002. 𝗱𝗼𝘀

2.3K 200 28
                                    

════════════════════════════

════════════════════════════El poltergeist salió del suelo, justamente, debajo de los pies de Mackensie

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

════════════════════════════
El poltergeist salió del suelo, justamente, debajo de los pies de Mackensie. Dio una vuelta campana y se quedó boca abajo mirándola. Tenía la lengua afuera y su pelo negro, no muy largo, se resbalaba de su frente y caía poco a poco. Las amigas sonrieron ante la vuelta de Peeves.
— Me has asustado— confesó la chica. Parándose en seco delante del pequeño Peeves. Con la mano derecha se recogió el mechón delantero y se lo colocó detrás de la oreja.
— ¡Mack! ¡Mack! ¡Mad! ¡Mad!— gritaba Peeves, moviendo su lengua—. ¡Las únicas que me entienden! ¡Mack! ¡Mad!— seguía gritando, pero con una melodía incluida. Parecía que cantaba.
Se escuchó una risa general. Peeves empezó a levitar arriba de los nuevos alumnos.
— Venga. No os atraséis. Debéis ir al Gran Comedor— ordenó Nick Casi Decapitado. Peeves le hacía caso omiso y seguía gastando bromas a los alumnos, los cuales respondían con una carcajada. Peeves estaba feliz.
Nick se acercó a él. Aclaró su garganta con su puño en la boca. Miró a Peeves por encima del hombro de este.
— Ejem... Peeves, ¿quieres que llame al Barón Sanguinario? O... ¿sabes callarte por ti solo?— amenazo en forma de pregunta. Peeves lo miró con ojos llorosos con un toque de miedo. Se estremeció y traspasó la pared más próxima. Nick se deslizó al principio del barullo y puso orden. Dirigió a todos los nuevos alumnos hacia el Gran Comedor.
Por el camino, los cuadros más próximos al comedor gritaban de emoción. Otro año más viendo las mismas caras emocionadas y dentro de poco, otras caras nuevas. Estaban muy emocionados. Algunos estaban reunidos en una mesa con champán. Saludaban a todos y como no, algunos se acercaban al marco para saludar a Mackensie y a Maddie.
— Hola a todos, de nuevo— dijo Mack, tímidamente, subiendo su mano para saludar. Maddie también saludó.
— Pasad por aquí— interrumpió una voz femenina—. Nick, por favor, haz que pasen y que se sienten en sus mesas— ordenó la misma voz.
— Claro que si, profesora Mcgonagall—. La profesora Mcgonagall era la profesora de Transformaciones. Era, a su vez, la jefa de Gryffindor. Sin duda ninguna, ella era una de las mejores profesoras de Hogwarts.— ¡Ya sabéis el camino, pero por favor, no arméis jaleo!
Las amigas adelantaron el camino. Dejando atrás el grupo de Gryffindor y colocándose delante de los de Ravenclaw.
— Potter, Black, Pettigrew, Lupin, que bonito veros las caras de nuevo— dijo, secamente, la profesora Mcgonagall, que dirigía al los alumnos de Gryffindor, menos a Maddie.

🐺

Ya sentados. La profesora Mcgonagall dio la bienvenida a los nuevos alumnos.
Las puertas se abrieron y los rostros de terror y emoción de los de primer curso causaban risa entre los demás. Pasaban entre las mesas de Gryffindor y Hufflepuff hasta el final de la sala. Se detuvieron enfrente del sombrero seleccionador.
Maddie y Mackensie (que estaban relativamente al lado) miraron a la mesa de los profesores. Vieron a una chica cerca de Dumbledore, les resultaba familiar, pero con el grupo de nuevos alumnos no la llegaban a ver.
— Antes de todo, el profesor Dumbledore, quiere deciros algo— añadió la profesora de Transformaciones.
— ¡Bienvenidos a un nuevo curso en Hogwarts! ¡Veteranos o principiantes en la Magia, aquí reunidos! El bosque prohibido sigue, como bien dice su nombre, prohibido. Así que, si no fuera por cuatro chicos— añadió mirando a los amigos de James y a James—, no se tendría que repetir. ¿Verdad, señor Potter?
Una risa general se generó en muy poco tiempo. Hasta Dumbledore rió.
— También quería anunciaros que las visitas a Hogsmade se adelantarán a antes de Halloween y la siguiente después de navidad. Para los alumnos de quinto, sexto y séptimo año. Para los de tercero y cuarto siguen igual.
»Y por último, tenemos aquí la visita de nuestra querida y amada por todos, Silvia Scott.
Todos los alumnos del segundo curso hacia delante, se levantaron y empezaron a aplaudir. Las amigas se miraron asombradas. Silvia saluda a todos con una gran sonrisa. Miró a Mackensie, a Madison y a Lily Evans, a las cuales saludó con mucho ímpetu. Cuando se fue a sentar, dirigió la mirada a la mesa de Slytherin. Coincidió con los ojos de Severus, quien la miraba atentamente. Ella le sonrió y este le devolvió la sonrisa, disimuladamente.
— Silvia, ¿algunas palabras? — preguntó Dumbledore. Dirigiéndole una sonrisa. La chica aceptó y con ayuda del director se volvió a incorporar. Llevaba un vestido azul con algunas flores en él. Era un vestido precioso y parecía muy caro.
— Hola a todos. No soy muy buena para dar discursos y tampoco me había preparado nada, pero bueno...— empezó, soltando una pequeña risa nerviosa. Toda la sala estaba en silencio—. Me alegra veros a todos juntos de nuevo. Me gustaría daros mis ánimos y todas mis fuerzas contra este curso y mucha suerte a los nuevos. Vais a descubrir toda la magia que trae este lugar y las buenas vibras que trae consigo. Es un lugar muy mágico y con unas personas encantadoras.
»Muchas gracias, Albus, por invitarme a esta ceremonia. Te lo agradezco muchísimo y me hace mucha ilusión estar de vuelta, después de... ¿cuánto? ¿tres años? No sé. Pero bueno, muchas gracias. También quería darle las gracias a la profesora Mcgonagall, por tratarme como una maga más («No hay de que», susurro Mcgonagall con una sonrisa.) y al profesor Flitwick por enseñarme, básicamente, todo lo que sé. Os quiero mucho a los tres.
»Profesora Aurora, profesor Slughorn y Kettleburn: a vosotros también os quería dar las gracias, por enseñarme cosas maravillosas, que creáis más en mi que yo misma. Por último, quería decirles a vosotros, los que entráis nuevos a este lugar mágico— hizo una pausa. El profesor Dumbledore le entregó un pequeño pañuelo para que se secara la lágrima insonora que le recorría la mejilla—. Perdón. A lo que iba... A vosotros los nuevos alumnos, seguro que aprenderéis muchísimo en este lugar y seréis unos grandes magos. Lo sé con firmeza. Muchas gracias a todos, y que paséis un buen año.
Los aplausos volvieron a crecer. Mcgonagall intentaba esconder las pequeñas lágrimas que le salían de los ojos. Dumbledore abrazó a la muchacha y se sentó de nuevo. Dumbledore se quedó de pie.
— Muchas gracias por tus palabras señorita Scott. Muy conmovedoras. Me gustaría proponerte algo.
— ¿Si, profesor Dumbledore?
— ¿Te gustaría ser la primera en poner el sombrero seleccionador a uno de los aquí presentes?— preguntó Dumbledore, con una sonrisa. A la chica se le abrieron los ojos.
— ¡Oh! Albus, me encantaría. ¿Profesora, me dejaría?— La profesora McGonagall la indicó que viniera. Silvia se levantó de la silla. Se acomodó el vestido y se dirigió junto a la profesora McGonagall. Bajó el pequeño escalón y se acercó a los de primer curso. Los saludo con la mano baja y con una sonrisa.
— ¿Quieres elegirlo tú o empezamos desde el principio?— preguntó Mcgonagall, pasándole su mano por la espalda para acercarla.
— Al azar— rio. Se acercó al pergamino y cerró los ojos. Su dedo iba de arriba a abajo. Hasta que se paró en un nombre:
— Eh.... ¡Este!— dijo—. ¡Lockhart, Gilderoy!— exclamó, mirando al grupo de alumnos.

 ¡Lockhart, Gilderoy!— exclamó, mirando al grupo de alumnos

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Si os gusta la historia votad y comentad, ayuda muchísimo. Digamos NO a los lectores fantasma.
❤️

KENSIE ━━ remus lupinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora