Capítulo 14

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Louis jugaba con el vaso de cerveza, le daba vueltas para ver como la luz se reflejaba a través del líquido, mientras su cabeza se perdía entre sus pensamientos. Era un día nublado, pero las nubes dejaban escapar el sol de vez en cuando, debido al frío se había puesto varias capas de ropa y aun así podía notar los dedos de sus manos y pies congelados. Estaba sentado en una de las sillas del comedor, con su comida intacta sobre la mesa y dos botellines abiertos y vacíos, uno de sus brazos estaba apoyado en el respaldo de la silla y sus piernas estaban estiradas, se sentía cómodo en esa postura, aunque sabía que cuando se incorporase su espalda se resentiría.

Dos montones de papales le hacían compañía a su comida ya fría, los mismos que había recibido el día anterior por email y tuvo que buscar un lugar para imprimirlos. Estaban ahí, incrementando las dudas que acosaban su cabeza, testigos mudos de sus miedos y preocupaciones.

Aun recordaba la conversación que había tenido con Harry horas antes, cuando le confesó sus dudas sobre lo que estaba pasando y sus sospechas sobre su padre. Para Louis todo parecía encajar, era demasiado extraño que su padre le hubiese forzado tanto para entrar dentro de un proyecto que llevaba tiempo formado y que estaba prácticamente terminado, jugando la carta del ansiado proyecto que Louis tenía entre manos desde hacía años y que estaba deseando por llevar a cabo. No le había dicho nada sobre el fraude desde el principio y era imposible que pusiera a Louis al frente de ello simplemente para ver qué podía averiguar, todo era demasiado extraño para él y nada parecía tener ninguna lógica, pero cuanto más pensaba sobre ello, las palabras de Harry cobraban más sentido: Louis, ¿y si tu padre quiere que la culpa caiga en ti?

Esas palabras se habían alojado en su corazón, eran como puñales enterrándose en la carne haciéndole temblar de dolor. Apenas había podido dormir y el apetito había desaparecido de su cuerpo, porque era una duda que le carcomía y le arañaba las entrañas, el simple hecho de pensar que su padre pudiera traicionarlo de esa forma le retorcía el alma. Pero sabía que lo peor de todo era pensar que posiblemente fuese cierto, era el hecho de verle capaz de ello, de traicionarle con tal de salvarse él mismo.

Su relación con su padre nunca había sido buena, siempre fue una figura distante en su vida que siempre estaba presente, pero como una sombra que te observa desde lo alto y no desciende para formar parte de ella. Siempre había sido una persona controladora y fría, acostumbrado a que todo fuese según él planeaba, Louis siempre supuso que por eso le molestó tanto que su único hijo (y heredero del imperio que estaba construyendo), fuese gay, porque fue de las pocas cosas que no pudo controlar de su vida, y cuando lo intentó todo salió mal. Era salirse de lo que estaba planeado, no era en si homofobia, era que su hijo no iba a continuar con la mágica idea del estereotipo de familia con la que había soñado, seguir con la imagen de familia perfecta y sonriente, casa en el campo, valla blanca y perro que trae el periódico cada mañana. La familia a la que estaba acostumbrado a ver en ese mundo al que los Tomlinson pertenecían.

Esa presión constante de su padre fue la que siempre hizo que Louis pretendiese ser alguien que no era en frente de él, buscando su aprobación desde que era niño, y le dolía reconocer que a pesar de todo, siendo un adulto seguía haciéndolo.

Dejó escapar un largo suspiro mientras seguía observando la luz en el líquido amarillo, como destellaba y se apagaba según el movimiento. Se sentía pequeñito como esa luz, titilando en aguas desconocidas, destellando débilmente e incluso a veces apagándose, luchando por encontrar una forma por volver a iluminarse. Entonces un destello del día anterior cruzó su mente, haciendo que una pequeña sonrisa se escapara de sus labios.

Harry hablando de arte y de historia, paseando junto a él, dándole sorbitos a su café, mirando los cuadros, la luz que entraba por las ventanas iluminando sus rizos, sus ojos... había olvidado lo bueno que era simplemente charlar con él, observarlo mientras no sabía que era observado, verle en su hábitat natural, siendo un completo sabelotodo y aun así teniendo la humildad de ni siquiera darse cuenta de que lo era.

Let me inside | L.S. |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora