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Maratón 1/2

Sarah

Paso otra semana del cual tuve que soportar a Christine insinuándose a Ian, tratando de llamar su atención de todas las formas posibles, trate de ignorarlos todo lo que podía y encargarme de que él cumpliera su tratamiento como la enfermera que soy y es mi deber.

Lo único que me mantenía contenta es Daryl, nos habíamos vuelto buenos amigos y salimos juntos un par de veces, al cine o a comer cuando era mi tiempo libre, no estoy segura si Ian lo sabia pero en realidad no importaba, no estaba haciendo nada malo, solo salimos como amigos, en este momento no tenia pensado comenzar una relación y al parecer Daryl tampoco, porque en ninguna de las ocasiones en la que salimos, intento llegar mas lejos y eso se lo agradecía, tampoco quería rechazarlo cuando se ha portado también conmigo.

Estaba cerrando la puerta de mi auto, cuando unos brazos rodearon mi cintura haciéndome saltar y pegar un grito asustada, entonces escucho la risa de Daryl y me volteo a mirarlo enfadada golpeando su pecho con mi puño pero eso no hizo que detuviera sus carcajadas.

- No es gracioso, casi me matas de un susto.

- Lo siento, Sarah. Es que quería sorprenderte- Dice sonriendo.

- Eres un idiota, te salvas de que no me suba a mi auto para atropellarte por haberme asustado de tal manera, pensé que eras un ladrón.

- Siempre tan exagerada - Dice arqueando una ceja divertido. - Si fuera un ladrón lo primero que haría es robarte un beso. - Dicho eso se acerco a mí para plantarme un beso en la mejilla que me hizo sonrojar.

- Daryl...- Él me interrumpe riéndose para quitarle importancia a lo que acababa de hacer, estaba segura que sus intenciones conmigo, no era mas que una amistad, quizás estaba equivocada.

- Te has sonrojado, tranquila Sarah. No estoy enamorado de ti, solo eres una buena amiga. Además ya sabes que aun pienso en esa persona. - Dice con nostalgia.

Entonces recuerdo lo que me conto la ultima vez que fuimos a comer juntos, a un lindo restaurante que conocía que me gustaba mucho visitar en especial por lo ricos brownies de chocolate con helado de vainilla que vendían allí como postre, es uno de mis favoritos.

- ¿Alguna vez te has enamorado?- Me pregunto Daryl después de darle un sorbo a su copa de vino tinto.

- Si pero no duro mucho, él tenia cáncer. - Digo con cierta tristeza recordando a Morgan, ese chico tan dulce que me quiso con tanto amor y yo a él, mi corazón se entregue completamente pero por obra del destino, su tiempo en la tierra había terminado, al menos se fue en paz, dormido en su cama, se llamaba Morgan.

- Lo siento mucho, Sarah. - Dice con compasión mientras acaricia mi mano que esta sobre la mesa- No debí preguntar, tus ojos están aguados, no llores por favor.

- No te preocupes, Daryl. Fue hace tiempo, todos los días es una lucha interna para mí, al recordar al Morgan simplemente los recuerdos vienen a mí.

- Puedo notar que lo amaste mucho.

- Si bastante. - Digo suspirando, aguantando las lágrimas. - Fue mi primer amor, era su enfermera, tuvimos muchos problemas por eso, por ejemplo su familia, me echo la culpa de su deceso. Según ellos me ocupaba mas de coquetear con él que mantenerlo con vida que solo era una caza fortuna que estaba detrás de su dinero. - Me encojo de hombros, recordando esa amargura pelea que tuve con la madre de Morgan.

- No creo que seas una mala mujer, Sarah. No tuviste culpa de enamorarte de Morgan, solamente fueron los sentimientos y eso es muy difícil de obviar, cuando esa persona esta en tu corazón, es un amor tan fuerte que nadie puede hacer que olvides. Te aferraste a Morgan porque lo amabas y se que él seguro mientras estuvo a tu lado, fue un hombre feliz.

- Gracias por tus palabras, Daryl. Eres la primera persona que habla de esa forma de mi relación con Morgan, prácticamente todos se pusieron en mi contra, fue demasiado doloroso de superar, me sentía muy sola.

- Pues ahora no estas sola, Sarah. Aquí me tienes puedo ser tu hombro cuando quieras llorar, un buen amigo para ti. - Sonríe para luego soltar mi mano y continuamos comiendo, pero yo también quería saber si él se había enamorado alguna vez.

- ¿Qué pasa contigo? ¿Te enamoraste alguna vez?

- Si pero fue un amor imposible, nunca le dije a esa persona que realmente la amaba por miedo a que me rechazara.

- ¿Por qué?- Pregunto con curiosidad.

- Estaba con otra persona, no podía meterme en esa relación, por mucho que lo amara.

- Eso es triste, querer a alguien y tener que amarla en silencio. Y ¿Qué paso luego?

- Nada en realidad, seguí con mi vida. Deje el tiempo se encargara de olvidarla.

- Ambos hemos sufrido por amor.

- Si pero también ambos logramos superarlos, somos fuertes ante la adversidad. Por nosotros aunque sufrimos por amor, aun seguimos adelante y continuamos con nuestras vidas.

Levantamos la copa para brindar.

Daryl y yo teníamos una historia similar en el aspecto que ninguno pudo quedarse con el amor de su vida, simplemente tuvimos que dejarlos ir para poder continuar. Mi amor por Morgan sigue allí pero no tanto como antes porque no podía seguir aferrándome a él ahora que no esta conmigo, se que a él le fuera gustado que conociera a alguien y que formara una familia.

Daryl me ayudo con las compras que tenia en el maletero del auto, sentí como si alguien nos estuviera mirando y cuando miro hacia la gran casa, me doy cuenta que Ian esta parado justo enfrente de la ventana, un escalofrió pasa por mi cuerpo, se que no puede verme pero su rostro estaba tenso y sus ojos estaban fijos en mi, que por un momento creí que su ceguera era una mentira, porque podía sentir como esa mirada intensaba quemaba en mi piel.

Luego se aparto de la ventana cerrando la cortina, dejándome asustada y alterada, Daryl no se dio cuenta y entramos en la casa para dejar las bolsas en la cocina, entonces doy un respingo cuando veo a Ian detrás de mi, mas serio de lo normal y eso me dejo confundida ¿Por qué esta enojado?

- Sarah necesito hablar contigo en privado, ahora. - Se dio la vuelta para antes de salir, se detuvo en mitad de la puerta- Te espero en el estudio.

Salió de la cocina, Daryl me miraba sorprendido y yo a él, también se fijo que Ian no estaba de humor y sabia que iba a pagar su rabia conmigo, seguro que Christine le hizo algo y ahora la más pendeja tenía que sufrir las consecuencias.

- Tranquila, quizás no sea nada. A veces Ian tiene sus días. - Dice tratando de tranquilizarme mientras acaricia mi hombro.

- Esta bien, pero a pesar que tengo un mes conociéndolo se que hay un ogro que vive en él. - Digo haciendo una mueca y Daryl suelta una carcajada.

Voy al estudio, entonces encuentro a Ian con su vista fija en la ventana.

- Por favor cierra la puerta con seguro, no quiero que nadie nos interrumpa.

- Qué...- Pero antes de que pudiera decir alguna palabra Ian me interrumpe.

- Solo cállate y siéntate, Sarah. - Dice con una voz ronca pero a la vez se podía notar que estaba enojado, lo que me hizo poner mas nerviosa de lo que estoy.

Oh mierda ¿ahora que hice para que el ogro despertara?

A través De Tus Ojos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora