Veintidós

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Jungkook estaba inquieto mientras la camioneta de Seokjin se movía por las calles. Podía ver a través de la ventana de su lado los negocios cerrados y muchas familias en los parques, todavía hacía un buen clima por lo que esa tarde de domingo era una maravillosa manera de pasarla al aire libre.

Y él hubiese optado por lo mismo si no sintiera a su acompañante tan ido, tan lejano. 

Decidió girar su cabeza y observar al silencioso hombre a su lado. Luego de la discusión en su casa, Seokjin no había dicho una palabra, se veía tan ausente como se sentía su presencia y Jungkook temía por lo que fuera que su hermano hubiese dicho. 

Cuando llegaron a casa de Seokjin y este apagó el motor, Jungkook sintió el peso de todo lo que había pasado esa tarde, pero estaría condenado si no hablaba con Seokjin de aquello. 

Tomando una respiración el castaño estiró su mano y tomó la del mayor que estaba sobre su muslo. El salto que dio Seokjin hizo que abriera sus ojos grandes y el dolor se alojara en su pecho cuando el azabache quitó suavemente su mano sin siquiera mirarlo. 

Jungkook arrugó su ceño y entrelazó sus dedos en un acto de consuelo. No podía creer que Seokjin hubiera hecho aquello, que no quisiera que lo tocara. 

—¿Que te dijo Yoongi? —intentó buscando la mirada de Seokjin sin obtener resultado. 

—No es necesario que lo sepas… Solo hablamos. 

—¿Por qué me estás alejando de ti? 

Seokjin no respondió y eso definitivamente terminó por destrozar el corazón del menor que no entendía que diablos había pasado. Él había visto los ojos de Seokjin antes de salir de su casa, los vio y todo había estado bien. Pero ya no se sentía así y él ya no sabía si debía insistir porque Seokjin parecía querer alejarlo. 

—Estoy cansado, quiero dormir un poco y tu también deberías descansar. Mañana comienzan tus clases. 

—Si —susurró y no sabía si quedarse y entrar a la casa o irse a otro lugar ya que Seokjin tampoco lo había invitado. Odiaba sentirse inseguro. 

Seokjin se bajó de su vehículo y lo rodeó para luego mirar a Jungkook mientras se bajaba. Las palabras de Yoongi en su cabeza no le dejaban pensar, él sabía que tenía mucho que mejorar para siquiera merecer un chico como el castaño, pero en el fondo sabía que nunca estaría a la altura de Jungkook. 

Cuando el castaño se paró frente a él de quedaron mirando por largos segundos en silencio, Seokjin quería decirle tantas cosas pero no hizo nada y solo alzó su mano para acariciar la mejilla de Jungkook y deslizar sus dedos por esa cicatriz que tanto le gustaba. Dio un paso más y lo envolvió en un abrazo de oso que hizo que Jungkook comenzara a sollozar enseguida.

—Lo siento —Seokjin dijo abrazándolo más fuerte —siento que esto sea así, no deberías estar lejos de tu hermano… No deberían estar enojado por mi culpa. 

—No es así, no es tu culpa —dijo Jungkook escondido en la curvatura del cuello del otro, sus lágrimas habían comenzado a bajar por sus mejillas. Su garganta se cerró y él solo quería entender porque no era bien visto por su hermano que él quisiera a Seokjin. Que ellos se quisieran. 

—Si estuvieras con otro hombre… —Jin cerró los ojos y se obligó a ser fuerte. —Quizá Yoon lo aceptaría de inmediato y no tendrías que pasar por esto. 

—No me importa, no me interesa si él está de acuerdo o no.

—Estoy seguro que esa no es una verdad absoluta, amor. 

Bajo la mesa ✓< Jinkook > (Finalizado)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora