KENSIE ━━ remus lupin

025. 𝘃𝗲𝗶𝗻𝘁𝗶𝗰𝗶𝗻𝗰𝗼

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Los días pasaron extremadamente rápido. Se hacían un poco aburridos sin las clases y sin poder salir pero Mackensie siempre se las apañaba para divertirse con sus amigos.
— ¿Nunca te cansas?— le preguntó James Potter el primer día sin clases, entre risas, después de que Mackensie les explicara su nueva idea para jugar entre todos por quinta vez.
Siempre tenía ideas locas o aburridas, y solo Remus y Madison las llevaban a cabo. Así que, después de insistir por octava vez en el día decidió rendirse.
— Mack, no te lo tomes a mal, de verdad— le dijo Sirius, en el tercer día sin clases—. Pero... Esas ideas solo te divierten a ti. Te quiero mucho de verdad, pero leer libros no me divierte.
Mackensie resoplo y se cruzó de brazos. Se hizo la enojada. Sirius se rió y se la acercó, dándole un abrazo.
— Pues nada. Iré yo sola, Black— gruño, quitándose del agarre de su amigo y sacando la lengua en modo de burla. Se levantó y bajo la mirada de todos se fue.
— ¿Nadie va a ir detrás de ella?— preguntó Madison. Se giró para ver a Remus—. ¿Lupin?
— Mejor me quedo aquí... Luego la busco.

Me dirigía a la biblioteca. Sola. Ya han pasado tres días desde el comunicado de Dumbledore y parece que soy la única que da ideas. Es verdad que pueden ser un poco aburridas, pero si no tienen nada mejor que hacer, ¿que más les da leer un buen libro? Se puede llegar a aprender mucho con un solo libro. E incluso buscar uno que te venga una historia de una pareja, donde se enamoran y viven felices.  Ojalá hubiera de esas historias en la biblioteca. Pero no, no las hay. He recorrido cada milímetro y cada libro de ella y no hay ninguno.

Cuando llegué a la biblioteca, estaba más llena de lo normal, pero por suerte encontré una mesa libre en una de las esquinas. Ahí me senté. Saqué mis cosas y me puse a escribir. Ya llevaba más de media libreta escrita. Y si, era la libreta que me regaló Remus hace unos días.
Todavía no me podía creer que me invitara al baile. Aunque desde que acepte ir con él estamos un poco distantes, y no entiendo porqué. Al día siguiente de pedírmelo estuvo un poco cortado y más tímido de lo normal. ¿Le pasará algo? ¿Se habrá arrepentido de pedírmelo y estará así para que le diga que no quiero ir con él? Agg. No quiero pensar en eso. Habrá tenido una mala noche y por eso se comporta así. Bueno, dos malas noches.
Estaba muy concentrada en mis cosas pero un pequeño toque en el brazo me hizo salir de mis pensamientos.
— Hola— me dijo una voz masculina y un tanto familiar—. ¿Está libre está silla?
Levanté mi mirada. Un chico alto y mayor que yo, pelo y ojos oscuros, una sonrisa preciosa, una mirada adorable y con un aire muy familiar se encontraba al lado mía. No tenía la túnica ni nada para que yo pudiera distinguir su casa, y si no recuerdo mal, nunca lo había visto después de todo.
— Si, está... está libre— titubeé. El chico alejó la silla de la mesa y se sentó a mi lado. Sacó un libro de Adivinación que yo ya había leído hace unos años—. Es muy buen libro, ¿te lo habías leído antes?
— Eh, no. Lo vi hace unos días aquí, en la biblioteca, y me interesó mucho. Pero es muy largo y no me ha dado tiempo a terminarlo— me explicó sin sacar su preciosa sonrisa de su cara. Tenía la mandíbula muy marcada y tenía unos rasgos muy bonitos—. ¿A ti te gustó?— me preguntó.
— Si. Me lo he leído ya varias veces— confesé—. Bueno, te dejo. Que disfrutes el libro— le deseé. Cogí una de las plumas que me regaló Lupin y seguí escribiendo.
Estuvimos en silencio durante unos minutos hasta que sentí su mirada en mí. Lo miré.
— Perdón si te he incomodado— se disculpó. Moví la cabeza restándole importancia—. Pero... Me suenas mucho.
Fruncí el ceño. Ahora que lo pensaba a mí también me recordaba a alguien. Bueno desde que lo vi.
— Espérate— dije—. ¿Eres Luke Darius?
— ¡Si! ¿Didy?— Asentí. No podía creerlo. Luke fue mi mejor amigo durante muchísimo tiempo, pero cuando él cumplió los nueve años, su familia se tuvo que mudar y nos separamos para siempre. Su ausencia me dolió mucho, pero como Maddie siempre estuvo conmigo nunca me faltó amor.
Él es un año mayor que yo, así que cuando yo entré en Hogwarts, él ya estaba en segundo año. No nos volvimos a ver en ningún momento y cada uno tomó su camino.
Nos levantamos de golpe y nos abrazamos con fuerza. Me levantó del suelo y me hizo dar vueltas.

Me estaba empezando a aburrir. Empezaron a contar historias de cuando eran más pequeños, y sinceramente no me gusta hablar de mi pasado. Así que me levante de mi sitio y me sacudí la ropa.
— Voy a buscar a Kensie— avise. Ninguno me echó cuenta así que me fui sin decir nada más.
No tuve que pensar mucho en donde se podía encontrar ya que dijo que se iría a la biblioteca. Entonces me dirigí hacia allí.
Tenía que hablar con Mackensie. Le tenía que explicar el porqué me encontraba tan alejado estos últimos dos días. La explicación era demasiado inútil y ya me la imaginaba riéndose o... peor aún enfadándose. Pero no, Kensie no se enfadaría por eso. ¿O sí? No, no. Solo tenía que encontrar las palabras adecuadas.
—« Kensie, te quería decir que estos días he estado más alejado porque, como ya sabes, soy muy inseguro y tenía miedo de cagarla y que ya no quisieras ir conmigo al baile»— pensé.
No, así no. Merlín. Se va a reír en mí ridícula cara. ¡Y con razón!

Ya estaba dentro de la biblioteca. Solo me quedaba buscarla. No fue muy difícil ya que escuché su voz. Me acerqué lentamente ya que no quería molestar a las demás mesas. Pase por detrás de unas librerías y allí estaba, tan guapa como... ¡Esperad! ¿Quien es ese? ¿Y por qué está abrazando a Mackensie?
Me quedé en shock. Paralizado. No sabía a donde meterme.
Tierra trágame.
¿Quién es ese? No lo conoce nadie. Mackensie nunca ha hablado de él y mucho menos, no nos lo ha presentado. ¿Será su novio? No, no. Imposible. Me lo habría dicho Maddie, después de que yo le preguntara si Kensie y el gemelo listillo tenían algo. ¿Verdad?
El chico bajó a Mackensie. Menos mal.
Los dos se reían y estaban muy felices.
Aunque me doliera, me giré y me dispuse a irme.
— ¿Remus?— dijo esa voz tan perfecta que tenía la rubia. Me giré, intentado estar feliz.
Me acerqué a los dos. El chico me sacaba una cabeza. ¡KENSIE! ¡¿En serio ahora te gustan los altos?!
— Hola... Te estaba buscando— dije, intentando no mirar mucho al gigante que tenía cogida de la mano a mi chica. ¡Ay! Kensie, no es mi chica...
Como deprimirse en dos segundos...
— Pero bueno, parece que estás ocupada así que, mejor me voy—. Giré sobre mi eje.
— No. Espera. Voy contigo— me dijo. Me volví a girar. Como siguiera girándome me iba a marear— pensé. Mackensie se separó del chico y recogió sus cosas muy rápido. Pude ver como estaba utilizando mi libreta. Me sonrojé, e intenté disimularlo lo mejor posible.
— Didy, me ha encantado volver a verte— añadió el gigante. ¡Didy! ¿En serio? Que feo.
— A mi también, L. Ya hacia falta un reencuentro— rieron y se volvieron a abrazar.
Sujeta velas...
— Bueno adiós. Ojalá que nos volvamos a ver— dijo la rubia, acercándose a mi pero mirando a la torre fea que tenía delante.
— Adiós, que lo paséis bien. Y ojalá.
Se despidieron con la mano y Kensie me arrastró hacia afuera de la biblioteca. No pude evitar fijarme con el morenito se alejaba de nosotros. Que feo es.
— ¿Me echabas de menos o que?— me preguntó Kensie, sacándome de mis pensamientos. Guardó el último libro que tenía en la mano en su pequeña mochila y se la colocó. Dejando libre sus brazos.
— Siempre lo hago— añadí, secamente y sin mirarla. Acto seguido la cogí de la mano, y entrelacé mis dedos con los suyos. Kensie no se quejó, solo entrelazó los suyos también y siguió andando.
Ojalá nos viera ese L y se muriera de celos.
Aunque sinceramente el único que parecía y estaba celoso de los dos, era yo. Y solo yo.

NOTA DEL AUTOR₁: El mote de Luke, L, leerlo en inglés que queda mucho mejor. *se ríe*
NOTA DEL AUTOR₂: Remus celoso a vuelto para quedarse durante un tiempo...
¿Mackensie cambiará de opinión e irá con Luke al baile?

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