-Me acaba de llamar Andrea diciéndome que Sara y Ana van a dejar su piso – le dije a Luisita tras volver del pasillo de hablar con Andrea – por si quiero ir a verlo para alquilarlo.
-Hala, ¿dónde es?
-Está en La Latina.
-Oye – alargando la e -, pero si eso está mucho más cerca que de donde vives ahora – dijo con una enorme sonrisa.
-Sí – achiné los ojos.
-¿Y cuándo vas a verlo? – preguntó rápidamente.
-Pues esta tarde a las 18:00 hemos quedado.
-Jopé, ¿en serio? Es que justo trabajo...- con algo de pena.
Sonreí
-Ah, pero ¿tú quieres venir conmigo? – me mordí ambos labios por dentro, intentando no sonreír más.
-¿Qué? – me dijo refiriéndose a mi risa y mostrando indignación.
-Nada, que no sabía que querías venir – me encogí de hombros.
-A ver, es que algún día que otro me pasaré por allí, qué menos que ver si el sofá es cómodo y tiene chaise longue...
-El sofá porque es donde vas a dormir, ¿no? – en tono burlón.
Agachó un poco la cabeza, se mordía le labio inferior. Y me miró desde abajo, alzando las cejas. Dejó escapar el labio, ahora tenía la boca medio abierta y empujaba el carrillo izquierdo con la lengua. Me reí.
-Mejor me muerdo la lengua – me dijo sin cambiar de posición.
-¿Por qué? – Buscaba picarla.
-Porque estoy viendo la escena en mi cabeza. Ya me rogarás que me vaya a dormir contigo, ya me lo rogarás – hizo un recorrido extendiendo sus manos y terminó por levantarlas.
-Bah, no tanto, eh – le saqué la lengua.
Ella sonrió y se acercó lentamente. Nuestras bocas fueron volviendo a una posición más relajada. Cuanto más se acercaba más notaba mis pulsaciones acelerándose. Estábamos tan cerca que podía notar su respiración.
No sé decir cuánto tiempo nos quedamos en esa posición.
Por una parte, se me hacía eterno porque me moría de ganas por besarla. Por otra, amaba esa sensación: la del instante justo antes de besarnos. Y nunca había podido disfrutarlo tanto tiempo.
La tenía en frente, podía prácticamente respirar de ella, no pude aguantar más y la besé. Ella siguió el beso hasta que se separó con una sonrisa triunfante.
-¿Qué? – Pregunté mientras sonreía inconscientemente.
-Si no eres capaz de aguantar ni medio minuto sin besarme teniéndome a centímetros ¿cómo vas a aguantar cuando te pida dormir contigo? Porque me apuesto lo que quiera a que tú tienes incluso más ganas que yo.
Sonreí y me mantuve en silencio. No podía debatirle nada.
-Bueno, más no, pero porque no se puede – terminó por decir – ven aquí, anda.
Puso sus manos a ambos lados de mi cara y me besó con ganas, aunque yo la recibí con más ímpetu aún. Besar a Luisita era una de las mejores sensaciones que había sentido nunca. Era calma y huracán al mismo tiempo. Siempre que me besaba se me erizaba la piel y me quedaba sin aliento. No sé en qué momento me volví adicta a ellos ni cómo había podido vivir tanto tiempo sin tenerlos.
Ambas estábamos de pie y no éramos capaces de parar de besarnos, Luisi bajó sus manos hacia mi espalda y me llevó hacia ella, mostrando así el mismo pensamiento que yo: todo espacio entre nosotras me parecía inmenso.
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DÉRIVE
FanfictionDérive hace referencia a la idea de que aunque vayamos a la deriva acabaremos de nuevo en el camino impuesto por las circunstancias que nos rodean. Amelia Ledesma tiene que dejar atrás su vida anterior con todo lo que ello conlleva. A pesar de haber...