Capítulo 8

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26 JULIO 2020

Anne

—Siguiente.

Miré a Josie incrédula, pero ella no me devolvió la mirada.

Los ojos de a chica se llenaron de lágrimas y se fue corriendo.

—Josie, cantó bien, tocó bien e hizo todo bien —reclamó Diana, frunciendo el ceño.

—Quedamos en que yo las elegiría. 

La pelinegra entrecierra los ojos vuelve su vista hacia el escenario de práctica.

Estábamos en las audiciones para las nuevas chicas de nuestra banda. Sí, chicas. 

Aquí no se admiten hombres misóginos que impongan su dominio y mando por delante de nosotras.

Daniel estaba a mi lado, hablando por el celular sobre un concierto y todo eso. Todos los días eran así con él. Ser manager no era tan fácil como se creía.

Un par de chicas más subieron a escenario y demostraron sus dotes musicales, pero Josie las quitó de su vista rápidamente.

Enserio era muy difícil de complacer.

—De este modo vamos a terminar cuando comience la época apocalíptica y se exterminen todos los humanos —murmuro, soltando un bufido.

—Shh, calla —reprochó Diana, señalando a la chica rubia que subía al escenario con gesto tímido, una guitarra y la ropa color rosa.

—Hola... eh... yo... —empezó a decir—. Sé tocar la guitarra.

—Nos dimos cuenta —masculló Josie, rodando los ojos—. Adelante, pero desde ahora te advierto que nuestra guitarrista principal es Anne.

—Yo... eh... lo sé  —musitó la chica, bajando la mirada—. La admiro mucho.

Sonreí. —Puedes comenzar, linda.

Josie me dio un golpe en el brazo por mi amabilidad, lo que le devolví.

Que ella quiera ser una perra no significa que yo también. Se nota demasiado que la chica está nerviosa.

La rubia comienza a tocar unos acordes, una melodía bastante conocida. Su voz comienza a escucharse.

Miro de reojo a Josie, quien asiente de vez en cuando.

La realidad es que la chica era muy buena.

Al terminar, bajó de inmediato su mirada.

—Veamos —comenzó Josie—. Cantas bien y se nota que tocas desde hace mucho la guitarra, pero no tienes presencia en el escenario. Es como si fueras una estatua. Nuestro grupo es vida, chica.

Ella mantiene su mirada baja.

—Pero creo que tienes bastante potencial y esa actitud tímida se puede remover. Eres la integrante número cuatro de la banda.

La sorpresa en nuestros rostros es obvia. La chica levanta su cabeza como si le hubieran dicho que Harry Styles se iba a casar con ella y le daría nueve hijos. 

—Ay dios mío, ay dios mío, ay dios mío —masculla, emocionada.

Y rompe a llorar.

Nos miramos entre nosotras, desconcertadas.

—Eh... ¿Estás bien? —pregunta Diana.

—¡Sí! —solloza, sonriendo y secandose las lágrimas—. Es que no creí que pudiera ser parte de su banda.

—Y yo creía que One Direction iban a estar juntos por siempre, amiga —dice mi rubia amiga—. Por cierto, ¿Cómo es que te llamas?

—Ruby, Ruby Gillis y muchas muchas gracias.

Ella bajó del escenario y se mantuvo junto con las otras chicas.

Bien, ya teníamos a una. 

Faltaba otra. 

Pasaron muchas chicas más, y como siempre, Josie no se conformaba con ninguna. 

Diana está apunto de romper el lapiz que tiene en la mano porque Josie no toma atención a ninguna de sus acotaciones.

Daniel y yo estamos a punto de dormirnos cuando la voz animada de una chica nos hace despertar.

Josie la mira de arriba a abajo. Bueno, todos la miramos de arriba a abajo. 

Cabello castaño y rizado, ojos color marrón, piel clara, ropa negra ajustadísima y tiene un bajo en sus manos.

—Chica, lo siento, pero no buscamos una bajista —le dijo Josie, con el entrecejo arrugado.

—Lo sé, pero soy bajista y cantante, por lo que vengo a mostrar mis maravillosos dotes de música —responde, sin prestarle mucha atención.

La cara de Josie dice que probablemente la quiere echar, pero antes de que pueda decir alguna cosa más, la chica comienza a tocar.

Y joder, es completamente buena con el bajo y tiene una voz divina.

Cuando termina, se queda parada con una sonrisa.

—No estás dentro.

—¡Josie! —exclamo, enfadada—. ¡Tocó bien!

—¡No necesitamos otra bajista!

La castaña nos mira con diversión en el rostro.

—Es mucho mejor que todas las que haz rechazado, por lo que no voy a aceptar que digas que no.

La rubia se levanta, deja caer el cuaderno al piso y me señala.

—Pues bien, que se quede, pero yo me voy porque dos bajistas no pueden estar en una maldita banda.

Con solo decir eso, se va.

—Daniel —murmuro, mirando por donde se fue Josie—. Dile a la chica y a Ruby que mañana hay ensayo. Arregla todo con Diana.

Al decir eso salgo corriendo en busca de Josie.

La encuentro en el estacionamiento, intentando abrir el auto y golpeando la puerta del mismo.

—¡Josie!

Ella se gira hasta mi y puedo ver como las lágrimas corren por sus ojos.

—Ve con tu nueva amiguita con la que quieres reemplazarme. Joder, ¿Tan reemplazable soy? Es una mierda sentirse así. 

Me detengo enfrente de ella, respirando aceleradamente.

—¿Qué pasó? —inquiero.

No cuento ni un segundo cuando la tengo entre mis brazos, llorando como una niña pequeña.

—Lo siento —solloza—, yo... yo no quiero ser cruel, pero... pero él me hace ser así. Anne, ¿Soy tan fácil de olvidar? ¿Realmente no valgo la pena como para que alguien se enamore realmente de mi y no solo me quiera a ratos? Estoy destrozada.

Acaricio su espalda, adivinando lo que otra vez pasó.

—¿Otra vez? Josie, sabes que Billy no es un buen hombre —murmuro.

Ella asiente, dándome la razón.

—Solo quiero olvidarlo, porque me hace daño. Me lastima demasiado emocionalmente y yo misma lo perdono con un solo pestañear de ojos. Pero esta vez realmente me rompió. Esta vez estoy completamente rota. Esta vez no solo dañó mi corazón si no que dañó el de otra chica mucho más ingenua que yo. Nos dejó a las dos muy mal. 

Lo único que podía hacer era abrazarla. 

Sé que estaba muy mal desear esto, porque Josie estaba con el corazón roto, pero me alegraba saber que finalmente estaba abriendo los ojos. 

Porque nadie se merece ser usado a ratos. Es un amor completo o mejor no des nada.

𝑽𝒆𝒓𝒂𝒏𝒐 (𝑨𝒏𝒏𝒆 𝒙 𝑮𝒊𝒍𝒃𝒆𝒓𝒕)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora