Capítulo 2

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Louis no pudo concentrarse mucho en su reunión, aunque puso todo su empeño para que no se notara que no le importaba lo ideales que eran los terrenos de North Cambridge para construir casas. No quería fastidiarle el trabajo que durante meses había estado haciendo Liam y su equipo, así que hizo de tripas corazón e intentó manejar la situación con profesionalidad y los clientes estuvieron encantados con la oferta que Louis hizo en representación de la empresa. Se alegró de haber podido sacar adelante la reunión, teniendo en cuenta que se la había preparado en los cincuenta minutos en tren que separaba Londres de Cambridge y, sobre todo, porque no podía quitarse a Harry de la cabeza.

Sabía que había sido un error, sobre todo viendo su actitud con él y en lo dolido que parecía al volver a verle. Tampoco esperaba que el reencuentro fuese diferente, no después de como acabó todo, pero eso no implicaba que doliera igualmente. La decisión de ir hasta la librería la había tomado en el último momento y ya se había arrepentido cuando cruzó la puerta.

Tras la reunión, los clientes quisieron invitarle a tomar una copa en un bonito bar del centro, pero Louis se excusó alegando que estaba cansado del viaje, pero prometió quedarse un día más para ver al día siguiente los terrenos y cerrar el trato, podrían tomar esa copa entonces. A Louis no le hacía especial ilusión pasar tiempo de ocio con los clientes, no era buen conversador y la mayor parte del tiempo estaba de mal humor, eso le había acarreado más de un problema con su padre, que le decía que esa no era la mejor forma de hacer contactos, y tenía razón, si quería crecer por libre debía hacer ese sacrificio, pero es que ese día realmente no estaba de humor para aguantar conversaciones frívolas y banales sobre temas que le importaban una mierda.

Desbloqueó su teléfono mientras entraba por la puerta del pequeño apartamento que había rentado por una noche en Airbnb, era coqueto y de una sola estancia que incluía la cocina y una cama al fondo coronada con una gran ventana con vistas a Jesus Green, un enorme parque a orillas del río Cam. No era barato, pero la zona era ideal y el apartamento, aunque viejo, estaba en condiciones excelentes. Suspiró complacido con lo que veía, era bastante acogedor, con un sofá gris en la zona izquierda, una mesa redonda de madera con cuatro sillas en medio y la cocina blanca y poco decorada a su derecha, no tenía muchos muebles, pero los colores cálidos de los cojines y la alfombra le hicieron sentir cómodo. Dejó su bolsa de viaje con las cuatro cosas que alcanzó a meter antes de salir corriendo a la estación de St. Pancras en Londres y buscó el teléfono de Liam en los contactos. Al segundo tono contestó.

-¿Cómo ha ido?

-Hola a ti también, estoy bien gracias, ¿y tú?

-Ya veo que te ha cambiado el humor desde esta mañana-dijo entre risas-, entiendo por eso que ha ido bien, ¿no?

-Sí, ha ido bien-dijo con una sonrisa y caminó hasta la cocina para servirse un vaso de agua.

-¡Genial!-exclamó aliviado Liam al otro lado del teléfono-Muchas gracias, Tommo.

-No tienes que dármelas-Louis buscaba entre los armarios de la cocina un vaso de cristal-. Todo ha sido tu trabajo y el de tu compañero, yo me he limitado a ser el mensajero. Vuestro proyecto era excelente, todo el mérito es vuestro.

-Eso ya lo sé, te daba las gracias por darte el paseo hasta Cambridge y tragarte la reunión por mí.

Louis rio con ganas y Liam se unió a él.

-Pero, en serio, muchas gracias Lou, me has salvado el día...mañana estoy allí temprano para encargarme del asunto.

Louis carraspeó avergonzado.

-No es necesario, Payno. He rentado un apartamento para esta noche y seguir con el trabajo mañana-dijo rozándose con los dedos los labios notando como Liam se ponía incomodo al otro lado.

Let me inside | L.S. |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora