001. 𝘂𝗻𝗼

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════════════════════════════Mackensie suspira y se vuelve a sentar

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Mackensie suspira y se vuelve a sentar. Acaricia a su gata, la cual se había sobresaltado anteriormente. Maddie se acercó a la ventana. Su amiga hizo lo mismo. Se podía observar unas colinas totalmente verdes. Solo se llegaban a ver puntos de color en lugares concretos. Las flores eran preciosas. Había algunas cerca de las vías del tren. Estuvieron viendo el paisaje hasta que se escuchó fuera del compartimento:
— Buenos días señoritas, ¿queréis algo?— dijo una pequeña bruja regordeta. Era la bruja del carrito. Miraba a las amigas con una sonrisa. Mackensie se levantó y rebuscó en su mochila y sacó unas cuantas monedas. Madison hizo lo mismo.
— Claro. Unas ranas de chocolate, por favor— pidió Mackensie. La bruja le dio tres cajas. Las únicas que podía comprar con el dinero que había entregado—. Muchas gracias, que tenga un buen día.
La bruja del carrito le dedicó una sonrisa sincera.Y atendió a Madison.
— Igualmente, señorita. Aquí tienes tu botella de zumo de calabaza. Y.... por aquí... tus grageas. Que tengas un buen día tú también.
— Igualmente— respondió Maddie. Sentándose y dejando las grageas a un lado.
Mackensie terminaba de abrir la primera caja cuando su amiga le preguntó:
—¿Cómo te puede gustar tanto el chocolate?—. La rubia la miraba con cara de asombro.
— No lo sé— respondió—. Lo único que te sé decir es.... que si me das chocolate, seré tuya— añadió, guiñando el ojo.
Maddie rio. Mack abrió la caja. La rana saltó, pero no llegó a la ventana ( la cual estaba medio abierta ). La propietaria la cogió. Ya no podía dar más saltos así que no le resultó difícil. Se la trago en dos bocados. Su amiga la miraba mientras bebía.
Cogió el cromo. Lo miro por detrás y pudo leer:

(Medieval)
Famosa bruja fundadora de una de las cuatro casas de Hogwarts. Una de sus más relevantes creaciones en el Colegio de Magia fueron las escaleras que están en continuo cambio. Fue una gran bruja que se caracterizó por su amplia inteligencia y creatividad.

— ¡Oh! Rowena Ravenclaw — dijo dándole la vuelta al cromo. Admiraba el largo pelo negro de la mujer y sus ojos con un pequeño brillo en el oscuro negro. Era una mujer muy hermosa.
— Que suerte. Yo solo tengo diez. Y la mayoría son repetidos— añadió Madison, tristemente.
La foto en movimiento de Rowena desapareció. Mackensie se levantó y lo guardo, junto a las dos ranas de chocolate que le quedaban.
— Que ganas de empezar...— suspiró—. Maddie, ¿crees que habrá alguien más? Ósea, si seremos tres este año...
— No lo sé. En vacaciones veremos a Silvia, y con ella somos tres— dijo Maddie. Giro la cabeza y volvió a mirar por la ventana. Esta vez no se veía muy bien el paisaje. Parecía como un bosque. Era muy raro. Concluyeron la idea de que ya estaban llegando, así que cogieron sus túnicas y se vistieron. Echaron las cortinas hacia abajo y pusieron el pestillo. La túnica azul de Mackensie y la túnica roja de Madison estaban perfectamente dobladas. A Mack le sorprendió lo bien que estaba la de su amiga. Siempre estaba amontonada entre sus cosas y casi siempre la tenía arrugada. Maddie sonrió al rostro confuso de su amiga.

🐺

Ya estaban sacando sus cosas cuando se escuchó un golpe en el pasillo. El tren se paró y las amigas se miraron, salieron. El tren volvía a estar como al principio. Como mucho ruido y con unos pocos murmullos. Todo el mundo se preguntaba que pasaba hasta que se escuchó la voz de un hombre.
— ¡SIEMPRE TÚ Y TUS AMIGOS, POTTER! ¡CASI TE CARGAS UNA VENTANA!— gritó un hombre gordo vestido de marrón y rojo. Tenía una gorra, también marrón, que se podía llegar a leer "Hogwarts Express"
— Perdón, Perdón— se disculpó, el muchacho con gafas. Sus amigos estaban detrás de él mirando al suelo. No se les llegaba a ver. Solo se les veía un poco del pelo.
— Estaros quietos ya. Coger vuestras cosas, estamos a menos de cinco minutos de llegar. ¡Rápido!— ordenó, volviendo a la parte delantera del tren.
Mackensie y Madison cogieron sus cosas justo a tiempo. Moon y Casper seguían dormidos. Mack despertó a su gata sin querer, tratando de cogerla. Los baúles se quedaron en el tren. Solo cogieron una pequeña mochila. Casper también se quedó en el tren, pero Moon salió con ellas. Bajaron del tren y escucharon al guardabosques gritar a los alumnos de primero para que le siguieran.
— ¡Los de primer curso por aquí! ¡Por favor, por aquí! ¡DEJAD DE SEGUIR A LOS DEL SEGUNDO CURSO HACIA ARRIBA! ¡Venid por aquí!
Parecía cabreado. Pero a Mackensie y a Maddie les caía muy bien. Era muy amable y gracioso. Hace un año que empezó su labor como guardabosques y parece que lo hacía bastante bien. Dumbledore estaba muy contento con su nuevo jardinero.
— ¡Los de cursos más avanzados seguid a los prefectos! ¡Ir hacia el castillo por el otro camino! ¡VENGA!
La rubia y la morena siguieron a los Ravenclaw y a los Gryffindor de quinto curso. Moon iba detrás de todos los alumnos. Se sabía el camino hacia las habitaciones y Mack le tenía plena confianza en ella, así que, le daba un poco igual que fuera a sus anchas por el castillo. Llegaron al castillo después de subir una gran colina. Se podía observar a los alumnos de primer curso, con caras de susto, de sorpresa ante el gran castillo y alguna que otra expresión más, muy graciosas para los mayores.
— ¿Te acuerdas cuando nos conocimos ahí? Justamente en una de esas canoas. Esperemos que se creen amistades hoy, tan duraderas como la nuestra.
— Eso espero, Maddie. Fue muy bonito conocerte ese día. Tenía bastante miedo, ja, ja, ja— rio.
Maddie se acercó a ella y rodeó los hombros de su amiga con su brazo derecho.
Estaban entrando al castillo. Los fantasmas salieron de las paredes y empezaron a saludar a todos los alumnos veteranos. Nick Casi Decapitado se acercó a las amigas e hizo una pequeña reverencia. Cogiéndose la cabeza y echándola hacia delante. Dejando ver su cuello, casi transparente, lleno de sangre. Las amigas le dedicaron una sonrisa. Se llevaban muy bien con él. Adelantaron al grupo. Estaban entre los Ravenclaw y los Gryffindor. Los primeros alumnos de Gryffindor que había detrás de ellas, era el grupo de James Potter, pero no se pararon a saludar. Nick seguía al lado de ellas cantando, era uno de los fantasmas más amables de todos, pero no el más divertido, ese ya era...
— ¡PEEVES!— gritó Mackensie, cuando el poltergeist salió del suelo y asustó a la Ravenclaw.

— ¡PEEVES!— gritó Mackensie, cuando el poltergeist salió del suelo y asustó a la Ravenclaw

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