Among us [TERMINADA]

Capítulo 11

(Imagen: skitterphoto en Pixabay.com )

Scarlett

No había dormido mucho, entristecida y avergonzada por su salida precipitada. Cuando Valkyon había empezado a relatarle lo que había provocado esa cicatriz, el recuerdo le vino con un estallido mental y lo reprodujo con total nitidez. El compañero que le había salvado la vida entonces, un sátiro de pelo completamente negro llamado Aristos, había muerto ahogado en un naufragio poco después. Al tener los recuerdos de Valkyon, Scarlett los sentía como suyos y la muerte del fae le afectó como si acabara de suceder. Era consciente, mientras lloraba desconsoladamente, de que los sentimientos provocados por los recuerdos que tenía no eran reales, estaban originados por el hechizo pero... Se sentía como si tuviera dos personas dentro de su cabeza. Después de desahogarse, se había estado flagelando con la salida dramática que había protagonizado.

¿Qué pensaría ahora Valkyon de ella, aparte de que era una maleducada y que quizás estaba mal de la cabeza? ¿Qué excusa podía inventarse para justificarse la próxima vez que lo viera? ¿Qué reacción podía esperar por parte de él? ¿Indiferencia? ¿Enfado? ¿Decepción? Se despertó con la cabeza a punto de estallar, sintiendo como si el cuerpo le pesara el triple de su peso normal, oyendo de fondo el reclamo de un beckett. Sonrió con melancolía al darse cuenta de que en Eldarya no todo era tan distinto. Se aseó y vistió junto a la pequeña caldera, temblando todavía por el cambio de temperatura entre las mantas y la habitación. Bajó a por su desayuno furtivamente, rezando a todas las deidades que se le ocurrían por no encontrarse con Valkyon esa mañana. No quiso tentar a la suerte y se llevó su desayuno a su habitación para poder comer sin estar pendiente de que apareciera el Guardián Obsidiana.

Por suerte para ella, muchos productos de Eldarya eran iguales o muy parecidos a los de la Tierra. Existían cosas tan básicas para su supervivencia como el café. Lo degustó con deleite acompañándolo de unas galletas hechas con cereales, miel y bayas. Cuando terminó, se apresuró a ponerse la capa y el broche de su Guardia y salió rauda hacia la zona donde se encontraban las pistas de entrenamiento.

La nieve estaba retirada de la liza de tierra para permitir los ejercicios. A pesar de todo, estaba húmeda y era un barrizal. Había muchos faes haciendo deporte y practicando ciertas destrezas cuando ella llegó. Por lo que pudo comprobar, no sólo la Guardia Obsidiana se entrenaba en el ámbito físico. Distinguió de lejos al fae gato que les había recibido a ella y a Gardienne en la sala de alquimia hacía unos días. Estaba haciendo una especie de gymkana con obstáculos naturales. Se quedó ensimismada un rato viéndolo, maravillada de la agilidad desplegada por el fae felino, queriendo llegar algún día a tener una cuarta parte de su destreza. Un grito de mando que llamaba al orden la sacó de su trance y miró en la dirección de la que había venido. Lance estaba allí y, al parecer, era uno de los que mandaban. Lo vio dando instrucciones a un grupo de faes que estaban prestándole toda su atención, situados un poco más lejos. No pudo evitar una mueca de desagrado.

Bufó con fastidio y siguió andando para acercarse a un brownie que estaba realizando unos estiramientos.

- Perdona, busco al instructor de los reclutas de la Guardia Obsidiana, por favor. -Le dijo con toda la amabilidad que podía reunir a esa hora de la mañana y sin que la cafeína le hubiera hecho todavía efecto.

- Sí, eh... El de allí. – Señaló con un movimiento de orejas el chico que a Scarlett le pareció muy gracioso. El siguiente comentario acompañado de una sonrisa socarrona del brownie no se lo pareció tanto. – Que te sea leve. –

Scarlett farfulló un improperio cuando miró hacia donde le había señalado. Cerró los ojos y volvió a abrirlos para comprobar que su suerte no era tan mala... Pero no había duda. Farfulló un gracias mientras obligaba a sus pies a ponerse en movimiento. Los muy cobardes se resistían.