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Sentía que lo que estaba haciendo era inapropiado y poco amable de su parte pero realmente necesitaba el trabajo, debía la renta del mes y la despensa se le terminó completamente desde hace tres días pero que gracias a Taehyung seguía comiendo bien, necesitaba el trabajo para dejar de ser una carga para su amigo que tenía muchos problemas que atender con su matrimonio como para preocuparlo por sus cosas. La sensación de ser una carga no era agradable para su orgullo y esfuerzo.

Sabía que podía estar siendo egoísta e inmune a lo que sucedía con la familia Min con su perdida pero realmente necesitaba la entrevista y el trabajo para subsistir.

El edificio enorme frente a ella lucía imponente e intimidante a la vista de cualquier persona, los ventanales enormes reflejaban lo costoso y lujoso que era el edificio, las personas entraban y salían vistiendo prendas casas y elegantes con nula comparación a la que cubría su cuerpo.

A simple vista denotaba su estatus y poder económico, tal vez ni siquiera debía estar ahí, dejar de la lado la idea de entrar a ese lugar llendo recomendaba por la señorita Min quien era dueña de ese lugar imponente al igual que su familia.

Suspiró con miedo al verse indecisa ante lo que debía o no hacer, quería entrar pero al mismo tiempo sentía que no estaba haciendo lo correcto.

¿Y si defraudaba la confianza de aquella alfa?

¿Y si no lograba pasar la entrevista?

Afianzó el bolso a su hombro esperando que la suerte estuviera de su lado y le ayudará a conseguir el empleo.

Avanzó con pasos lentos y pesados asia la entrada del edificio rogando al cielo que le ayudará, trató de tranquilizar su respiración cuando las puertas giratorias de abrieron a su llegado.

La inseguridad recorrió su cuerpo ante cada paso que daba, evitando mirar a los lados por medio a arrepentirse e irse del edificio sin probar suerte.

No era una persona expresiva lo que le jugaba en contra a la hora de socializar, y su cara sería siempre le causaba problemas cuando hablaba. No sabía si debía sonreír o mantenerse sería al hablar porque cualquier de sus opciones podría jugarle en contra.

Saludo cordialmente a la recepcionista quien le saludo de igual manera manteniendo una media sonrisa que le tranquilizó un poco.

— ¿En qué puedo ayudarle? — le pregunto la mujer después de algunos segundos en los que se quedó en blanco sin poder decir algo.

— Vengo de parte de la señorita Min, soy Lee Ji-Eun.— confesó con miedo no sabiendo que más podría agregar a lo dicho, ¿Debía decir que iba por el trabajo?

Varios días habían pasado desde aquella vez que le dijo que fuera a ese edificio pero no pudo ir antes dado que fue apresada en la mansión de Taehyung, nadie logró entrar ni salir de esa casa por días enteros después del funeral de la matriarca Min. Y hace tan solo un par de horas que logró salir partió rumbo a la entrevista que dudaba seguía en pie.

Miró a la Omega revisar algo en la computadora por varias segundos.

— Tome el ascensor al piso ocho, segunda puerta de la izquierda y diríjase a la oficina del señor Choi lo estará esperando.

Los nervios incrementaron aún más provocandole náuseas al saber que debía pasar una prueba más grande que entrar al edificio.

El tiempo en el elevador le pareció entreno y al mismo tiempo demasiado corto asustandola al no saber que debía decir o como comportarse en una situación similar, en una entrevista que tenía el peso y la recomendación de alguien importante dentro de la empresa, la misma persona que le desagrada al mismo tiempo, y que con esto le debía un enorme favor que sabía tendría que pagarlo con creces.

Lo presencia de esa forma.

Odiaba con toda el alma pedir favores pero en esa situación no podía darse el lujo de rechazar la ayuda de aquella mujer.

Cuando el ascensor se detuvo salió de la caja metálica con miedo y temor de cometer un error que le causará la negación del empleo, las personas pasaban a su lado sin darle importancia a su presencia, yendo y viniendo de un lugar a otro con papeles y telas de diferentes colores, texturas y tamaños. Mujeres hermosas paseándose por doquier lado provocandole inferioridad al recordar que no pertenecía a ese mundo tan elevado.

Sus pasos lentos le cuasaron inseguridad entre más se adentraba al piso que le indicaron debía estar, buscando la segunda puerta de la derecha.

No diviso las puertas ni algo que le indicara que estaba en el piso correcto, por lo que se atrevió a acercarse a un par de chicas que platicaban entre ellas.

— Disculpe, ¿Podría decirme dónde queda la oficina del señor Lee? — preguntó aguantandose las ganas de maldecirlas por las miradas que le dieron a su cuerpo y vestimenta.

— Es el siguiente piso, puerta dos.— hablo una de ellas con rapidez volviendo a la plática que tenía con la otra pelinegra.

Bueno al menos sabía que estaba en el lugar equivocado y que debía irse de ahí cuánto antes.

Regreso al ascensor poniendo mayor cuidado en los botones del mismo y evitar equivocarse nuevamente, tal vez los nervios le habían hecho confundirse, ciertamente lo creía.
En menos de un minuto ya estaba en el piso que le indicaron, nada comparado al anterior. Esté tenía escritorios y personas trabajando en cubículos pequeños, más formales respecto a la vestimenta pero al mismo tiempo cómodos.

Avanzó con algo de inseguridad al percatarse de que nadie la miraba ni siquiera de su presencia se percataron algo que agradeció mucho.

Un par de pasos dio cuando se detuvo al reconocer la inconfundible figura de aquella mujer, un traje negro completamente cubría su cuerpo, nada comparado a lo que usualmente portaba, y que lo atribuyó a la reciente partida de su abuela.

Se acercó con la intención de darles sus pésames pero se detuvo a un par de pasos cuando miró a una Omega darse un abrazo, agachó la mirada en consecuencia sabiendo que podría ser un momento íntimo y muy personal de la vida de la mujer.

Conforme los segundos pasaron la incomodidad se instaló en su cuerpo al mirar la escena que parecía ser de dorama, la alfa lucía triste y decaída pero trababa de ser fuerte mientras que la Omega se mantenía inmune al dolor ajeno, su semblante sería mientras negaba algo que no escucho pero que pudo entender fue duro para la alfa que jamás en el tiempo que llevaba de conocerla la había visto así.

Las miró alejarse no sabiendo a dónde más mirar al ver qué aquella Omega rechazaba un nuevo abrazo de la alfa y negaba con la cabeza sin titubeos.

Parecía duro y muy triste aquello que se le negaba a una mujer tan imponente como lo era ella.

MORDIDO POR ERROR♣ Yoontae♣Donde viven las historias. Descúbrelo ahora