Lee Minho, un dulce omega de solo 16 años, de pocos amigos.
Aunque se tratara de la persona más lindas tierna que podrías haber visto, era ignorado por la mayoría de alumnos en la escuela.
Pero todo lo contrario a lo pensado, los alumnos no "pasaban...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
-No puedo creerlo...
-Pero si tú me diste la idea.
-Lo sé pero... No pensé que la siguieras textual...
-Yo creo que es tierno.
-O sea, el peluche es muy lindo, pero ¿Un gato?
Chan no sabía que le pasaba a su hermano, él había hecho lo que dijo ¿Acaso el gato era feo? Por que a el, el minino era muy tierno, sobre todo por sus colores y sus manchitas.
Además Jisung, quien cargaba ahora al animal, le había puesto un collar en forma de moño, como si estuviera envuelto.
-A Minho le gustara... -Hablo Jeongin quien salía de la cocina de su casa limpiándose las manos. - Por cierto, el pastel ya está en el horno, así que en tres horas más deben ir por Honnie.
Todos asintieron, incluido Yoongi quien se llevaba muy bien con los amigos de su hermano.
El día que fueron por los regalos para Minho se conocieron entre los seis, dándose cuenta que se llevaban de maravilla y por la simple razón de ser lo suficientemente idiotas como para hacer el ridículo en el centro comercial. Después de haber sido corridos de una tienda por el bullicio, notaron que eran un grupo bastante extraño pero amistoso.
Y ahora se encontraban en la casa de Jeongin, lugar donde sería la pequeña fiesta de cumpleaños de Minho ya que sus padres no estarían y podrían estar tranquilos.
Chan recorría la casa viendo que todo estuviera en orden, sin saltarse ningún detalle. Quería que fuera perfecto para el omega, solo quería que este disfrutara sin preocuparse de nada.
A eso de las Seis de la tarde, Chan junto a Jisung y Yoongi fueron por el rubio.
El alfa fue quien bajo de a camioneta, prestada por Jeongin, y fue a por el cumpleañero mientras los otros dos chicos esperaban en el auto.
Dando tres simples golpes a la puerta espero que fuera abierta por la madre de Minho, pero en cambio fue este quien abrió, sorprendiendo al mayor por el repentino abrazo que recibió.
- ¡Channie! -Grito emocionado Minho, frotando su esponjosa mejilla en el pecho del alfa.
Desde que habían comenzado a ser novios oficialmente, Minho había perdido la vergüenza frente al pelinegro, mostrándose más cariñoso y afectivo. Algo que fascinaba al mayor.
-Hola, Honnie...-Rodeando el pequeño cuerpo del omega olfateo su cabello, sintiendo ese delicioso aroma a frutos y menta. - ¿Estás listo?
-S-sí, lo estoy... -Noto que el tono de voz de su novio había disminuido considerablemente, preocupándole.
Lo separo levemente de su cuerpo, viendo como su ceño estaba fruncido al igual que su pequeña nariz, dándole una expresión sumamente tierna a ojos de Chan.
