Estaba confuso y agitado, su cuerpo temblaba y sentía una presión en el pecho que le despertó ahogando un grito en la noche. Se incorporó jadeando y con la boca seca, apenas se podía sentir la lengua, pesada y hormigueante. Se pasó una mano por la frente apartando el pelo mojado, todo su cuerpo estaba cubierto por un sudor frío estremeciendo su columna vertebral, no alcanzaba a ver a su alrededor, todo estaba oscuro por la noche y su pecho subía y bajaba al ritmo de sus aceleradas respiraciones. Se sentó en el borde de la cama, adaptando poco a poco sus ojos a la oscuridad de lo que creía recordar era su habitación. Sí, se convenció así mismo que estaba en su cama, en su dormitorio, en su apartamento. Apoyó los codos en sus rodillas y dejó caer su cara en sus manos intentando recuperarse de la agitación que sentía.
Todavía podía sentir la sombra de sus ojos acechándole en su mente. No era una imagen nítida, incluso llegaban a desaparecer si se enfocaba en verlos, pero ahí estaban, lo sabía. En un susurro se repetía así mismo un no continuo, en un desesperado intento por apartarle de su cabeza una vez más.
No quería volver a soñar con sus ojos, porque le hacía sentir un vacío en su pecho que no conseguía calmar, por mucho que lo intentase. Porque a la vez que adoraba tener esos pequeños destellos de él, sabía el dolor que sentía luego al no tenerle, convirtiendo esos sueños en una tortura. Aun así, nunca se había despertado con tal ansiedad golpeándole en el pecho, apenas podía respirar con regularidad y su cabeza empezaba a doler.
Sintió el peso de Ethan a su lado, su pierna se movía inquieta intentando buscar el cuerpo de Louis, quien escapó a su toque casi instintivamente, alejándose todo lo posible en una esquina de la cama. Respiró profundamente varias veces intentando calmarse, pero la presión en el pecho y la palpitación en sus sienes continuaba, su estómago se retorció en náuseas y soltó un largo suspiro intentando regular su respiración.
-¿Louis?-la voz de Ethan a sus espaldas sonó adormilada y ronca, palpaba con su mano el hueco que había dejado Louis y abrió un poco un ojo encontrándolo aún de espaldas y sin mirarle-¿Estás bien?-un bostezo se escapó de su boca mientras intentaba enfocar sus ojos.
-Sí-respondió aún agitado, sin girarse-Solo...solo me he despertado con sed.
Se puso de pie aún sin girarse y conociendo su habitación a la perfección, caminó a oscuras hasta la puerta ignorando al chico que seguía preguntando desde la cama.
Se sentía caer y caer, como si sus pies no volvieran a tocar tierra firme nunca más, como si su estómago no sintiera la gravedad o como si su pecho no pudiera volver a respirar con normalidad. Sus manos sudaban y picaban, sus pies le hacían andar desde un lado a otro en la amplia sala que abarcaba prácticamente su apartamento, su corazón latía fuertemente y sentía como su cuerpo se agrietaba, como si su pecho se llenase del ansia por gritar y gritar, hasta que no tuviera más energía, hasta que no quedase nada de él.
Se convenció así mismo de que se estaba volviendo loco, no podía haber otra explicación a esa. Al final había logrado perder la cabeza.
Mientras rezaba porque Ethan siguiera durmiendo y no le molestase con más preguntas, dirigió sus rápidos pasos hasta la cocina, abrió el frigorífico, bañando con su luz su rostro y parte de la estancia, cogió agua fría y la bebió directamente de la botella.
"No puedo más, no puedo más, no puedo más" se repetía en su cabeza una y otra vez, y otra vez y otra vez. No conseguía ordenar sus pensamientos con nitidez, pero esas tres palabras se repetían como lo único a lo que podía agarrarse, como si ahí estuviera la salida. Como si esa fuera la única solución.
Todo a su alrededor seguía a oscuras, no sabía si tenía los ojos abiertos o cerrados y lo único que se escuchaba era su respiración, que poco a poco volvía a la calma, apoyó las manos en la isla de la cocina, dejando que el frío del mármol calmara el hormigueo que las recorría. No quería encender la luz, no sabía por qué, prefería quedarse en esa quietud de la oscuridad, las sombras que conocía tan bien. Cuando su mente se calmó, pudo enfocar sus sentimientos, sentir como la presión en el pecho iba menguando, como su respiración se regulaba y su corazón volvía a latir a un ritmo más lento.
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Let me inside | L.S. |
Hayran Kurgu"-Déjame entrar aquí-le dijo tocando su pecho con el dedo índice, justo donde estaba su agitado corazón-. Sólo déjame entrar y vivir ahí. No me alejes otra vez, porque no podré recuperarme una segunda vez." ··· Hace cuatro años que Louis no ha visto...