031. 𝘁𝗿𝗲𝗶𝗻𝘁𝗮 y 𝘂𝗻𝗼

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REMUS

Desde que Mackensie vino a visitarme me encuentro muchísimo mejor. Física y mentalmente. Me ayudo mucho hablar con ella sin filtros. Me dijo que me quería... Mucho. Que me quería y mucho. Parece que el sentimiento es mutuo, y estoy muy feliz. Yo la quiero demasiado.

La señorita Pomfrey ya había empezado con mi rehabilitación. Ya podía mover los brazos y andar. Poco, pero podía. Además ya me han quitado las vendas del pecho y del brazo. Las heridas ya están cicatrizando.
Ahora mismo me encuentro dando la segunda vuelta a la enfermería, desde la puerta a mi camilla y viceversa. Kensie me dijo que vendría a visitarme así que supongo que estará al caer.
Ya estoy llegando a mi camilla cuando:
— Buenos días— Esa voz que tanto me gusta escuchar. Me giré y le sonreí. Iba con su túnica de Ravenclaw que tan bien le quedaba—. ¿Cómo estás?— me preguntó mientras nos acercábamos él una al otro, estiré mis brazos lo máximo que pude para abrazarla.

MACKENSIE

Estaba despidiéndome de los chicos para volver a la enfermería a ver a Remus. Ya estaba mucho mejor y la señorita Pomfrey estaba empezando con la pequeña rehabilitación.
A Hugh ya lo habían enviado a su propia habitación, con medicamentos mágicos incluidos.
— Buenas días señorita Dyer, pase, pase— me invitó la señorita Pomfrey—. Está despierto.
Le sonreí y me dirigí hacia el final de la enfermería.
— Buenos días— dije. Remus se giró y me sonrió—. ¿Cómo estás?
— Ahora que estás tú, bien— me respondió mientras me abrazaba. Sentí como me ruborizaba y como sonreía nerviosa.
— Me alegra que te guste mi compañía— reí—. ¿Y como va los ejercicios?
— Ya sabes que soy deportista profesional— lo miré sería—. Vale, ya sabes que soy... Que soy, a secas.
Reímos. Me acerqué a un taburete de al lado de una camilla y me senté.
— No ahora en serio, voy bien y mira— se levantó la manga del brazo—. ¡Ya no tengo vendas! Ni aquí ni en el pecho.
Tenía una sonrisa en la cara como un niño chico. Le aplaudí y él hizo una reverencia.
— Me alegra que estes tan bien— sonreía como tonta embobada. Remus se acercó a mi, se apoyó en la camilla con una mano y acercó su rostro al mío.
— Ahora yo quiero saber si iremos al baile juntos— me susurro.
— Ya te dije que sí. Ahora yo quiero saber si quieres ir al baile o si sigues con el plan de ir a una sala común o quedarnos aquí— le planteé. Le di un pequeño golpe en la frente con el dedo para que se alejara, en modo de burla.
— Aish— se quejó. Se sentó en la camilla de al lado mía. Tuve que levantar la cabeza para mirarlo a los ojos—. Prefiero ir a una sala común, o quedarnos aquí. Si, nos podemos quedar aquí— sonrió.
— Me gusta la idea— afirmé. Remus saltó de la camilla hacia el suelo sin antes revolver mi pelo—. ¡Remus, que me había peinado esta mañana!
— Pues no lo parecía, por eso te he ayudado— rio. Lo miré mal mientras me intentaba peinar mi corto pelo rubio—. Upa perdón, estás guapa de todas formas.
Me dio la espalda y se dirigió a su camilla. Me levante y me seque el sudor de las manos en la falda.
— Señor Lupin, deberías seguir con tu rehabilitación. Querida, ¿podría dejar solo al señor Lupin?— me pidió la señorita Pomfrey con una sonrisa encantadora. Remus se acercó a mi y me estremecí al sentir su mano en la parte baja de mi espalda.
— Si, claro. Ya me voy— me giré a Remus y le sonreí. Él me acercó y me besó la cabeza—. Adiós, Remus. Adiós señorita Pomfrey.
Le volví a sonreír, aunque ahora estaba ruborizada.
— Adiós Kensie.
Me devolvió la sonrisa. Me giré y me dirigí hacia la puerta. No me fui sin antes percibir como la señorita Pomfrey me regalaba una sonrisa pícara mientras hacía un movimiento sutil señalando a Remus. Él no se dio cuenta.

🐺

Estos dos días se me pararon volando. Como las clases estaban canceladas me la pasaba cada rato yendo y viniendo por todo el castillo. Mi rutina era: levantarme, desayunar, visitar a Remus durante unas horas, ir con los chicos, comer, biblioteca, cenar, ir a desearle las buenas noches a Remus y ir a la cama. Así sucesivamente en estos dos días.
Hoy era el día. Hoy era el baile. 18 de Diciembre del 1975. Siento que el día de hoy será inolvidable. El baile empezará sobre las ocho de la noche, pero yo no estaré en el Gran Comedor. La señorita Pomfrey nos dio permiso para estar allí ya que Remus todavía seguía recuperado del todo. Así que seguiría con mi rutina del día pero en vez de ir a la biblioteca iríamos Madison y yo a prepararnos para ir cada una a su cita.

Ahora quiero saber si iremos al baile juntos.

Las palabras de Remus retumbaban en mi cabeza haciéndome sonreír como tonta.

De verdad tenía ganas de ir conmigo al baile. O de bailar conmigo. En la enfermería no teníamos música así que no sé qué haríamos allí en silencio, supongo que bailaremos por nuestra cuenta.
Espero que un poco de la música del Gran Comedor se escuche, aunque sea un poco.

Estábamos terminando de comer y Madison y yo nos estábamos despidiendo de los chicos.
— Bueno, luego nos vemos chicos— Madison besa la mejilla de todos.
— Hasta luego— se despidió Sirius de nosotras—. Dile "Hola" a Remus de nuestra parte, ¿de acuerdo Mack?
Asentí.
— Lo haré. ¿Vamos Maddie? ¿Lily?
— Si, claro. Vamos.

Fuimos a la sala común de Gryffindor. Nos cruzamos de camino con los gemelos Brandon, hablando con dos chicas, muy guapas por cierto. Cuando pasé por su lado lo miré mientras me reía, pude escuchar algo de su conversación con la chica.
— ¿Quién es ella?— preguntó la chica que hablaba con Jayvyn. Era un poco más baja que él pero más alta que yo. Era rubia con ojos verdes.
— ¿Quién? ¿Mackensie?— preguntó señalando hacia su espalda, donde yo me encontraba con Maddie y Lily—. Ah, es una muy buena amiga nuestra. Es como mi hermana.
— Ah— se limitó a responder ella.
Ya estaba lo suficientemente lejos para no escuchar nada más, pero si escuchaba la risa de Jason. La hermosa y contagiosa risa de Jason.

— Bien. Mack, ¿vas a querer un vestido, verdad?— me preguntó Lily mientras me cogía de los hombros y me sentaba en la cama.
— Te recuerdo que voy a estar en una enfermería.
— Si, pero con Remus— apuntó Madison, Lily y ella se miraron y se rieron.
— Ay por dios, ni que Remus fuera con túnica de gala— me quejé.
— Bueno, tú irás con un... ¿vestido?
— ¡Maddie! ¡Te he dicho que no! Ya sabes que no me gustan los vestidos.
— Pero no te gustan porque te ves obligada a ponerte tacones, pero tengo unas zapatillas que combinan con un vestido blanco que tengo, que uff te va a quedar genial.
— Venga, Mack, no seas aburrida. Con ese outfit Remus no va a poder resistirse— comentó Lily, sentándose al lado mío. — Te va a querer besar— esta vez Maddie y Lily comentaron lo mismo y a la vez.
— ¡Ay!— me puse las manos en las mejillas. Me estaba ruborizando— Que vergüenza, madre de dios...
— Mackensie, si ya sabes que te quiere mucho y a ti te gusta.
— Y además os queréis mucho— la interrumpe Lily—. Él te quiere demasiado.
Cuando Lily añadió eso, a parte de que ellas se rieron pícaramente y me abrazaron con una sonrisa,la forma en la que Remus me lo dijo fue única y perfecta.

Te quiero demasiado Kensie.

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KENSIE ━━ remus lupinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora