Capítulo 16

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Con una sonrisa, Louis dejó el teléfono encima de la encimera de la cocina y anduvo hasta la vitrocerámica donde la cafetera silbaba. Sus pies se iban poco a poco acostumbrando a andar descalzos por el suelo frío de la mañana, con el derecho se rascó el gemelo de la pierna izquierda y tanteó lo caliente que estaba el asa de la cafetera. Cogió un trapo para agarrarla y servirse el café italiano que había comprado unos días atrás porque cierta persona se lo había recomendado. Sonrió de nuevo.

El olor impregnó rápidamente la estancia y su estómago gruñó de anticipación. Dejó la cafetera metálica de color plateado, que tenía entendido que también era de estilo italiano, o al menos mediterráneo, y fue hasta el frigorífico para coger la leche. Su teléfono volvió a vibrar y se giró a mirar como la pantalla se iluminaba. Aun con el brik de leche fresca en la mano se asomó para ver cómo era el nombre de Harry el que estaba allí, respondiendo a la pregunta que le había hecho antes.

Quiso darse unos segundos para saborear el momento, aunque sus manos estaban deseosas de desbloquear el teléfono para ver que decía, esperó a servirse la leche en el café, el azúcar, removerlo y pillar dos de esos dulces redonditos que había conseguido la última vez que estuvo en Cambridge. Se sentó en el sofá de cuero negro que miraba hacia las puertas correderas que daban al balcón de su apartamento, empañadas por el contraste del calor que empezaba a emanar de la calefacción en las paredes y el frío gélido que hacía en el exterior. Sonrió de anticipación y desbloqueó el teléfono.


Harry: Fatal, la verdad. Niall casi me tira el bol de cereales a la cara cuando he intentado animarle.

Louis empezó a reír tapándose la boca con la mano libre.

Louis: Pero tampoco hace tanto frío, ¿no?

Harry: ¿Cómo? ¿Pero tú eres consciente que estamos a -3º?

Louis: ¿Y?

Louis rio con el emoticono sorprendido que envió Harry.

Harry: Seguro que tú estás descalzo, ¿a que sí?

Louis miró sus pies encima de la mesita de té y sonrió al ver que efectivamente lo estaba. Sintió como su estómago hormigueaba al saber que Harry lo había adivinado.

Harry: No hace falta que me lo digas, lo sé.

Louis: ¿No os funciona la calefacción?

Harry: Yo no soy un niño rico como tú, Lou. Mi casa es antigua y es muy fría, para mantenerla caliente tiene que estar funcionando todo el tiempo la calefacción.

Si tú quieres pagar la factura, podemos hablarlo.

Louis: Vale, pero ¿qué me ofreces a cambio?

Se mordió el labio mientras pulsaba el botón para enviar el mensaje. Negó con la cabeza preguntándose qué diablos estaba haciendo, podía malinterpretarse como un tonteo por su parte y él no estaba buscando eso...¿o sí? Volvió a negar sacudiéndose las preguntas de su cabeza, pero el sonrojo de sus mejillas al ver las palabras escribiendo aparecer en la parte superior del chat lo traicionaron. Cuando desaparecieron frunció el ceño confundido y esperó a que aparecieran otra vez, pero al no hacerlo se preocupó, se arrepintió en ese momento de haberlo hecho

-Joder, Tomlinson, ya la estás cagando de nuevo-se reprochó así mismo incorporándose en el asiento, colocando sus pies en el suelo, encogiendo los dedos al notar el frío de nuevo-Ni siquiera querías tontear con él, ¿pero qué te pasa?

Se quedó mirando la pantalla del teléfono, Harry seguía en línea pero no escribía. Intranquilo se frotó la cara, el hormigueo que había sentido en su estómago minutos atrás se había convertido en pinchazos de miedo. Todo iba muy bien con Harry, habían estado hablando casi a diario desde que había vuelto a Londres, bromeaban, se divertían, se recomendaban series y películas, incluso música. Harry había ido entrando poco a poco en su vida de nuevo y escuchar su teléfono vibrar era parte de su rutina, se había sorprendido agarrando el teléfono impaciente por ver un mensaje suyo o pensando excusas para hablarle, y aunque ya se había visto antes en esa situación, ahora sabía que habría una respuesta.

Let me inside | L.S. |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora