—Él es tu amigo, solo eso. —Jin observó la imagen que tenía en su celular y negó con su cabeza —es el hermano de tu mejor amigo. No lo mires como algo más.
Tiró el celular a un costado y miró su techo, entrelazó sus dedos sobre su amplio pecho y lamió sus labios. Llevaba todo el fin de semana prácticamente encerrado en su casa viendo las publicaciones de Jungkook. Cerró sus ojos y trató de no pensar en lo que había visto hace segundos, pero le era prácticamente imposible pasar por alto que el menor se estaba volviendo un hombre grande. Aún con su cara de niño Jungkook lograba que su interior se calentara.
Y aunque no quería estar tan consciente de esos músculos que se marcaban cada vez que el chico se movía, o de esa mandíbula perfecta que invitaba a morder... Seokjin estaba realmente consciente de lo que Jeon Jungkook le generaba.
Atraído hacia él, así era como se sentía.
Levantándose de su lugar decidió que debía despejar su mente, quizá salir a correr o cualquier cosa que lo aleje de su teléfono y de las malditas ganas que tenía de tocarse pensando en el menor.
Su teléfono comenzó a vibrar y él se acercó hasta la cama para tomarlo. Revisó la pantalla y sonrió al ver el nombre de Yoongi.
Seokjin contestó y se llevó el celular hasta su oreja
—Hola hombre rudo.
Escuchó un bufido al otro lado de la línea.
—¿Que estás haciendo?
—Mhm —Jin miró su cama y luego se giró para no decir nada inadecuado —estaba mirando el techo.
—Gran idiota, ven a casa, estoy algo preocupado por Jungkook.
Los músculos de Seokjin se tensaron y por un momento él dejó de respirar. Se llevó una mano hasta su pecho y preguntó —¿Que pasó con él? ¿le ocurrió algo?
—Es lo que no sé. Está saliendo prácticamente todos los días, llega borracho, a veces sin poder caminar adecuadamente... Además que encontré una puta bolsita con coca.
—Oh mierda —Jin comenzó a caminar por su habitación y buscó sus zapatillas —voy para allá.
—Gracias hermano, sabía que podía confiar en ti.
Seokjin murmuró algo más y cortó la llamada. Luego salió de la casa y como tantas veces manejó hasta la casa de los Min-Jeon con su corazón hecho un lío en su pecho.
La sola idea de Jungkook consumiendo alguna de esa basura nuevamente lo tenía con los pelos de punta. Había pasado un largo tiempo desde que él había sabido de la última vez que el menor había estado metiéndose esa mierda y Seokjin pensó que jamás recaería, él, Jungkook había jurado entre lágrimas que jamás se acercaría nuevamente a esa basura, que ya no consumiría más.
Y Seokjin creía en él aún si no había hablado de aquello con Jungkook. Algo estaba pasando con el menor y él no se quedaría tranquilo hasta saber qué es lo que estaba haciendo que Jungkook quisiera volver a esos malos hábitos.
Golpeó suavemente la puerta y un Yoongi afligido lo recibió.
—Hola hermano.
Jin palmeó suavemente el hombro de su amigo y entró en la familiar residencia. Quitó su chaqueta, la dejó sobre el sofá y miró hacia la escalera —¿Está en su habitación?
—Si, no ha bajado pero mira esto.
Yoongi sacó de su bolsillo una bolsa pequeña y Seokjin con una mueca la tomó entre sus dedos. —Mierda —dijo cerrando sus ojos levemente ante la oleada de recuerdos que lo invadió.
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Bajo la mesa ✓< Jinkook > (Finalizado)
FanfictionSeokjin conoce a los hermanos Min-Jeon desde que tenía 19 años, agradecía a la vida el haber puesto a Yoongi en su mismo taller de música en la universidad ya que gracias a eso él había tenido la posibilidad de decir que tenía dos hermanos para cuid...