Capítulo 6

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(Imagen: mzmatuszewski0 en Pixabay.com)

Scarlett

No vio a Kero cerca por lo que decidió aventurarse entre las estanterías de la biblioteca a buscarlo. Cuando iba por el tercer pasillo, se topó con un fae leyendo un libro al lado de un ventanal. La luz de mediodía se derramaba sobre él, lo cual impedía a Scarlett distinguir bien las facciones. Al ver que no se había percatado de su presencia, retrocedió con presunto sigilo y se dispuso a seguir su búsqueda.

- Si buscas a Kero, ha salido hace un rato. ¿Qué necesitas? -

La voz era grave, profunda, como si estuviera acostumbrada a dar órdenes. Le recordó a la de Valkyon al instante.

- Pues... He terminado mi test de las Guardias y se lo tengo que dar. - Indicó ella con voz atenuada, volviéndose.

Se sintió de repente como una niña a la que habían pillado in fraganti haciendo algo malo y que esperaba una reprimenda.

El chico se había puesto en pie y se acercaba a ella. Al llegar a su altura, Scarlett se dio cuenta de que era bastante alto, con unos hombros anchos que ocultaban la luz a su espalda. Una ancha cicatriz blanca le atravesaban la nariz llegando hasta la mejilla derecha; justo debajo, otra más pequeña hacía el mismo recorrido. Los ojos, entre el plateado y el azul claro, eran iridiscentes, irreales, y la observaban con un interés grosero. Evocó entonces los de Valkyon, que tenían esa misma profundidad brillante. La manera de moverse también le resultó familiar. Y la ropa, que era muy parecida a la del Guardián Obisiana, aunque Valkyon no solía usar colores tan oscuros. Fueron impresiones que la dejaron un poco pensativa y, por ello, no le dio tiempo a reaccionar cuando él le quitó de las manos el test para hojearlo.

- ¡Eh! Eso es privado. - Dijo enfurruñada.

No insistió más porque él ya había visto todas las páginas y sus respuestas. Cuando terminó, se lo devolvió con una sonrisa socarrona. Ella se quedó algo paralizada, notando cómo se le subían los colores. ¿Aquí todos los chicos eran tan... jodidamente atractivos?

- Perdona, no he podido resistirme. Eres una de las humanas. - Scarlett no se molestó en asentir ya que era una afirmación. Sólo se encogió de hombros, nerviosa. - ¿Quieres que te diga en qué Guardia estás? -

Scarlett jugueteó secretamente con el piercing de su lengua, nerviosa. No había visto faes con perforaciones extra en ninguna parte y no quería desentonar todavía más, por lo que lo mantenía lo más oculto posible. La única en saberlo era Gardienne que, después de tantas horas pasadas juntas, había atisbado más de una vez la bola negra que cerraba el palo del piercing.

Finalmente, decidió que no era importante quién le dijera el resultado del test. Asintió.

- ¡Scarlett! ¿Has terminado el test? - Kero apareció por el pasillo principal. - Ah, hola, Lance. Pensaba que estabas de misión. - Saludó Kero al chico mientras se aproximaba a ellos avanzando por el pasillo.

- He vuelto hoy. Me toca periodo de descanso, así que he venido a ver si cojo algo para leer... Scarlett, ¿no? ¿Te gusta leer? -

Ella se quedó pillada un momento, mirándolo como un conejo asustado y luego asintió. Parecía que este hombre tenía la facultad de hacerla quedarse sin palabras.

- ¿Me recomendarías algo? -

- No sé nada de literatura eldaryana. -

O eso pensaba porque, de súbito, empezaron a aparecer nombres y títulos de obras que jamás había leído y que no eran terrestres. De nuevo, recuerdos y conocimientos de Valkyon, no de ella. Un recuerdo en especial la hizo mirar al chico de ojos azules y pelo plateado con otros ojos.

- Tú eres el hermano de Valkyon. - Dijo ella.

De súbito, la expresión de Lance cambió, volviéndose fría y dura.

- ¿Cómo sabes tú eso? -

Se acercó a ella y la arrinconó contra una estantería. Scarlett tragó saliva, nada preparada para la reacción de él.

- Eh, Lance, tranquilo. - Le dijo Kero, poniendo una mano en el hombro de Lance.

- Él... te mencionó. -

Scarlett tocó con la mano que tenía a la espalda el lomo de un libro y lo sujetó para sacarlo con rapidez por si tenía que defenderse. No estaba acostumbrada a que la gente fuera tan... reactiva. En Eldarya, al parecer, los instintos y las reacciones naturales eran más usuales que en la Tierra. A ningún chico desconocido se le hubiera ocurrido arrinconar a una chica así, de buenas a primeras, por una obviedad. A no ser que fuera un psicópata, claro.

- No me mientas, humana. Llevo dos años exiliado de Eel y no es que sea precisamente una de las personas preferidas de Valkyon. Te puedo asegurar que no habla mucho de mí. -

Scarlett maldijo mentalmente. ¿Por qué él se molestaba tanto?, pensó irritada. Sin embargo, lo más importante era cómo salir de la situación.

- Hablamos mucho. - Dijo ella, esquiva, queriendo salir de esa situación incómoda.

Lo último que quería era que más personas aparte de Ezarel y Gardienne supieran los efectos del hechizo de transferencia.

- ¿Ah, sí? Permíteme que lo dude. Valkyon no es ningún charlatán y es muy discreto con su vida privada. A no ser... ah, ahora entiendo por qué has elegido nuestra Guardia en el test. -

Lance se relajó y cambió la expresión, mirándola con intensidad nuevamente. Scarlett se hartó, dejando de lado toda educación, y lo empujó poniendo las manos en su pecho, aunque sólo consiguió que se moviera unos centímetros. Volvió a empujarlo con más fuerza.

- Ummm... Sí, eres más o menos su tipo. - Siguió murmurando él, ignorándola.

De repente, él agachó aún más la cabeza y su nariz quedó a escasos centímetros de la de ella.

- En eso nos parecemos. - Siguió diciendo él. Era la segunda vez ese día que se quedaba paralizada por un hombre. - Estoy esperando que me recomiendes algo. - Le dijo con burla, en un tono íntimo que hizo que las hormonas de Scarlett reclutaran nuevos adeptos para su revolución.

- Déjate de jueguecitos y enigmas. Os parecéis lo bastante como para que cualquiera que sea un poco observador sume dos más dos. - Le dijo ella con los dientes apretados, un poco harta de su actitud.

Kero miraba la escena, confuso, sin saber cómo reaccionar. De repente, Scarlett le propinó una patada en la espinilla al tal Lance con el objetivo de terminar de quitárselo de encima. Él bufó y se apartó para masajearse la zona con disimulo.

- Contigo, bromas las justas, ¿eh, humana? -

- No lo sabes tú bien. - Le dijo ella en tono despectivo y se dio la vuelta graciosamente.

Se alejó por el pasillo principal velozmente. Kero la siguió con el sonido característico de sus pezuñas resonando por el pasillo.

Among us [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora