Cápitulo 2: Nerves and Turtlenecks

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Ok, Annabeth. Tú puedes hacer esto. Tú tienes el control. No te preocupes, ese chico no te esta viendo. Te ves bien. Deja de jugar con tu cabello , ¡Para!. Tranquilízate.

Annabeth se detuvo en el pasillo de la Academia Bolt y se quedó mirando el mapa que traía en la mano. La escuela era grande, realmente grande. Al menos más grande de lo que los folletos la hacían ver. Era como si estuviera caminando a través de un laberinto. ¿Cómo se suponía que encontraría su dormitorio y no morir de hambre en el proceso?

Para ser una escuela de alto nivel, realmente estaba sobre todas sus expectativas. La arquitectura clásica Greco-Romana era el sueño húmedo de todo nerd. Quizás por eso se perdió en primer lugar, estaba más ocupada  estirando el cuello para poder mirar cada arco, frontón y balaustrada que poniendo atención hacia donde la llevaban sus pies.

Los pasillos estaban pavimentadas con mosaicos de porcelana, salpicados de antigüedades de la época clásica en pedestales. La mayoría de la construcción estaba abierta para poder apreciar mejor el exterior durante el verano o el otoño. Era una gran ventaja que la escuela estaba a las afueras de Los Ángeles, de lo contrario, tener clases a mitad de la nieve no iba a ser bueno.

Annabeth dejo su maleta y desenrolló el mapa un poco más, tratando de averiguar si ya había pasado la cafetería o no. Incluso puso el mapa de cabeza, con la esperanza de encontrar algún lugar de referencia, cuando una amable voz le hizo levantar la cabeza:

–¿Estas buscando algún lugar en especial?–.

Él era rubio, alto, ancho y, como ella, vestía el uniforme de la academia- un pantalón color caqui, un saco negro y una corbata morada con dorado que llegaba hasta el ultimo botón de la camisa. Cuando sonrió, la cicatriz en su labio le dio mas aire de amistoso de lo que ya era.

–Uh, si– dijo, haciendo su mayor esfuerzo para mantener la voz grave,–Dormitorio treinta y seis, Edificio C–.

–Ya veo, el nuevo compañero de Jackson– dijo frunciendo el ceño ligeramente.

Annabeth no estaba segura si se suponía que debía saber quién era su nuevo compañero , pero el chico no le dio la oportunidad de averiguarlo.

–Voy para ese lado, puedo llevarte si quieres–.

–Eso seria genial, ¡Gracias!–.

Él señaló  en dirección en la que iba originalmente y ella se apuró a recoger su maleta.

–Obviamente eres nuevo aquí– dijo él sobre su hombro cuando ella lo alcanzó.

–Si, recién transferido–.

–¿Cuál es tu carrera?–

–Arquitectura–.

–Oh ¡wow!, Entonces estás en el lugar correcto,– dijo tendiéndole la mano, –Mi nombre es Jason. Jason Grace–.

Annabeth la tomó y la sacudió. –Andrew Chase–.

–Encantado de conocerte–.

–Si, igualmente–.

Thalia no había mencionado el hecho de que su hermano era, básicamente, completamente opuesto a ella, eran como el día y la noche, incluso por su cabello. Fue pura suerte que él fuera la primera persona en conocer ahí, a pesar de que ya había escuchado de él, no pudo evitar sorprenderse. Era como si él tuviera un sexto sentido, detectando cuando alguien se sentía fuera de lugar para que él pudiera llegar y salvar el día.

Thalia se había emocionado cuando Annabeth le dijo que iría a Bolt. Inmediatamente le hizo saber que su hermano también asistía a esa escuela.

La forma en la que Thalia hablaba de él no preparó a Annabeth para el encanto que irradiaba. Ella le había mostrado con el celular una foto o dos de él, pero estas no capturaban la escultural forma en la que se movía al caminar.

I Got a BoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora