Era un chico tranquilo al igual que Akaashi, aunque en ocasiones tenía sus ataques de ira o estrés, sobre todo con asuntos relacionados a trabajos grupales y exámenes, pero nada destacable.
Era organizado y cumplía sin falta con los turnos que acordaban para cocinar y limpiar. Lograron congeniar hasta el punto de convertirse en buenos amigos, acudían por consejo al otro y se apoyaban mutuamente, era una bonita amistad.
Sin embargo, en días como ese Akaashi se arrepentía de compartir apartamento con alguien más.
Cuando el persistente sonido del timbre mermó, volvió a caer rendido como si nada. No obstante, su paz no duró mucho pues un fuerte grito de Kenjiro lo volvió a despertar ¿Qué mejor manera de empezar el día?
Pensó en ignorar el alboroto, pero supuso que el castaño no armaría un escándalo por una nimiedad. Menos un sábado a las 7 a.m.
De mala gana se desperezó, se puso las pantuflas y salió a la sala vestido únicamente con una camiseta ancha —ex propiedad de Bokuto, el cómo llegó a sus manos es otro asunto— que le cubría la retaguardia y dejaba entrever sus boxers.
El cambio de la completa oscuridad —del interior de su habitación— a la excesiva luminosidad —de los primeros rayos de sol que iluminaban la sala— lo cegó por un momento. Cuando sus ojos se acostumbraron a la luz, creyó seguir medio dormido al divisar a Semi sentado en su sofá y junto a él, un Shirabu con el ceño fruncido, aunque lo último no era novedad.
—¿Oya? ¿Semi-san? —exclamó el pelinegro, mientras se restregaba un ojo con el puño cerrado para no caer en la tentación de quedarse dormido ahí mismo.
—Buenos días —saludó el mayor.
—¿Qué ocurre? —preguntó el recién llegado al notar la extraña atmósfera.
—Dependiendo de qué decida Semi-san, vamos o no a ser tíos —respondió Shirabu antes de volver a tomar otro sorbo de su té.
—Te dije que no es así —Eita lo miró con molestia.
—Ya, que no lo quieras aceptar es otro tema.
—Más despacio, mi cerebro no puede procesar tantas indirectas a esta hora —interrumpió el oji-azul.
—Mi celo debió llegar hace un mes, no le presté mucha atención porque soy un omega recesivo así que en ocasiones no son muy notables —tomó la palabra el cenizo.
—Aún así debiste ir al médico.
—Eres un maldito exagerado.
—¿Semi-san no es beta? —interpeló Akaashi, asombrado.
—Es una especie de secreto, en la universidad solo lo sabe mi compañero de cuarto y Kenjiro lo descubrió por accidente —aclaró el aludido—. El caso es que mi periodo debió llegar hace dos semanas, me pareció extraño porque mi ciclo es lo único estable en mi vida... —dijo con voz entrecortada.
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Miradas Compartidas - Haikyuu!! [Omegaverse]
FanfictionMiradas nerviosas desde la distancia. Nombre, Shirabu Kenjiro; estado: en una relación con sus estudios y el profundo enamoramiento por su senpai Ushijima Wakatoshi. Miradas que anhelan ser correspondidas. Nombre, Akaashi Keiji; estado: "felizmente...