Capítulo 11

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Harry tenía la cabeza apoyada en el cristal del coche, el movimiento hacía que su cabeza fuera en un vaivén que lo mecía en la bruma de la música que sonaba de fondo, oía a su hermana hablar, pero no le prestaba atención, y su vista estaba concentrada en las gotas de lluvia que repiqueteaban en la ventanilla acompañando a sus pensamientos. Era como un goteo constante que se alojaba en la parte posterior de su cabeza, recordándole aquellas tres simples palabras: feliz cumpleaños, Lou.

Literalmente, quería golpearse contra el cristal.

Era un zumbido constante que golpeaba una y otra vez preguntándose por qué lo había hecho, lo que empeoraba considerablemente su resaca. Cogió aire y lo soltó en un resoplido que llamó la atención de Ginna.

-Oye, ¿estás bien?

Harry se cruzó de brazos y se limitó a asentir mientras cerraba los ojos.

-Resaca.

-Tuvo que ser una buena fiesta para que te dejara así de destruido-alzó una ceja, Harry volvió a asentir-¿De quién era?

-No lo conocíamos, era el amigo del medionovio de Nellie.

-¿Cómo?-Ginna abrió los ojos sorprendida y agarró el brazo de su hermano para zarandearlo-¿Cómo es eso de que Nellie tiene novio? ¡Y no me ha dicho nada!

A Harry a veces se le olvidaba que su familia conocía a Nellie y Niall y que eran como un miembro más, incluso sabía que Ginna se escribía con ellos, se tenían en redes sociales y su madre no paraba de invitarlos a pasar las vacaciones con ellos en casa. Si no fuera porque ellos tenían su propia vida y sus propias familias, probablemente estarían en ese coche camino a la casa de Harry también. Pero, si era honesto del todo, en ese momento de la última persona que quería saber era de Nellie, por su culpa estaba tan cabreado consigo mismo.

-Medionovio-corrigió-Lo conoció hace unas semanas y ahora no se despega de él, por eso no te lo habrá contado, no ha cogido tiempo para respirar todavía.

-No es razón suficiente-Harry medio abrió un ojo y vio en su hermana esa mirada llena de determinación que significaba que le pediría explicaciones en cuanto saliera del coche-¿Cómo es?

Ginna tenía la mirada fija en la carretera y agarraba con fuerza el volante, tenía una leve sonrisa en los labios y estaba impaciente por conocer todos los detalles de lo que sea que Harry estuviera apunto de contarle. Era bastante parecida a él, aunque sus ojos eran marrones y no verdes, su pelo si que era del mismo color, pero había sorprendido a todos hacía unas semanas decolorándoselo a rubio platino. Así era ella, bastante volátil y decidida, no importaba lo que se le acabara cruzando por la mente, que no paraba hasta conseguirlo, y eso era algo que Harry verdaderamente admiraba de su hermana.

-No sé mucho de él, lo conocí ayer-se encogió de hombros y volvió a cerrar los ojos-. Se llama Matt y trabaja como ingeniero informático en una empresa en la ciudad. Me pareció simpático, no hablé mucho con él, pero lo poco que vi me gustó y ella parece feliz con él. Literalmente llevan estas semanas sin despegarse.

-¿Y qué piensa Niall?

-No le cayó bien, aunque no me sorprende, no ha parado de quejarse desde que se enteró.

-Ajam.

Harry abrió los ojos a tiempo para ver como su hermana escondía una sonrisa la palma de su mano.

-¿Qué pasa?

-Nada, nada-contestó ella mordiéndose el labio inferior para contener la risa-. Que a mí tampoco me sorprende.

Harry frunció el ceño un poco confuso, pero volvió a cerrar los ojos. No le apetecía seguir hablando del tema, estaba cansado y el zumbido de su cabeza no se iba. Su hermana pareció entenderlo y le dejó tranquilo para que pasara la resaca solo, el problema estaba en que él no sabía cual resaca era peor, la de todo el alcohol que bebió la noche anterior o la de Louis.

Let me inside | L.S. |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora