4.

5K 317 7
                                    

Unos minutos después bajo Ian al comedor mientras entraba vi que tropezaba con un matero que esta en la esquina de la puerta, maldice en voz baja hasta que termina de entrar, observo todos sus movimientos aunque son algo torpes quizás porque aun no conoce la casa bien, su padre me dijo que se habían recién mudado a Londres, estaba a punto de decirle donde estaba su plato pero él se sienta justamente donde está lo cuál me sorprende, sin duda ha aprendido agudizar sus sentidos ahora que es ciego y es más independiente de lo que pensé, recordando lo que había pasado hace rato en su habitación aun me moría de vergüenza haberlo encontrado saliendo de la ducha y verlo desnudo solamente con una toalla en su cintura.

- Gracias por la comida, esta bueno- Dice después de masticar un pedazo de carne.

- Me alegro que le guste, es más saludable en vez de estar ingiriendo comida chatarra.

- Señorita Mackenzie, déjeme recordarle que no soy un niño y no me gusta que me traten como uno. Así que por favor no comience a decir que debo o no comer.

"Dios dame paciencia" Pienso disgustada de lo amargado que este hombre, sin duda iba a darme muchos dolores de cabeza pero de alguna manera me iba a ganar su confianza así el comienzo sea difícil pero nada es imposible.

- Lo entiendo perfectamente, señor Kennedy. En ningún momento voy a tratarlo como un niño ¿Cómo sabe que soy "señorita"? No lo he dicho mi edad, puedo estar casada.

- No creo que este casada- Arquea una ceja puedo ver con una pequeña sonrisa se asoma en sus labios pero trata de ocultarla haciendo una mueca- Por la forma como se me quedo viendo medio desnudo en mi habitación, me lo dejo bastante claro, usted no es muy discreta señorita Mackenzie.

Siento que mis mejillas se encienden de nuevo, odiaba que me hicieran sonrojar y más si es un hombre que apenas conozco, me ha hecho sentir más intimidada que cualquiera es algo que nadie pude causar en mi siempre trato de tener todo bajo control pero con Ian es complicado a pesar de que no puede ver es como si lo hiciera y por alguna razón me incomodaba un poco, como si ve atreves de mi.

- Lo siento- Murmuro comiendo mis vegetales mirando mi plato- No quería ser imprudente al entrar a su habitación de esa forma, es cierto no estoy casada.

- Disculpa aceptada, no hace falta que se sonroje señorita Mackenzie, solo soy carne y hueso. - ¿Cómo demonios sabe eso? ¿Cómo lo hace? Cuando lo miro, sus ojos grises están fijos en mí, eso me pone bastante nerviosa y frunzo el ceño.

- No estoy sonrojada, señor Kennedy ¿Puede comer su almuerzo?

- Como dije en mi habitación aprendí a utilizar mis sentidos luego de quedar ciego, puedo sentir las emociones de las personas si es tan tristes, alegres o enojados.

- ¿Cómo lo hace?- Pregunto con curiosidad.

- Por el tono de su voz o algún movimiento corporal, por ejemplo usted cuando esta nerviosa... Como ahora. Suele mover su pierna derecha contra el piso, puedo escuchar leve taconeo de su zapato y antes que yo me sentara aquí no lo estaba haciendo comenzó hacerlo cuando le dije que estaba sonrojada.

- Pues déjeme decirle que eso es impresionante. - Queriendo sonar indiferente pero en realidad me asustaba un poco además tenia razón enseguida deje de mover mi pierna.

- Hm, gracias... Creo- Se encoge de hombros- En algo tenía que ocupar mí tiempo en casa, desde que quede ciego no salgo mucho.

- ¿Por qué no?

- No quería que las personas sintiera más pena de mí, estaba cansado de eso.

- ¿Por eso intento suicidarse antes de que yo llegara aquí?- El cubierto que Ian en la mano queda en el aire y su cuerpo se tensa enseguida, y deja el tenedor de nuevo en el plato.

A través De Tus Ojos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora