Veintiséis

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—¿Por que pareciera que me quieres decir algo? 

Jungkook asintió, miró al hombre rubio frente a él y le entregó una nueva botella de cerveza fría. 

—He querido disculparme desde el día en que prácticamente te eché de la casa… Ese día que Yoongi se enteró de lo mío con Seokjin. Fui grosero contigo y no tenías la culpa. 

Jimin parpadeó varias veces y luego se encogió de hombros. Lamió su labio inferior y bajó la cabeza. 

—No dijiste nada que no fuera cierto. 

—De todos modos, no es asunto mío lo tuyo con mi hermano. 

—No hay nada —resopló el mayor. —A veces, cuando estoy en casa y me miro al espejo me digo que todo va a estar bien, que voy a conocer a alguien algún día, alguien que me ame locamente. Pero luego recuerdo que solo una vez he estado muy enamorado de alguien y es doloroso saber que jamás lo tendré de nuevo. 

Jungkook lo entendía tanto, él también había estado tan locamente enamorado de alguien que no miraba en su dirección, pero la vida había jugado a su favor por una vez y Seokjin lo miró, no como el hermano menor de Yoongi, no como el niño que una vez conoció. Sino que como el hombre en el que se había convertido al pasar los años. 

—Si tuviera un remedio para eso te juro que te lo daría ahora mismo. 

—Lo sé —Jimin sonrió, tomó un sorbo de su cerveza y suspiró —antes era más fácil para mí dejarlo pasar, pero últimamente no puedo, no tengo idea de porqué… Bueno sí lo sé.

—¿Que es? 

—No te sientas mal por lo que voy a decir —Jimin miró a su amigo y cuando este asintió él prosiguió —verte a ti con Seokjin me hace doler el estómago. No me malinterpretes, no es envidia, no es un sentimiento negativo, todo lo contrario, soy muy feliz de que estén juntos.

—¿Pero?

El rubio resopló —verlos juntos me hace pensar que jamás tendré algo como eso. 

Jungkook negó suavemente —no digas eso, por supuesto que puedes tenerlo, eres joven, guapo, tienes un buen trabajo… Cualquier hombre quisiera estar a tu lado. 

—Si —susurró desganado —sé lo que tengo, pero por mucho que me he esforzado no he tenido suerte en ese sentido. 

—Tienes que esperar.

—Odio esperar —Jimin arrugó su nariz —pero no voy a estar con nadie, ya no quiero eso. No quiero estar con alguien por estar, por no sentirme solo. 

—Eso está bien y no sé si eres muy testarudo o realmente valiente por estar cerca de la persona que quieres y vivir mientras lo ves haciendo su vida. —Jungkook giró su cabeza para observar el horno y volvió hacia el hombre desganado frente a él —yo no podía estar cerca de Seokjin mientras estaba de novio y eso pasó muchas veces —riéndose el castaño tomó un paño y se acercó hasta el horno para vigilar la carne. 

—Seokjin ha tenido más parejas que tú y yo juntos —Jimin sonrió diabólicamente ante la mueca de Jungkook —pero jamás lo había visto tan conectado y feliz.

—Menos mal —resopló Jungkook cerrando la puerta del horno. —Quiero ser suficiente para él. 

—Apestan enamorados. Ya no podremos salir a ligar por ahí. 

—Mhm no, eso ya no va a pasar.

Jimin terminó su cerveza y apoyó su cabeza en su mano mirando por el lugar extrañando a la persona que ya no veía tan a menudo pero que de alguna manera mantenía en sus pensamientos constantemente. 

Bajo la mesa ✓< Jinkook > (Finalizado)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora