Capítulo 8

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(Imagen: Pinterest)

Scarlett

Después de realizar la lista de tareas que le había encomendado Kero, volvió a su habitación para dejar el uniforme. Se quedó sorprendida al entrar y ver que alguien había limpiado la habitación, puesto sábanas limpias, y colgado unos pesados tapices blancos que representaban, dentro de un tondo, la figura de una mujer y un dragón entrelazados. El diseño estaba completado con nudos en un estilo parecido a los diseños celtas. Éstos daban algo más de confort a la estancia y evitaban que ráfagas de aire frío se colaran por las rendijas de las ventanas. Cada vez se iba percatando de más detalles que conectaban a Eldarya con las épocas antiguas de la humanidad. La impronta eldaryana en los vestigios antiguos era innegable y viceversa. Tiró lo que llevaba en brazos sobre la cama y se acercó a tocarlos. Justamente, estaba murmurando lo bonitos que eran entre grititos entrecortados de emoción, cuando oyó unos pasos pesados que pasaban raudos, se paraban, y volvían sobre sí mismos. Scarlett dio un respingo de placer al escuchar:

- Me imaginé que te gustarían. –

La profunda voz del Guardián Obsidiana llenó la estancia, resonando un poco, ya que estaba prácticamente vacía a excepción de una cama, un arcón y una chimenea pequeña. Una puerta de madera oscura daba a un baño minúsculo con ducha, por el que se sentía muy afortunada. No se veía capaz de ducharse en los baños comunitarios del cuartel.

Scarlett se volvió a mirarlo y rogó porque no se notara demasiado la ilusión infantil que transmitía su voz al decir:

- ¿Los has elegido tú? Muchísimas gracias. – Valkyon sólo asintió mientras cruzaba los brazos y se apoyaba en el marco de la puerta. –Te estás portando muy bien conmigo. – Señaló, por último, dejando traslucir un tono de desconfianza.

Valkyon se encogió de hombros y la miró a los ojos mientras decía:

- Ya te dije que conozco perfectamente la situación en la que te encuentras. Yo tampoco tenía nada antes de la Guardia. –

- Bueno, tu hermano estaba contigo para ayudarte y protegerte. – Murmuró ella.

- Sí. Es cierto. El destino me concedió la suerte de no estar solo ante esa situación. La misma gracia que te ha concedido a ti. –

Scarlett jugueteó con el piercing de la lengua dentro de la boca. Tenía razón. Quizás debía ver las cosas con algo más de optimismo, aunque, no podía evitar preocuparse por la vida que había dejado atrás en la Tierra.

- Siempre les echaré de menos. –

Dijo refiriéndose a las personas que, ahora mismo, lo único que sabían de ella es que se había ido a una rave al bosque y había desaparecido. Valkyon volvió a asentir.

- Ahora tienes que centrarte en tu vida aquí. Sé que es complicado, todo es desconocido y pasarán años antes de que te encuentres del todo... bien. –

A Scarlett esa frase le cayó como una patada en el estómago. Años. El resto de su vida aquí. Sin electricidad, agua corriente, ordenadores... No volvería a jugar videojuegos, por ejemplo. No podría llegar a hacerse un café y simplemente pulsar el botón de la cafetera mientras ponía la tostadora. Ahora tendría que hacer frente a límites tecnológicos, médicos... en los que ni siquiera había pensado. Se sentó de golpe en la cama, como un peso muerto, avasallada por esos pensamientos. Dejó caer la cabeza entres sus manos.

- Es todo... TAN distinto... No creo que puedas entenderlo del todo. – Scarlett estaba a punto de echarse a llorar y bajó la cabeza, usando su melena como cortina para tener privacidad.

- Si me lo explicas, quizás pueda llegar a hacerlo... Te recuerdo que tenemos una cita en un rato. –

Scarlett levantó la cabeza como un resorte.

- ¿Cita? ¿Has dicho cita? –

Casi tartamudeó y se avergonzó de la cara de besugo que debía haber puesto.

- Sí. Cita. ¿Cómo lo llamarías tú? –

Valkyon frunció el ceño un poco, parecía desconcertado.

- Pues... um, es que con estas cosas en la Tierra vamos con pies de plomo... -

- ¿Con pies de plomo? – Eso le hizo sonreír.

- Quiere decir con cuidado... Me refiero a... definir algo entre dos personas. –

- No te sigo. – Señaló él con una expresión de confusión en el rostro.

- Mira, si lo llamas cita significa que es algo... romántico. Lo entendemos así en la Tierra. –

Sintió que Valkyon se erguía, dejando su postura relajada.

"Bien, Scar. Ya has vuelto a meter la patita hasta el fondo. Lo has espantado, enhorabuena."

Se asombró al ver que él se aproximaba a ella y levantó la vista. Sentada en la cama y con él de pie justo delante de ella... Si de base le parecía un chico grande... Desde esa perspectiva, parecía un gigante de tres metros. Le pasó un dedo por la barbilla.

- ¿Tú quieres que lo sea? –

Le dijo, modulando las palabras con lentitud en una cadencia que a ella se le antojó insoportablemente sexy. Scarlett no atinaba a contestar. Apretó las manos en su regazo y trató de disimular un suspiro.

- Yo... - Empezó, pero una voz procedente del pasillo interpeló a Valkyon.

- ¡Valkyon, estás aquí! Necesito que revises conmigo el último informe de misión y tengo una cuestión que resolver con el reparto de horas de vigilancia, tenemos mucha gente resfriada ahora mismo y... ¿Qué haces aquí? –

La voz de Ykhar se fue aproximando hasta detenerse en el umbral de la puerta. Valkyon sostuvo la mirada de Scarlett unos segundos más antes de retirar el dedo de la barbilla de ella e interrumpir el contacto visual.

- Ahora mismo, Ykhar. –

Murmuró él mientras se daba la vuelta. Scarlett supo el momento en el que Ykhar se percató de la presencia de ella sentada en la cama ya que la brownie dio un respingo y empezó a disculpase por la interrupción.

- Te veo en un rato en la cantina... Scar. –

Le dijo a modo de despedida antes de seguir a la administradora de la Guardia Brillante. Scarlett asintió antes de darse cuenta de que él, obviamente, ya estaba de espaldas y no había visto el gesto.

Otra muesca en el contador de Alelada número 1. Bien.

Among us [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora