Capítulo 20

178 19 10
                                    

(Imagen: cmmckeehen en Pixabay.com)

[¡Buenas tardes, eldaryan@s! La continuación de las aventuras de Scar va viento en popa, aunque a partir de este episodio cambiaremos de escenario por un tiempo y la cosa se pondrá algo más emocionante a nivel de acción. Espero que os guste el giro de la historia a partir de ahora y, no os preocupéis, que seguiremos contando con Valkyon y Lance.

¡Un abrazo y cuidaros muchísimo! :P]

Scarlett

Cómo no, llegaba tarde. Jodidamente tarde. Mientras terminaba de meter en su mochila las cosas de última hora que podría necesitar en su mes de prueba, se lamentaba por varias cosas. Como, por ejemplo, el hecho de no tener un familiar que la despertara, o que se había perdido el desayuno, o que ya podía prever la bronca que le echaría Lance, o que... No pudiera quedarse más tiempo con Valkyon. Lo de anoche había sido increíble.

"Un polvazo de categoría suprema, querida.", le susurró su institutriz personal en la cabeza que, extrañamente, se parecía cada vez menos a Minerva McGonagall y más a una madame de un club de alterne de novela romántica victoriana. En concreto, le recordaba al personaje de Moxxi de una de sus sagas de videojuegos favoritas, "Borderlands".

Bufó, trató de respirar, corrió, se tropezó, tosió por la falta de aire, empujó sin querer a alguien que entraba por la puerta del Cuartel General, saltó las escaleras del jardín, inspiró hondo y esprintó los últimos metros por el Sendero de Arcos para, finalmente, abrirse camino a codazos entre los faes congregados que estaban despidiendo a los reclutas que se examinaban. Al salir de la muchedumbre, se apoyó en las rodillas para recuperar el aliento y retrasar todo lo posible el encuentro con Lance. No le apetecía nada algún comentario sagaz de lo puntual que era esa mañana.

"Pero es que, chico, el alcohol y el mejor polvo que has echado en meses hacen maravillas a la hora de irse a dormir", explicó innecesariamente su (tenía que admitirlo ya) madame del Moulin Rouge en la que se había convertido la señorita McGonagall.

Scarlett se mordió la lengua para no reírse, más que nada porque no quería agraviar la situación y tampoco quería perder de golpe el escaso aire que había conseguido que entrara en sus pulmones después de la galopada. Volvió a inspirar hondo por la nariz y se incorporó con una sonrisa insolente en el congestionado rostro mientras decía con toda la energía positiva que pudo reunir.

- Buenos días a todos. -

Sus compañeros y compañeras tenían distintas expresiones de humor dirigidas a ella: Mandos la miraba con el ceño fruncido, molesto, seguramente, por haberla tenido que esperar; Maeba con un rictus de reproche maternal en la boca; Eivalon estaba cruzado de brazos mirándola con una sonrisilla y la ceja alzada en un interrogante gracioso; el resto la miraban entre fastidiados y risueños por tener una razón más para burlarse de ella en un futuro. Dejó para el final a Lance que la miraba... Bueno, la palabra era, seguramente, iracundo. Tenía los brazos cruzados con fuerza sobre la casaca negra del uniforme, el porte regio y orgulloso sólo atenuado por la cabeza inclinada por la ira. Los mechones rebeldes de sus sienes se habían deslizado de su peinado normalmente perfecto y sus ojos resplandecían tenuemente. Por suerte, la luz azulada no era demasiado llamativa gracias al espléndido azul del cielo y la luz intensa del sol en ése maravilloso (sólo climatológicamente hablando), maravilloso día. Lo vio inspirar aire por la nariz con fuerza y cerrar los ojos una milésima antes de espetar:

- Llegas tarde. -

- Evidentemente, sino no habría corrido como una posesa hasta aquí. - Le señaló con algo de chulería mientras se recolocaba la mochila al hombro.

Lance frunció más el ceño pero no le siguió el juego. Seguramente porque había espectadores... Y precisamente por ello, se acercó con paso relajado y le indicó con tono helado:

Among us [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora