004. 𝗰𝘂𝗮𝘁𝗿𝗼

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Ya era por la mañana. Mackensie se levantó y se vistió. Se puso unos leotardos negros y encima una falda. Cogió la camiseta blanca y encima de esta se puso el jersey negro con el logo de Ravenclaw. Cogió la túnica y se la acomodó.
— Buenos días, Mackensie— saludó una voz femenina. Mack se levantó y la miró con una gran sonrisa.
— Buenos días, Hal— Se volvió a girar para mirarse al espejo.
Halina compartía cuarto con Mackensie desde segundo curso. Se llevaban bastante bien pero no se consideraban amigas. De momento, claro. La vida da muchos vuelcos. Halina, que ya estaba vestida se peinó. Se recogió el pelo en una cola alta.
— ¿Tienes comida para gatos de sobra?— preguntó. Mackensie la miró—. Es que mis padres se olvidaron de mandármela ayer, y ahora mismo Miffy no tiene comida. Y tampoco quiero que le quite comida a Moon.
— Claro. Esta en el cajón de abajo de mi mesita de noche. Coge lo que quieras— Halina le agradeció y salió con una sonrisa.

🐺

Salió de la sala común y se dirigió al Gran Comedor. Solo le tocaba rezar para que la primera clase de su quinto curso no fuera Pociones.
Era bastante buena en todas las asignaturas, pero el año pasado ya empezó con esa clase y fue un completo desastre. Y este año creyó oír que empezarían con los filtros de amor: Amortentias.
Tenía ganas de una clase de Adivinación o té Transformaciones. Nada más. Ya solo le quedaba rezar.

Llegó al comedor, donde se sentó en la mesa más alejada de la puerta en la parte derecha. Para ella, claro. Se sentó y justo después aparecieron Jason y Jayvyn. Los cuales se sentaron a los dos lados de Mackensie.
— Buenos días, Mack— saludo Jason. Enseñando su sonrisa perfecta. Se acomodó el pelo y volvió a mirar a la chica. Las mejillas de Jas se sonrojaban cada vez que sonreía. Un gesto que a Mackensie le parecía súper tierno.
— Buenos días, compañera de no-profesión oficial— añadió Jayvyn. Se acomodó las gafas y le paso la mano, rápidamente, por el pelo a la chica. Despeinando su corto cabello rubio.
— ¡Ey! Que estaba peinada— dijo—. Buenos días Jason. Tú no tendrás unos buenos días de mi parte.
Jayvyn hizo pucheros y abrió los ojos. Puso una carita de pena a la cual Mackensie no se podía resistir.
— Porfa— le suplicó. Jason sonrió ante el gesto de dolor fingido de su hermano gemelo. Mackensie sonrió y soltó una pequeña carcajada.
— Buenos días a ti también— Jay hizo gesto de triunfo y volvió a reír.
Estuvieron hablando por un rato esperando a que apareciera la comida en los platos de enfrente de cada uno. La profesora Mcgonagall paso por en medio la sala y movió la varita. Todos los platos de las mesas (incluidos los que todavía no tenían a nadie enfrente, porque no había llegado) y anunció que podían comer. Cuando llegó a la mesa de los profesores cogió un montón de pergaminos recortados. Eran los horarios.
Dio un toque con la varita a los dos primeros montones. Mackensie supuso que eran los de primer y segundo curso. Los cuales no tenían asignaturas de más. Luego, pidió ayuda al profesor Flitwick para que repartiera a los alumnos de tercer, cuarto y quinto curso. Ella repartiría a los de sexto y septimo curso.
El profesor de encantamientos tendió los horarios al trío de amigos. Mackensie le dio la vuelta y lo miró.
«Pociones no, por favor, Pociones no», se repetía Mack, en su cabeza. Cerró los ojos cuando dio la vuelta al papel. Cuando lo movió en el aire para ponerlo recto, abrió un poco el ojo izquierdo para mirar la primera clase del Martes 2 de Septiembre del 1975.
— ¡Transformaciones!— gritó, emocionada Mackensie. Abrió los ojos por completo y dejó caer la hoja sobre sus piernas. Los gemelos la miraron con una sonrisa.
— ¿No querías dar Pociones como el año pasado verdad?— supuso Jason. Y estaba en lo correcto. Se podía decir que Mackensie llevaba toda la noche pensando en eso.
— Pues si. Todas las clases que quieras menos Pociones— rio—. Espero que a Maddir no le haya tocado Pociones.
Busco a la morena con la mirada, pero no la encontró. Estaría más alejada o todavía no se había despertado. Tenía una hora para hacerlo.
— Luego tenemos... Cuidado de Criaturas Mágicas— añadió Jay, mirando a sus amigos—. Con la casa de Gryffindor...
Jason miró a su amiga y hermano.
— Yo soy Defensa Contra las Artes Oscuras. También con Gryffindor...— añadió.
Los dos miraron a la chica, buscando una respuesta coherente al horario.
— Tendremos las dos casas Cuidado de Criaturas Mágicas y Defensa Contra las Artes Oscuras y nos habrán dividido— explicó—. Mirad. El jueves, Jay y yo, a tercera hora tenemos Artes Oscuras, pero tú tienes cuidado de criaturas. Así que si, nos han dividido las clases.
— Tiene sentido— concluyeron los gemelos.
Dejaron el horario a parte y se centraron en desayunar. El desayuno estaba buenísimo (como siempre) pero como todos los años, el primero siempre era el mejor. Por alguna razón inexplicable.
Luego tendían Transformaciones, con la profesora Mcgonagall. No es que tuvieran las ganas de siglo en tener a primera hora dicha clase, pero como se les ha podido notar, preferían eso que a Pociones.
Mackensie se alegró. Por que aunque no vio a Madison la vería después. O eso esperaba. Si no estaba en Cuidado de Criaturas Mágicas, estaría en el descaso de dos horas que tenían después. Así que, solo tenía que tener presente la paciencia que tanto le caracteriza. Cuando terminó de desayunar salió de Gran Comedor, dejando a los gemelos allí, y se dirigió a la sala común de su casa para coger los libros de Transformaciones. Cuando giró hacia la izquierda se chocó con un chico.
— Lo siento— se disculpó Mackensie. El chico se quitó las gafas después de mirarla—. Eh, ¿tú eres James Potter, cierto? El que nos pidió ayuda en el tren para encontrar a sus amigos.
El chico asintió.
— Así es. Soy yo— rio. Dando vueltas a sus gafas—. Y por si te lo preguntabas, los encontré.
Mackensie soltó una risa nerviosa. Se miraron a los ojos con una sonrisa.
— Encantada de conocerte James. Ahora te dejo que tengo que coger mis cosas— la chica lo rodeo y subió las escaleras.
— Igualmente...— se dio la vuelta y miro a la chica, haciendo un gesto con la mano para que la chica se presente.
— Mackensie Dyer— añadió desde arriba.
Se dio la vuelta para regalarle al chico de gafas una sonrisa amistosa.
— Igualmente Mackensie— terminó su frase, se colocó las gafas y se metió en el Gran Comedor.

— Igualmente Mackensie— terminó su frase, se colocó las gafas y se metió en el Gran Comedor

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KENSIE ━━ remus lupinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora