Diecinueve

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Seokjin se movió despertando de una noche tranquila y relajada, giró su cuerpo y rodeó un cuerpo fuerte y suave con su brazo izquierdo. Metió su nariz en la nuca de Jungkook y olió la piel y cabello con una sonrisa en sus labios. 

Habían pasado la tarde empacando las cosas que Seokjin se llevaría con él y también botando y seleccionando lo que ya no necesitaba. Luego tuvieron una cena tardía y cayeron rendidos en la cama a la noche.

Seokjin abrió sus ojos y observó el cabello castaño revuelto del menor, mordió su labio y luego se acercó para dejar un pequeño beso en el lugar no queriendo despertarlo. Se hizo para atrás para levantarse pero la mano de Jungkook fue más rápida y lo mantuvo en su lugar. 

—No te vayas. 

—Es temprano aún, duerme —Jin susurró y luego se rindió cuando Jungkook tiró de su mano para que no se moviera. Se recostó en la almohada y cerró sus ojos unos minutos más mientras el olor del shampoo de Jungkook inundaba sus fosas nasales. 

—No quiero que pase el fin de semana —Jungkook somnoliento aún se negaba a abrir sus ojos. 

—Lo sé —Jin dejó un beso en el hombro desnudo del castaño y apoyó su mentón en aquel lugar que olía exquisito —yo tampoco quiero volver a trabajar. 

—Deberíamos arrancarnos, lejos de todos. 

Jin comenzó a reír bajito mientras la idea descabellada cruzaba por su cabeza —podríamos abrir un restaurante que tenga amplias terrazas, así yo podría hacer un decorado de exterior de acuerdo al concepto del local. 

—Esa no es una mala idea —Jungkook relajado continúo acariciando el dorso de la mano de Seokjin —esa es una vida que me gustaría vivir. 

—A mi me gusta esta ciudad, ¿a ti no?

—Me gusta un poco pero también deseo hacer otras cosas… Viajar, conocer otros lugares, comer en otros lugares —se encogió de hombros —tengo muchos planes la verdad. 

Seokjin asintió levemente ya una vez había tenido ese tipo de conversación con alguien de su pasado y había huido a la idea de establecerse en otro lugar lejos de su familia, lejos de sus amigos y la vida que conocía y amaba. Pero ahora era diferente porque Jungkook era diferente y él quería acompañarlo hasta el fin del mundo si fuese necesario. 

Abrazó un poco más fuerte el cuerpo musculoso y comenzó a dejar pequeños besitos hasta llegar a la mejilla del castaño. 

—¿Estoy incluído en esos planes? —preguntó en un susurro mientras veía como Jungkook abría lentamente sus ojos. 

—¿Lo dices en serio? 

Seokjin retrocedió entre las mantas para darle espacio al menor. Este de dio vuelta mirándolo con sus ojos grandes y tan brillantes que Seokjin no pudo dejar de mirarlos por varios segundos olvidándose que debía responder a la pregunta.

Cuando se dio cuenta de que no había dicho nada aclaró su garganta y estiró su mano para acariciar la mejilla tibia del menor. Sonrió cuando Jungkook cerró sus ojos.

—Estoy hablando en serio. Me gustaría ir donde tu vayas, ¿eso es malo?

—No —Jungkook no podía creer lo que Seokjin estaba diciendo. —No juegues conmigo Kim Seokjin —acusó pinchando su pecho con su dedo índice. 

—No estoy jugando contigo —Seokjin tomó ese dedo y lo mordió haciendo que el menor le pegara un manotazo fuerte en el brazo. 

—No hagas eso, me pone nervioso. 

Bajo la mesa ✓< Jinkook > (Finalizado)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora