Siete

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Seokjin despertó a la mañana siguiente tan relajado como si hubiese dormido muchas horas. Abrió sus ojos y observó su habitación y la bendita cortina abierta que dejaba entrar la luz de esa hora justo sobre su rostro. Gruñó porque odiaba dormiste con la cortina abierta y que el sol pegara sobre él al despertar. Ajustó su erección mañanera y se giró sobre la cama solo para observar a Jungkook dormir con sus mejillas sonrojadas y una linda mueca en sus labios, casi como un puchero.

Se alejó lo más posible del cuerpo ajeno cuando los observó mejor. Jungkook en algún momento de la noche se había quitado la camiseta y ahora lucia su maravilloso torso trabajado y que invitaba a acariciar, pero como Seokjin respetaba al lindo chico que dormía sobre su cama, simplemente volvió a cerrar sus ojos e intentó dormir.

Con sus ojos cerrados con fuerza se sobresaltó cuando sintió la mano de Jungkook sobre su cintura y el cálido aliento ajeno sobre su cuello. Entonces Seokjin abrió sus ojos y sonrió ante la imagen de Jungkook arrugando su nariz mientras se acercaba aún más.

Seokjin sabía que en el momento en que sus cuerpos, o más bien sus partes bajas, se tocaran él no iba a poder ocultar lo excitado que se había despertado esa mañana y Jungkook seguía acercándose buscando calor aún con sus ojos cerrados.

—Eres lindo —susurró Seokjin mientras veía el rostro ajeno —muy bonito, siempre lo fuiste.

Wow, realmente se sentía bien poder decirlo en voz alta.

Admiró ese rostro que conocía tan bien, pero que a la vez era desconocido. Sus manos acariciaron la suave piel y sus labios comenzaron a anhelar volver a besarlo. Pero no lo hizo y a cambio de eso se movió lentamente o al menos trató de hacerlo para no despertar al castaño. Necesitaba con urgencia ir al baño y bueno calmarse.

Mirando por sobre su hombro sonrió hacia el chico lindo que seguía durmiendo en su cama.

Esa mañana iba a ser espectacular.

***

Seokjin cortó la llamada que había recibido minutos antes y se acercó hasta la ventana para observar su vecindario. Eran cerca de las diez y su mañana no estaba siendo tan espectacular como pensó.

Estaba tan inmerso en sus pensamientos y sobre todo analizando cada cosa que había escuchado del policía que estaba a cargo de su denuncia que solo se dio cuenta que Jungkook se había levantado cuando este lo rodeó con sus fuertes brazos por la cintura. Seokjin se apoyó en ese fuerte pecho y giró su cabeza solo para observar los lindos ojos del menor.

—Hola —dijo con una sonrisa boba, olvidando por unos momentos lo que rondaba en su cabeza.

—Buenos días, me dejaste solo en la cama —Jungkook apoyó su mentón en el cuello ajeno y olió justo ahí. —Quería verte al despertar.

El corazón de Seokjin hizo un vuelco en su pecho y cuando recordó como respirar se giró para poder besar al castaño. Su boca se abrió de inmediato para encontrar la otra pero Jungkook se alejó de él.

Jin lo siguió como hipnotizado y ante eso el menor comenzó a reír —no me he lavado los dientes todavía.

Seokjin se encogió de hombros luciendo claramente despreocupado por aquello —no me importa —dijo antes de tomar, ahora sí, la boca de Jeon Jungkook.

Buscó de inmediato su lengua y suspiró sin poder contenerse mientras lo besaba. Saboreó tan bien esa boca que se sorprendió de lo bien que sabía. Aunque a él realmente no le importaba si se había cepillado o no los dientes, y no se sorprendió al respecto. En el pasado había sido quisquilloso con ese tema y con muchos otros más y estaba casi seguro que no tendría problema en bajar todas sus defensas cuando de Jungkook de tratara.

Bajo la mesa ✓< Jinkook > (Finalizado)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora