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Hasta mañana, Ian. — Escuche decir a Sarah, lo había dicho tan bajo que seguramente pensó que no la iba a escuchar luego salió del jardín para marcharse de mi casa dejandome de nuevo en mi soledad, suspiré profundo el olor de las rosas llego a mis fosas nasales recordando cuando mi madre le encantaban y las cuidaba tanto, amaba las flores y me gustaba verla sonreír cuando estaba en el jardín regándolas de agua mientras tarareaba una hermosa melodía. Ahora esos recuerdos vivieran en mi mente nunca mas volvería a escuchar su dulce voz ni muchos menos tenerla conmigo, me hacia falta e igual que mi padre aunque me molestaba que haya contratado a Sarah aún siento que no me hace falta tener una enfermera cuidando de mí. Le había contado que perdí a mi madre y a mi hermano pero no le dijo la causa de sus muertes tampoco tenia intención de decírselo porque simplemente no es su problema, quizás hice mal a gritarle y hablarle mal, ella no tenia culpa de que mi vida fuera una completa mierda desde el momento que quede ciego.

Necesitaba relajarme del todo, algo que me hiciera olvidar aunque sea unos minutos de lo patético que me he convertido durante estos últimos años, cogí el teléfono y gracias al computador especial para discapacitados como yo, que tenía había conseguido esa página donde podía buscar compañía por unas horas.

— ¿Hola? — Digo cuando al segundo timbre me cogieron la llamada era una voz femenina intercambiamos algunas palabras hasta que colgué, no estaba seguro de hacer esto pero a veces es lo que necesito para calmarme del todo.

Unos 15 minutos después tocaron la puerta, me apresure abrir y ella entró en la casa cerrando la puerta de nuevo.

— Hola Ian — Dice acariciando mi brazo, trate de controlar el impulso de pedirle que no me tocara al sentir su mano en mí— Eres tú ¿Con quién hable por teléfono?

— Si, soy yo. Gracias por venir he estado estresado durante estos últimos días. — Murmuro al mismo tiempo que doy un respingo cuando sus dos manos tocan mi pecho enseguida mi cuerpo tensa también pero trato de estar tranquilo, ya no me podía echar para atrás, ella estaba aquí para cumplir con sus servicios.

— Mi nombre es Michelle— Se acerco tanto a mí que sentí su aliento en mi cuello— ¿Quieres que comencemos de una vez? —Asiento mientras ella me coge de la mano caminamos hacia las escaleras, le explique donde esta mi habitación para luego entrar, estoy nervioso no lo podía negar no se si era corrector acostarme con una dama de compañía. — Me dijiste que eres ciego ¿Cierto?

— Si...— Murmuro con la respiración agitada cuando se subió encima de mi al momento de estar en la cama.

— Esto es nuevo para mí ¿Sabes? Lo cual me resulta bastante excitante porque no puedes verme pero si que vas a sentirme y quiero que me toques completamente y dime si te gusta. — Dice con una voz seductora no voy a mentir, ella me había excitado muchísimo ni siquiera se como es su rostro quizás era fea o bonita en realidad no interesaba solo quería un poco de sexo y olvidar todo lo jodido de mi vida.

Michelle comienza a besarme en el cuello mientras mis manos tocan su cuerpo, no podía negar que es perfecto lo que podía tocar, sus senos, sus caderas, su trasero y todo lo demás. En cuestión de minutos estamos desnudos en la cama besándonos y acariciandonos, ella esta encima de mi mientras no dejamos de movernos y gemir, Michelle si sabia hacer su trabajo, es increíble y disfrute cada minuto de nuestro encuentro, tiempo después me corrí en su interior mejor dicho el preservativo luego cae a mi lado también cansada por el esfuerzo, me abraza y me da un beso en la mejilla.

— Eso fue increíble, no había disfrutado tener sexo con alguien como contigo Ian— Acaricia mi pecho suavemente, me acomodo mejor a su lado envolviendo mis piernas con las suyas.

A través De Tus Ojos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora