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Sus ojos aun ardían producto del llanto que derramó la noche pasada y en el transcurso de ella, sumándole el no poder dormir durante horas después de que su, ahora, esposo se marchó a dormir dejándolo solo, confundido, herido y al mismo tiempo que dándole la privacidad que necesitaba consigo mismo después de varios días sin poder estarlo.
Su vida había cambiado de una manera jamás imaginable o posible que debía reflexionar sobre todo, aún no terminaba pero había avanzado un poco.

Le parecía todo un sueño surrealista sacado de algún cuento que solo pasaba dentro de los libros, más no en la realidad. Su propia realidad.

Su cuerpo por alguna razón lo sentía adolorido y cansado apesar de haberse acabado de despertar, miro su ropa la cual era la misma que había utilizado en la ceremonia, la habitación estaba en silencio y la luz de la mañana se lograba colar en las cortinas blancas, unas cuantas velas se habían consumido y otras se habían apagado antes de hacerlo, los pétalos de rosas estaban un poco marchitas pero seguían dándole un toque romántico y lindo a la habitación completa, las cortinas de las ventanas a pensar de estar cerradas dejaban colar la luz de la mañana.

A simple vista, todo parecía estar como lo recordaba la noche anterior, lo poco o mucho que su miedo e incertidumbre le dejo creer y ver. Se bajó de la cama con miedo de siquiera tocar el piso a sus pies, sus piernas dolieron sin evidente razón guiabdolo a  dónde sus maletas estaban, dos de ellas en la esquina de la habitación.  Dándose cuenta por primera que el lugar donde había dormido era enorme, más de lo que recordaba y de lo que había podido apreciar en si ingreso, varios muebles y sofás lujo la decoraban adornados de pétalos de flores un poco marchitas.
Sus piernas cansadas lo llevaron a dónde sus pocas pertenecías manchaban las cuatro paredes de la lujosa habitación.

Abrió su maleta, negra,  la que recordaba tener en casa, encontrandolo algunos juegos de ropa; algunas camisas, suéteres, pantalones y ropa interior. Busco en la otra maleta encontrando lo mismo, por lo que tomo una camisa larga y cómoda, unos pantalones deportivos anchos y su suéter. Su ropa era, casi toda, deportiva y cómoda, muy pocas veces utilizaba algo distinto a ello. Por lo que era lo único que podía usar y tenía a la mano en esos instantes.

Tomando su ropa en mano regreso a la cama y se dispuso a quitarse el conjunto nupcial que había utilizado horas antes, era bonito todo el conjunto pero le parecía demasiado lujoso, excéntrico y poco cómodo para su gusto y preferencia. Las joyas habían sido la cereza más extraña que pudiera haber tenido.

Una vez se cambio a su ropa cómoda y propia acomodo el traje sobre la cama con cuidado procurando lo hacerle ningún daño más del que ya le había hecho; miró el conjunto descansar sobre la cama rebobinando los recuerdos del día anterior sintiéndose nostálgico y decepcionado consigo mismo, por lo sucedido.

Pero las cosas se le escaparon de las manos.

Suspiró profundamente conteniendo el llanto que se avecinaba y que no quería que bajara, no en esos momentos.
Sus ojos aún ardían y dolían por el llanto pasado.

De acercó a la puerta no sabiendo a dónde más ir, porque no conocía algo más que el lugar donde estaba.
Entre abrió la puerta en silencio y evitando ser notado por alguien más, aunque no supera si realmente había alguien más ahí.
Un pasillo largo fue lo primero que pudo distinguir a su alrededor, algunas pinturas que no había visto la noche anterior y pocas puertas a los lados, avanzo siguiendo su instinto y dejándose guiar por las escaleras que se encontraba a su lado izquierdo, temeroso de lo que pudiese encontrar.
Sintiéndose vulnerable en un lugar que no conocía y que desconocía totalmente.
Al ver se solo y desamparado.

Bajo lentamente las escaleras evitando hacer ruido con sus pasos al caminar y sosteniéndose del barandal de las mismas para evitar caer. La casa parecía estar totalmente vacía porque el silenció era sepulcral dejándole solo escuchar su propia respiración y sus pasos al caminar.
Todo era blanco, desde las paredes hasta algunos muebles. Demasiado blanco que tuvo miedo de ensuciarlo con su propia presencia.
Busco a su alrededor esperanzado de no encontrar a alguien más, pero al mismo tiempo esperando encontrar a alguien, menos a Yoongi, no quería verlo a la cara después de todo lo acontecido entre ellos, tenía miedo de encontrarlo y que lo obligará a hacer cosas que no quisiera ahora que estaban legalmente casados, temía por qué algo como eso ocurriera. Ambos eran dos completos desconocidos que por circunstancias adversas terminaron juntos,  había escuchado algunos rumores de los miembros del clan Min y ninguno de ellos eran buenos o algo humanos, en los medios de comunicación muy rara vez se hablaba de algún esposo omega y si se lograba hablar solo se encontraban criticas sobre ellos y de las circunstancias en las que vivían; llenos de lujos pero apresados bajo el dominio de sus alfas y en control de sus reglas. 

Ahora no sabia que esperar sobre su futuro incierto, muchos de esos omegas habían renunciado a sus sueños y trabajos una vez que se casaron con un Min, entre ellos el caso mas controversial y polémico fue el de una famosa actriz que estaba en su época de brillo, antes de casarse dejo su carrera y después ya no se supo nada de su vida.

El no era alguien famoso ni importante pero temía por su libertad y vida ahora que se había condenado a ese matrimonio y que estuviera esperando un bebe. Quería hijos pero no tan joven y con un alfa como un Min, se estaba apresurando en juzgarlo pero los rumores y medios no le daban mas opciones. Sumándole el hecho de que en cuanto se enteraron que estaba embarazado lo obligaron a casarse y aguardar el secreto de como se habían unido.

Escucho un pequeño ruido a la lejanía asustando lo, detuvo sus pasos para buscar a su alrededor no encontrando a nadie ahí, espero algunos segundos más logrando escuchar el ruido de cubiertos y platos chocar entre si, reconocía ese sonido singular en donde quiera que vaya. Tímidamente siguió los ruidos que a su paso se incrementa van hasta llegar a un enorme comedor, un centro floral decora la mesa mientras dos sillas permanecían a los lados contrarios, uno frente al otro.

— Justo estaba por ir a despertar te.— se dio la vuelta al escuchar la voz de Yoongi a sus espaldas, su Omega se encogió en su interior temeroso de la presencia del alfa frente a él.

— Toma asiento, el desayuno está listo.

MORDIDO POR ERROR♣ Yoontae♣Donde viven las historias. Descúbrelo ahora