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Las luces blancas dejaban ver lo lujosa pero vacía casa en la que estaba viviendo, sin vida ni color que el mismo blanco parecía enfermo y triste sin nada que le diera calidez al interior de la misma. El silenció desgarrador le hacía compañía mientras avanzaba haciendo que el eco de sus zapatos fuera escuchado claramente mezclado con el sonido de los cubiertos colocarse en la mesa del comedor a la distancia, siguió los sonidos con pereza y cansancio sintiendo su cuerpo estresado por el ajetreo del día y la acumulación de los días anteriores, estallando lentamente en su interior.

El trabajo y estrés estaban siempre presentes al igual que los problemas que surgían de la empresa y con su familia paterna. El chisme parecía no cesar a pesar de que su hermana y él hacían todo lo posible para controlarlos y evitar que rumores infundados se propagaran con más intensidad.

La impaciencia de sus tíos estaba acabado con su amabilidad y serenidad, algo que sin duda explotaría antes de tiempo. Las cosas se complicaban cada ves más y con ello las pocas posibilidades de mantener a los medios alejados de sus asuntos. No había día en que algún reportero no lo siguiera ni que estuviera buscando la forma de colarse dentro de la empresa y descubrir el rumor que seguía en pie y que no se atrevía a desmentir tan descaradamente, no por ahora, por más que los días pasaran. Apostaría lo que sea a qué uno de sus tíos estaba pagándole a la prensa mucho dinero para seguirlo hasta el cansancio, solo que no podía descubrir de quién se trataba.

En sus planes estaba revelar su matrimonio y paternidad pero la inestabilidad de los problemas aún no era el momento idóneo para revelar aquello. La  demás familia Min sería la primera en armar un escándalo público seguido de los periodistas y chismosos de la élite, por lo que debía tener precaución con el tema, más aún al tener a su esposo en cinta. No debía alterar su estado con problemas de ese tipo.

— Bienvenido señor, la cena está lista. En cuanto ordene la sirbo.— negó por el momento sacándose el saco del traje para después colocarlo en el respaldo de la silla.

— ¿Mi esposo ya ceno? — preguntó buscándolo con la mirada, ciertamente eran pocas las ocasiones en las que cenaban juntos pero en las que lo hicieron el Omega era puntual en estar ahí. Era inusual llegar temprano a su hogar por lo que debía suponer que el su esposo estaba arriba, quizás descansado dado que lo había notado estresado con sus deberes de la universidad.

— No señor, antes de irse el señor Taehyung dejo la orden de que solo se preparará la cena para usted dado que el no cenaría en casa. — aquello le sorprendió un poco pero no comento nada.

— Gracias, cenaré en diez minutos.— se dio vuelta, retirándose del comedor.

Subió las escaleras, en dirección a su recámara siendo acompañado por el sonido de sus zapatos contra el mármol del suelo.
La falta de comunicación en su matrimonio era evidente al igual que la poca confianza que se tenían, desde que se casaron no habían entablando una conversación casual o siquiera para saber más del contrario. Él en el trabajo y su esposo con sus deberes en la universidad, ambos ambientes completamente diferentes en muchos sentidos.

El Omega pareciera que le tenía miedo y lo evitaba al estar en la misma habitación tampoco es como si él hiciera algo para solucionarlo, las cosas en la empresa no marchaban bien y no podía dar señales de tener esposo, no por ahora. Y las cosas con su abuela estaban mal; la matriarca Min había sido internada en el hospital por complicaciones en su salud haciendo que se mantuviera alerta en cada momento.
Por consejo de sus padres contrato más seguridad para su casa y así proteger a su familia, sus tíos y primos podían estar tramando algo ahora que la abuela Min estaba en el hospital.

Se ducho y cambio su vestimenta por una más cómoda y sencilla que los trajes que usaba en el trabajo.

Miro la hora en su teléfono percatando que faltaba poco para las nueve de la noche,  no era tan noche pero si peligroso para un Omega como lo era Taehyung, su esposo.

Bajo a cenar mirando fijamente la pantalla frente a él esperando algo que no entendió y que jamás le había sucedido, el tiempo pareciera correr rápido pero a la vez avanzaba demasiado lento, burlándose de él y de su preocupación por no saber dónde estaba su esposo, en tiempos de alerta como esos no podían darse el lujo de andar como si nada por la calle, lo que lo calmaba y lo mantenía a ralla era saber que no estaba solo, tenía aún excelente guardaespaldas siguiendo sus pasos.

Cenó más calmado de lo que hubiera deseado siendo acompañado por el silencio ensordecedor del que ya estaba acostumbrado, un silencio que desde hace mucho le hacía compañía, mismo que le daba los mejores momentos y pensamientos para triunfar y estar bien con sus pensamientos.

Placer y pecado para aquellos que no ser fuertes de mente.

Bebió de la copa de vino amando la sensación refrescante y deliciosa en su paladar después de un día duro pero que era parte de la vida y de su profesión.

Se acomodó contra el respaldo del sillón dejando su copa de vida y tomando el teléfono celular que vibro sobre la mesa frente a él, el nombre de su hermana apareció en primer plano por lo que atendió poco sorprendido.

—¿Los interrumpo?

— En absoluto.

— ¿Taehyung ya se fue a dormir o sigue a tu lado?

— Salió, no está en casa. ¿Por qué lo preguntas? — se levantó del sillón, caminando lentamente en dirección a los ventanales de la sala con vista a la alberca.

— Creí que estarían juntos celebrando a lo grande..

— ¿Celebrar que? — la confusión fue evidente para su hermana quien se quedó en silencio del otro lado de la línea. — ¿Qué sucede? ¿Qué tendríamos que celebrar?

— ¡¿Que rayos te pasa?! ¡Eres un idiota hermano! — la escucho despotricar contra su persona no entendiendo nada del porque lo hacía.

Las luces de un auto iluminaron a través de los ventanales informándole que su esposo había llegado.

— Hoy fue la graduación de tu esposo, ¿Acaso lo olvidaste? ¿Que ocurre contigo?

¿Graduación? ¿Hoy?

¡Maldición! Cómo sucedió que no se dio cuenta de ello, olvidó una fecha importante para su esposo.

— Te cuelgo.— informó colgando la llamada al escuchar la puerta principal abrirse.

Su mirada busco inmediatamente al Omega quién se adentraba con lentitud, en sus brazos llevaba tres ramos de flores haciendo juego con su vestimenta, sus lentes grandes y redondos resaltaban en su rostro, haciéndolo ver adorable y tierno con  su vientre sobresaliente apesar de usar ropa más grande que si talla.
No sabía que decir, que comentar o si debía felicitar. Era un hombre con experiencia en negocios y convencimientos en los negocios pero en ese momento no se le ocurrió nada para decirle a su esposo.

— Llegaste — fue lo único que logró comentar después de varios segundos largos de silencio.

— Me disculpo por llegar tan tarde, no volverá a suceder.— descifró el miedo y pánico en su cuerpo que mal contenido trataba de ocultarlo haciéndolo sentir culpable y muy avergonzado. Miro atónito la inesperada venía de Taehyung hacía él.

— Es también tu casa, no tienes que disculparte.— seguro con suavidad no queriendo asustarlo, su intención era buena.

— Está bien, ya es tarde creo que debo ir a dormir.— lo miro avanzar a las escaleras sosteniendo sus flores y con su mano contraria sostenerse del barandal de las escaleras.

El Omega era lindo, no había duda pero no existía amor ni confianza en su matrimonio lo que complicaba todo, la incómodad siempre salía a relucir cuando estaban juntos. Las palabras quedaban atoradas en su garganta al querer expresarla.

Quería disculparse por a ver olvidado una fecha importante para el Omega pero no sabía cómo o si quiera correcto hacerlo cuando ya era demasiado tarde.
Taehyung era su esposo y Omega más sin en cambio no eran nada, iban a ser padres y compartían la marca que los unía para siempre pero pareciera que eso lo había pensado más complicado.

— Felicidades..— susurro cuando antes de que la espalda de Taehyung desapareciera en el segundo piso.

¿Que podía hacer?

MORDIDO POR ERROR♣ Yoontae♣Donde viven las historias. Descúbrelo ahora