Harry odiaba usar su bicicleta en invierno. Realmente lo odiaba. No solía usarla, porque prefería caminar, pero aquel día no le había quedado más remedio, ya que tuvo que moverse por puntos diferentes de la ciudad para ayudar con unos recados a su profesora, y ahorraría más tiempo en bici que caminando. Odiaba como el aire gélido le cortaba la cara, aunque se la cubriera con una bufanda, odiaba que sus manos se congelasen aún llevando guantes, y odiaba al resto de personas que usaban la bicicleta también y le adelantaban con agilidad, mientras él luchaba por mantenerse en equilibrio.
El paisaje en la ciudad había cambiado casi sin darse cuenta, los árboles ya no estaban decorados con hermosas hojas de colores otoñales, sino que yacían amontonadas en el suelo, en los bordes de la carretera y sobre los coches aparcados a lo largo de las calles, con un color marrón oscuro poco interesante. Las lluvias mojaban los edificios con más asiduidad que antes, el cielo plagaba el atardecer de nubes oscuras y el aire húmedo calaba en los huesos. Harry observaba a su alrededor en el camino a la librería, con su gorro demasiado flojo revotando con el aire y los baches de la carretera, y escondiendo su cara en la medida de lo posible en su bufanda. Maldijo entre dientes la ocurrencia de Niall de recoger a Nellie en la librería e ir a tomar una cerveza, él prefería estar en casa bajo una manta y leyendo.
Entró en el pequeño callejón donde se ubicaba la librería, cruzando sin miramientos un charco cerca de la entrada, salpicando la pared. Desde la puerta de cristal pudo ver a Nellie leyendo un libro apoyada en el mostrador de la caja y Niall dando vueltas aburrido.
-¡Hey!-saludó cuando se coló por la puerta de la entrada. Sus dos amigos levantaron la cabeza y Nellie le dedicó una amplia sonrisa. Harry dejó la bici junto a la puerta y se frotó las manos con energía-Joder, qué frío hace fuera.
-Bueno estamos en diciembre...no sé que esperas-replicó Niall ojeando un libro aleatorio que acababa de coger de una estantería, sonrió con malicia cuando vio el dibujo de un pene en una de las páginas-. Creo que este debería estar en literatura erótica.
Harry echó un ojo por encima del hombro de su amigo y contuvo la risa mientras lo cogía y lo colocaba en el mostrador, frunció las cejas cuando vio a Nellie leer un libro de solapas de Peppa Pig.
-Pero ¿qué...?
-No preguntes-respondió Niall.
-Estoy cotilleándole la casa a los Pig-dijo la chica con una sonrisa divertida-, por ejemplo...veamos que guardan en su frigorífico-el libro estaba abierto en lo que parecía una cocina de colores pastel y dónde aparecían Peppa Pig y su madre con bolsas de la compra, el frigorífico tenía una solapa que Nellie abrió y les permitió ver su interior-, a ver...tienen naranjas, uvas-la chica frunció el ceño-, un pollo...mmm raro, al menos no es jamón-Niall rio desde el fondo de la tienda-, una tarta y...¡uy, vino! La señora Pig es de las mías-le guiñó un ojo.
Niall puso los ojos en blanco ante la mirada divertida de Harry.
-Mira a ver que hay detrás del arbusto del jardín, seguro que ahí guarda la hierba el hermano de Peppa.
-Niall, el hermano es un bebé.
-Cada vez empiezan antes-concluyó el chico con voz dramática.
-Seguro que es del padre-aportó Harry apoyando los codos sobre el mostrador y colocando su rostro entre los pulgares de sus manos cruzadas.
-La madre alcohólica y el padre drogadicto...pobres niños-se burló Nellie pasando la página y apareciendo precisamente el jardín de la familia, ambos contuvieron una risa.
-Se te ve contenta, ¿me he perdido algo?
-Es mi alegría natural, Harry.
-Es la hierba del arbusto, seguro-Niall se acercó hasta donde estaban sus amigos y se mantuvo de pie con las manos en los bolsillos de sus vaqueros y dedicándole una larga mirada a la muchacha que parecía empezar a ruborizarse.
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Let me inside | L.S. |
Fanfiction"-Déjame entrar aquí-le dijo tocando su pecho con el dedo índice, justo donde estaba su agitado corazón-. Sólo déjame entrar y vivir ahí. No me alejes otra vez, porque no podré recuperarme una segunda vez." ··· Hace cuatro años que Louis no ha visto...