Capitulo 11

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Maratón 2/2

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Maratón 2/2

¿Por qué tenía que ser todo tan difícil?

¿Por qué no podía ser normal?

¿Por qué se empeñaba en ignorar la realidad cuando esta estaba más presente que nunca?

¿Por qué tenía que ser un omega defectuoso?

Las lágrimas caían por sus mejillas, causándole un enorme dolor en el pecho, una rabia e impotencia consigo mismo que jamás había sentido.

Las risas a su alrededor cada vez se hacían más tenues hasta que por fin desaparecieron, quedando únicamente el murmullo de algunos estudiantes que presenciaron la escena.

Estaba en un total ataque de pánico, no sabía en qué parte de la escuela se encontraba, tampoco sabía dónde estaban sus amigos. Y lo que más le aterraba, no sentía el aroma a lluvia de su Hyung.

Minho se sentía acabado, el orgullo de su lobo estaba hecho trizas. Se sentía morir.

Con dificultad se puso de pie, apoyándose de la pared a sus espaldas y recargándose en esta mientras llevaba sus pequeñas manos hasta sus labios donde una pequeña herida dejaba brotar un hilo de sangre.

La campana de la escuela anuncio el regreso a clases y con ello todos los alumnos en los pasillos comenzaron a irse. Algo que lo alivio, al menos ya no sentiría todas esas miradas de pena sobre él. Podría llegar tranquilo a su salón, o mejor aún, al patio de la escuela.

Con ese pensamiento en mente, teniendo una mano en todo momento sobre la pared, comenzó a caminar hacia donde creía estaban los jardines de la escuela, guiándose por los gritos de los alumnos en diversos salones.

Al escuchar mucho más bullicio del normal en un salón, siendo acompañado de una guitarra y un piano, supo que estaba cerca de su destino.

Fue en el momento que sus pies tocaron un piso irregular que se sintió en paz.

Aun así, las lágrimas continuaban mojando su rostro, recordándole una y otra vez las crueles palabras de esas chicas que lo sacaron de su salón en cuanto lo vieron solo.

Él debía quedarse allí a la espera de sus amigos quienes, al no haber desayunado, habían ido a la cafetería por algo de comer. Y como Minho no quería ir, opto por quedarse a esperarlos en el salón.

Ahora sabía que eso había sido un grave error.

Ignorando el frío que poco a poco calaba sus pequeños huesos, llego hasta la zona más alejada del jardín, sentándose sobre el césped húmedo por el rocío de la mañana que aún permanecía en este.

Llevo sus rodillas hacia su pecho y luego de abrazarlas quedando como una pequeña bolita, se permitió llorar con toda la fuerza que no creía aun tener.

BLIND || Omegaverse ChanhoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora