Capítulo 19

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17 AGOSTO 2020

Habíamos hecho el concierto y todos nuestros fans estaban cantando al unísono nuestras canciones, mientras nosotras reíamos y cantábamos en el escenario del parque. Daniel había conseguido todo para un concierto casual y, claro, no habíamos cobrado nada. Ellos se merecían un concierto gratis.

Y además, la cumpleañera estaba abajo, gritando como loca.

—¿Están disfrutando? —gritó Josie a través de micrófono, a lo que los fans gritaron a coro un «¡Si!»—. ¡Eso es!

Josie me guiñó un ojo y le sonreí antes de acercar mis labios al micrófono.

—Hoy, quiero invitar a una amiga a subir al escenario —comencé, jamás dejando de sonreír—. Es su cumpleaños. Gillian, ¿quieres subir?

La pelinegra tenía la boca abierta. Miró a todos lados y luego se señaló a ella misma, atónita. Los fans la comenzaron a empujar para que fuera corriendo a las escaleras, y lo hizo, pero parecía que flotaba en el aire.

—Y ahora, todos juntos, como la familia que somos, vamos a cantar el feliz cumpleaños para esta chica preciosa.

En cuanto lo dije, Ruby comenzó a cantar seguida de todos, mientras yo abrazaba a Gillian.

—Te prometo que nunca volverás a pasar tu cumpleaños sola, sin nadie más que tu hermano —susurré, y sentí como se sacudió en un sollozo—. Ahora estoy yo. Y las chicas. Te quiero, Gillian, feliz cumpleaños.

Ella me sonrió agradecida y luego de cantarle el feliz cumpleaños, cantamos con ella nuestras canciones, animando aun más a las personas de nuestro alrededor.

Note de inmediato cuando Gilbert llegó. Estaba de pie en una esquina, con la mochila colgando de su hombro y sonreía. Le guiñe un ojo, señalando a Gillian que cantaba a todo pulmón con Ruby y Jane.

Él gesticuló un «Gracias», a lo que yo sonreí.

***

Cuando el concierto terminó y firmamos autógrafos, nos sacamos fotografías y grabamos variados saludos, todos se fueron. Me colgué la guitarra a la espalda, lista para irme. Daniel vendría a recoger las demás cosas con el equipo. Nosotras podríamos irnos libremente.

Jane, Ruby y Josie ya se habían ido, al igual que Diana quien la había ido a buscar Jerry. Yo pretendía irme caminando. Tenía mucho que pensar.

Al menos así era hasta que Gilbert comenzó a caminar a mi lado.

—¿Y Gillian? —pregunté, extrañada.

—Se fue al cyber a imprimir todas las fotos que se sacaron juntas. Probablemente llegue a casa a ponerlas en su altar dedicado para ti.

Solté una carcajada, negando con mi cabeza.

—Gracias —dijo, aún mirándome—. No creí que recordaras lo del cumpleaños de Gillian. El momento que te pedí este favor parece tan lejano.

—Siempre cumplo mis promesas, Gilbert.

Él sonrió y continuó su camino a mi lado, sin decir nada más.

Yo pensaba en muchas cosas. Y me descubrí a mí misma queriendo decirle algo más al chico. No sé, cualquier cosa.

—Gillian y tú parecían liderar una revolución hoy —hablé a modo de broma.

Dejó escapar una risa.

—Bueno, por ti, cualquiera haría una revolución. Pero, en todo caso, yo soy Katniss y Gillian es Peeta.

Ahora nuestras carcajadas de hicieron más altas.

—Por cierto, ¿cuando es la batalla de bandas?

—Unos tres o cuatro meses. Es tiempo suficiente para ensayar. Tiene que salir perfecto para pasar las tres rondas.

—¿Hay rondas?

—La primera es de eliminación. Son más de treinta bandas las que participaran y tienen que quedar diez para la segunda ronda. En la segunda ronda se eliminan siete bandas y quedan tres que competirán por el primer, segundo y tercer lugar. En resumen, si logras estar dentro de las tres mejores bandas, la fama será mucho más grande y se extenderá a países más allá de Canadá. Podemos llegar incluso a la latinoamerica. Debe ser curioso tener fans latinoamericanos.

—Wow, es... Mucha presión, creo yo. Bueno, yo estaría mortalmente presionado.

—Confío en mi banda. —Sonreí, mirando las estrellas—. Son geniales. Podrían ganar incluso el concurso Europeo de bandas. Tienen muchísimo talento.

—Veo bastante orgullo en tus ojos.

—Es que estoy orgullosa. Me enorgullece ver hasta donde hemos llegado. Era un sueño, y se convirtió en una realidad. Nosotras lo convertimos en una realidad.

—Ahora yo también me siento orgulloso. Me estás pegando tus sentimientos.

Le di un golpe amigable en el brazo y este rio. Llegamos a mi casa en unos minutos más. Di media vuelta y él seguía sonriendo.

—Bueno, supongo que hasta aquí llega nuestro pequeño viaje —habló, moviendo un poco su cabello.

Sí, mi corazón dio un saltito al escuchar el «nuestro».

—Todavía tienes un viaje por recorrer hasta tu casa.

—Será aburrido sin tener a una hermosa chica que mirar. Una como tú. O tú, siendo específico.

Sentí la sangre viajar a mis mejillas y desvíe la mirada. Él tomó mi mano, y me hizo mirarlo.

—Iremos juntos a la boda de Bash y Mary, ¿no? Recuerda que seguimos siendo novios ante ellos.

—Claro que sí —susurré, aún embobada con el sentimiento de su mano y la mía. ¿Qué demonios me está pasando?

Entonces, para mí sorpresa, Gilbert se acerca y deja un beso en mi mejilla, para luego sonreír.

—Buenas noches —se despidió, y se fue, sin darme oportunidad de responder.

Mi mano fue directo a mi mejilla. Gilbert y yo nos habíamos besado, uno de esos besos apasionados. De esos que demuestran el deseo que sentimos por otra persona. Pero que besara mi mejilla... De esa forma... Fue un gesto tan íntimo... Y siento que todo mi cuerpo se estremeció por la ternura.

Vaya noche extraña.

***

Bueno, vengo a decir que a esta historia le quedan siete capítulos más el epílogo, o sea que falta relativamente poco para que acabe y no estoy preparada para soltarla.
Les amo, besitos.
–Lux🌠

𝑽𝒆𝒓𝒂𝒏𝒐 (𝑨𝒏𝒏𝒆 𝒙 𝑮𝒊𝒍𝒃𝒆𝒓𝒕)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora