Sarah
Sus benditos y deseables labios besaban y mordían la piel de mi cuello, mis gemidos y mi respiración se agitaban aun más escuchándose en toda la habitación, acaricio el cabello corto detrás de su nuca con mis dedos.
— Me has dejado una marca ¿cierto? — Digo mordiéndome el labio, y lo escucho reír en mi cuello siento un cosquilleo en mi estómago, su risa es como música para mis oídos, la amo.
— Lo siento pero quería que cuando algún hombre te viera supiera que ya tienes dueño, eres mía Sarah. — Dice besando mis labios con suavidad.
Se mueve levemente sobre mí dejandome saber que me desea, otro gemido se escapa de mi boca y me aferro a su espalda, levantando su camisa sacándola después por encima de su cabeza lanzándolo algún lado de la habitación.
Las manos de Ian bajan hasta los botones de mi blusa comienza a quitarlo lentamente, me estaba impacientando quería que fuera más rápido moría de ganas de que me hiciera el amor por primera vez.
— ¿Impaciente, señorita Mackenzie? — Pregunta bromeando mientras sigue desbotonando mi blusa hasta terminar, me muevo en la cama para que pueda quitarla por completo.
Estoy sonrojada porque estoy en semi desnuda enfrente de Ian Kennedy y él ni siquiera puede verme ¿Por que soy tan tonta? Hace tiempo que no tengo intimidad con ningún hombre y me da algo de pudor.
— No te sonrojes, Sarah. — Dice acariciando mi mejilla. — Eres hermosa, sexy e increíble, eso me hace desearte mucho más. Es como si pudiera verte y te sentirte de esta forma tan intima me hace quererte más todavía, mi amor.
— Yo también te quiero mucho, solo quiero que sepas que soy tuya, Ian. Que estoy contigo sin importar tu condición, nunca pienses que me aprovecho de ti, yo solo quiero darte amor y que seas feliz... conmigo.
Nos besamos de nuevo pero esta vez fue un poco más rudo y apasionado, su lengua jugaba con la mía, sus manos fueron al broche de mi sostén y para quitarlo, mi cuerpo se tenso enseguida y él lo noto deteniéndose.
— ¿Que pasa? ¿Quieres que me detenga? — Dice preocupado acariciando la piel de mi cintura con sus grandes manos, eso me relajo un poco.
— Es solo que...— Mis mejillas podía sentir el ardor en ellas, me sentía realmente estúpida ni que fuera virgen pero Ian es un hombre tan intimidante que a veces me pone nerviosa. — Me da un poco de timidez no lo se, espero que no pienses que soy una tonta por comportarme así.
— No creas que eres una tonta, cariño. A mi me pareces una chica tan dulce y apasionada que ahora me tiene completamente hechizado, daría lo que fuera para poder verte a tus ojos azules pero tendré que conformarme con demostrartelo tocando y besando tu cuerpo tratando de imaginarlo en mi mente.
Deje que lo hiciera, amaba sentir su cuerpo junto al mió al punto de escuchar los latidos de su corazón, quito mi sostén y lo escuche suspirar como si realmente pudiera verme en este momento tan íntimo.
— Tranquila, solo relajate cariño. Lo que haremos te va a gustar y lo disfrutaremos juntos, lo prometo.
Sus labios fueron directo a mi pecho y gemi tan fuerte que me tuve que morder el labio para contenerme.
Lleve a mis manos a su hombro mientras seguía besando mis pechos y sentía increíble.
— Oh dios mio, eres tan perfecta Sarah. — Gime para chupar mi piel de nuevo y poco a poco comienza a bajar hasta besar mi ombligo metiendo la lengua, este hombre sabe como volver loco a una mujer y lo hace increíble.
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A través De Tus Ojos.
General FictionÉl tuvo un grave accidente que lo dejo ciego cuando tenia 20 años ahora tiene 30 desde ese momento ha permanecido encerrado y solitario en su propia casa, su padre que es el único pariente que tiene esta preocupado por él decide contratar a una enfe...