016. 𝗱𝗶𝗲𝗰𝗶𝘀𝗲𝗶𝘀

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Madison salía de Zonko dándole empujazos a todos los que se la cruzaban. Sirius y Peter iban detrás de ella riéndose a carcajadas por la forma en la que la chica salía y James, bueno, había conseguido salir hace un rato. La morena seguía pegando codazos hasta que llegó a la puerta. Estiro la mano y James la saco hacia a fuera.
— Por Merlín— dijo, con la voz agitada—. Desde cuando somos tantos... ¡Ay!— se quejó.
Sirius al conseguir salir la empujó y la pisó.
— Lo siento, lo siento— se disculpó, sujetándola para que no cayera. Peter salio segundos después, sin ningún problema.
— ¿Por qué había tanta gente?— añadió Peter, mirando a la puerta de Zonko, que iba a explotar en algún momento.
— No lo sé— respondió Madison. Después de que se sacudiera la túnica se giró—. Bueno, Mack, nos va... ¿Mack?
Los tres amigos se giraron hacia Madison. No estaban ninguno de sus dos amigos. James se puso de puntillas para ver si era capaz de ver entre el barullo de gente, pero fue en vano.
— Remus tampoco está— comentó Sirius. Cuando los tres restantes escucharon las palabras del chico se miraron y de sus bocas salieron unas sonrisas pícaras.
— Mackensie y Remus se han escapado para casarse— canturreaba James, dando saltitos.
— ¡Ay, James! No seas tonto. Se habrán ido a dar una vuelta— riño la única chica del grupo empezando a andar.
— Pero juntos— añadió James, otra vez canturreando. Peter y Sirius le rieron la gracia.
— Vamos a Las Tres Escobas, los esperamos allí.

🐺

— ¿Dónde estarán?— preguntó Mackensie, mientras se terminaba uno de los calderos de chocolate. Remus en vez de responderla se puso de puntilla y alzó la cabeza para ver entre la multitud. Creyó ver a James, haciendo lo mismo que él, y acto seguido irse junto a Madison, Peter y Sirius—. ¿Los ves?
— Si, están más adelante— respondió. Mackensie se guardó el segundo caldero para más tarde. Pego unos saltitos para llegar a la misma altura que Remus y paso su mano por su brazo para agarrarse. El chico la miró y la vio mover la cabeza para ver entre la gente. Soltó una sonrisa y puso su mano derecha en la mano de la chica, para asegurarse de que no se fuera a ningún sitio. Se dirigieron a la taberna del pueblo sin antes pararse por unos minutos ya que los profesores los paraban para ver si estaban bien. Algunos dementores bajaban más de la cuenta pero la profesora Mcgonagall los ponía a raya. El profesor Flitwick también la ayudaba. Eran grandes magos, eran un ejemplo a seguir para Mackensie.
—¿Te lo estás pasando bien?— le preguntó Remus a Mackensie cuando ya estaban en frente de la taberna.
— Si, bastante bien. ¿Y tú?— respondió. Remus volvió a abrir la puerta para que la chica pasara.
— Estupendamente— dijo arrastrando las palabras y mirando a Mackensie tan embobadamente que solo faltaba que se le cayera la baba.
— ¡Chicos, aquí!— gritó una voz femenina. Mackensie giró la cabeza y pudo ver a su mejor amiga dando brincos al final del establecimiento y moviendo la mano. La rubia se lo dijo a Remus para que la siguiera.
— ¿Donde habíais ido, tortolitos?— preguntó James, con su sonrisa típica en la cara. Las mejillas de los dos que acaban de sentarse en la mesa se pusieron coloradas.
— Em— añadió Mackensie, sentándose entre Maddie y Remus—, nosotros fuimos a Honeydukes...
— Si... Si, fuimos a por algunas chuches— confirmó el chico. Puso lo que había comprado en la mesa y repartió las chuches entre sus amigos y Maddie. Mackensie no cogió nada.
— Bueno, ¿queréis?
— Cerveza de mantequilla— pidió Mackensie, levantando la mano. James la miró con una cara de impresión.
— Una cerveza de mantequilla para la dama y para los demás. ¿Zumo de calabaza, enserio? Madison eres muy rara eh, más que Remus— y señaló al chico—. Bien, cerveza de mantequilla para Remus, Mack, Sirius, Peter y yo, y para la señorita Ryddle un zumo, ¿estoy en lo cierto?— enumeró.
— Si, estás en lo cierto. Voy contigo— le respondió Remus, levantándose del banco.

— Toma— dijo Remus, alargando las palabras y la cerveza hacia Mackensie

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— Toma— dijo Remus, alargando las palabras y la cerveza hacia Mackensie.
— Gracias— le sonrió. Remus se dejó caer a su lado y se sonrieron. Habían formado una gran amistad y tenían mucho complicidad con solo mirarse.
Todavía estaba la tensión entre ellos en algunos momentos pero ya sabían fluir entre esa tensión. Sus amigos estaban encantados por su relación y lo felices que estaban por saber que ya quedaba poco para que estuvieran juntos. Bueno, eso querían ellos, lógicamente. Y aunque se notaba en las miradas que se lanzaban y como se hablaban que se gustaban claramente no tenían muy claro si ellos iban a dar el gran paso algún día.
James y Sirius seguían con su idea de volverlos a llevar al bosque, la primera vez que los llevaron Remus volvió bastante contento y diciendo que casi se besan. Sería un buen lugar para el primer beso. Peter y Madison pensaban diferente. Ellos querían dejarles tiempo que se siguieran conociendo y cuando lo confiesen (aunque no sea al otro) que ya empezaban con los planes. Maddie sabía que Remus se alejaba un poco de Mackensie por la intimidación que le creaba verla con Jayvyn Brandon, uno de los gemelos más famosos de Hogwarts y además prefecto. Él pensaba que ese chico lo tenía todo para una chica como Mackensie, y que la rubia nunca se fijaría en él.
Mackensie por su lado sabía que estaba empezando a sentir algo por Remus, y ya había hablado de sus sentimientos con los gemelos Brandon y Nheo, Alex y Neveen. Ellos tenían más actualizaciones de los sentimientos de la chica que la propia mejor amiga, y no era porque no confiara en ella, todo lo contrario, le confiaría hasta su vida, pero conocía mucho a Madison y sabía que no la dejaría en paz hasta que no se lo confesara al propio Remus Lupin.
Él no tenía a nadie para darle celos a Mackensie entonces ella, por su parte, estaba bastante tranquila. Lupin no podía decir lo mismo. Aunque Mack no lo hiciera a propósitos química que tenía con Jayvyn era indudable, aunque sabía que con el nunca podría tener absolutamente nada.

La conversación entre los amigos cada vez era más larga y Mackensie se perdió en su pensamientos. No escuchó ni la mitad de la conversación pero lo importante es que parecía que prestaba atención y cada vez que le preguntaban algo ella respondía afirmativamente a todo. El contacto con una mano, en su propia mano, hizo que saliera por completo de sus pensamientos. Miró su mano, la cual tenía apoyada en la pierna, por debajo de la mesa, y pudo ver con la mano de la persona a su izquierda estaba justo encima de la suya. La tenía cogida como si temiese que escapara. Mackensie subió la mirada hacia la izquierda y pudo ver el rostro de Remus (apoyado en su otra mano) mirando a Sirius y a James mientras hablaban. Mackensie volvió a mirar a las dos manos y también agarró la de Remus. Dio la vuelta a su mano para entrelazar sus dedos, el chico no se quejó y también los entrelazó. Por el cuerpo de los dos paso una corriente eléctrica que hizo que se estremecieran pero a ninguno se le notó. La rubia podía notar a los hipogrifos en su barriga, agitando las alas y sintiendo un hormigueo.

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KENSIE ━━ remus lupinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora