La empresa de su padre no tenía un edificio propio (de momento) como tal, pero ocupaba varias plantas de uno de los edificios más importantes de la City de Londres. Cruzó las puertas de la entrada enfadado con el mundo y empapado por la lluvia que llevaba días cayendo, no estaba teniendo un buen día. Aunque eso ya no le sorprendía.
Ethan se había despertado cariñoso esa mañana, no implicaba tener sexo, sino simplemente abrazarse durante largos minutos, besos perezosos y caricias, sin que Louis viese el final de todo aquello. El problema no lo tenía Ethan, el problema era él, no era una persona especialmente cariñosa y no solía tener un buen despertar, prefería que nadie le hablase hasta tomarse el primer café de la mañana y no le gustaba tener que mantener una conversación cuando su cerebro aún no estaba siquiera encendido. El cuerpo de Louis estaba siendo abrazado por Ethan en la cocina, pero su alma estaba aún en la cama durmiendo.
Hubo un punto en el que Louis se dejó llevar por las caricias del otro y creyó que podía relajarse un poco, pedirle una tregua a sus pensamientos por unos minutos, pero entonces vio la hora en el reloj de pared de la cocina y salió corriendo hacia la ducha. Llegaba tarde. No quiso reconocer que, la risa de Ethan al verle prepararse para el trabajo, coger sus cosas y salir del departamento a la velocidad de la luz, le había molestado, había sido su culpa, que encima no se riera. Pero prefirió hacer caso omiso y largarse al metro, porque sabía que si cogía el coche nunca llegaría a tiempo.
No fue mejor la cosa cuando tuvo que apretujarse con todos los trabajadores londinenses en el vagón del metro, ni cuando salió a la calle y se mojó con la lluvia, ni cuando recibió los mensajes de las llamadas perdidas de su padre mientras estuvo sin cobertura bajo tierra, menos aun cuando supo que lo que quería era verle en su despacho. Su plan de llegar sin ser visto y fingir que llevaba horas trabajando se había esfumado. Suspiró frustrado.
Que su padre quisiera verle desde tan temprano no auguraba nada bueno y eso Louis lo sabía, nunca lo citaba antes del almuerzo si nada ocurría y eso le puso de los nervios, a su enfado ahora tenía que añadirle tener que reunirse con su padre y escuchar aquello en lo que Louis se había equivocado y que él todavía desconocía. Definitivamente no estaba teniendo una buena mañana. Aunque en el fondo sabía que era por su actitud, pero no tenía tiempo a ponerse a pensar en eso en ese momento. En cuanto llegó a la planta donde estaba su oficina, corrió hasta los baños evitando chocarse con el resto de empleados y no le gustó verse en el espejo empapado como una rata.
-Mierda, mierda, mierda-murmuró mientras cogía papel y se intentaba secar el pelo, quedando todo alborotado.
Por suerte el abrigo había protegido lo suficiente su traje azul marino, por lo que se lo quitó y lo dejó en el lavabo mientras goteaba el suelo. Peinó hacia atrás su pelo con los dedos y echó un último vistazo a su apariencia, decidió que estaba presentable para ver a su padre, salió del escondite y fue hasta su despacho, en una de las alas principales de la planta.
Era amplio, pero no excesivamente grande, él lo había pedido así. El suelo era de madera rojiza y las paredes tenían papel pintado de color beige con delicadas líneas blancas que dibujaban un sutil estampado floral, la pared frontal estaba coronada con dos grandes ventanales que dejaban entrar la luz gris de la mañana y mostraban una vista escueta de altos edificios de cristal. Entró en la sala dejando a su izquierda el cómodo sofá color crema acompañado por una pequeña mesa de té, dejó su maletín en el suelo junto al escritorio de cristal que estaba organizado de forma pulcra y colocó su abrigo sobre el radiador, que por suerte estaba encendido y calentaba agradablemente la estancia. Estiró su cuello y su espalda crujió, hizo una mueca por el sonido y luego se decidió a salir hacia el despacho de su padre.
Michael Tomlinson dirigía una de las compañías inmobiliarias más importantes de Inglaterra y como tal se comportaba. Tenía una amplia oficina en la planta superior, con grandes ventanales que mostraban unas vistas envidiables de una ciudad que le gustaba estar a sus pies. No era un hombre de modales suaves o palabras gentiles, pero si trabajador y leal que nunca había pedido un favor para conseguir lo que quería o tenía. Tenía un fuerte carácter y determinación, temido en los negocios y con la inteligencia necesaria para ganar todas las negociaciones en las que se involucraba, por lo que estaba acostumbrado a salirse con la suya.
![](https://img.wattpad.com/cover/253448469-288-k6064.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Let me inside | L.S. |
Fanfiction"-Déjame entrar aquí-le dijo tocando su pecho con el dedo índice, justo donde estaba su agitado corazón-. Sólo déjame entrar y vivir ahí. No me alejes otra vez, porque no podré recuperarme una segunda vez." ··· Hace cuatro años que Louis no ha visto...