Lee Minho, un dulce omega de solo 16 años, de pocos amigos.
Aunque se tratara de la persona más lindas tierna que podrías haber visto, era ignorado por la mayoría de alumnos en la escuela.
Pero todo lo contrario a lo pensado, los alumnos no "pasaban...
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El silencio reinaba entre ellos, siendo solamente interrumpido por las olas que golpeaban las rocas a varios metros de ellos, junto con los pequeños sollozos que Jisung dejaba escapar de vez en cuando, aferrado a los brazos de su mejor amigo mientras este lloraba en silencio. Ese momento de debilidad era de Sung, y aunque Minho quisiera llorar con total libertad, no lo haría, debía ser fuerte por su amigo, pues sabia que en ese momento él era su suporte entre todo ese dolor.
Por eso cuando Minho escucho los pasos de cierto alfa y el dulce olor que este emanaba, su sensible omega gruño amenazante, queriendo alejar a Félix del vulnerable chico en sus brazos. Su instinto omega estaba más que sensibilizado por el aroma a miedo de quien veía como su hermano, por lo mismo no permitiría que nadie perturbara al menor.
Ni siquiera el alfa de este.
-Minho... -Escucho la suave pero grave voz de su alfa llamarlo, intentando que acallara ese gruñido que aun verberaba en su garganta, lastimándolo.- Honnie, deja que Félix este con Sung.
-NO. –Fuerte y claro, humano y lobo hablaron, sorprendiendo incluso a la madre del rubio omega, quien no sabía si sentirse conmovida o conmocionada por aquella escena, y por la información antes escuchada.
Nuevamente Minho
Escucho pasos acercarse hacia ellos pero esta vez no gruño, dándole a entender que era Chan quien estaba ahora frente a él; aun así el rubio no bajo la guardia, apretando contra si el delgado cuerpo de su amigo, quien sollozaba aferrado a su ropita, con su rostro oculto en el cuello del más bajo.
Se sentía protegido allí, en casa sabía que entre los brazos de Minho nada podría pasarle, y cuando el dulce aroma de este se intensifico, pudo comenzar a calmarse, pues la leve fragancia a lluvia propia de Chan que distinguía en Minho, le daba aquella seguridad que solo un Alfa fuerte podía entregar.
O un Alfa líder, cuidando de los suyos.
-Lleva a Sung a nuestra habitación, Honnie. –Aquello sorprendió a todos nuevamente, pues tenían más que claro que aquel lugar se había vuelto el nido de esa pareja, y que el Alfa permitiera que alguien entrara, era extraño.
Por eso, cuando los menores desaparecieron de la vista de todos, Félix fue el primero en agarrar del brazo al pálido chico, exigiendo una explicación por la actitud del rubio, y por qué había dejado que los omegas se fuesen así como así.
Chan solo suspiro embozando luego una tenue sonrisa hacia su preocupado amigo, tomando la mano de este que aun apresaba su brazo y bajándola lentamente, volteando luego hacia el tío omega de su novio, viéndolo sonreír con lágrimas retenidas en sus bonitos ojos.
-Younghyun Hyung sabe porque deje que Honnie y Sung se fueran así como así. –EL nombrado asintió llevando sus delicadas manos a su abultado vientre, donde por lo delgada de su playera, se notaba los leves movimientos que el cachorro allí dentro provocaba.
