Capítulo 28

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(Imagen: NadineDoerle en Pixabay.com)

[¿Qué tal, eldary@anos?

Después de unos cuantos capítulos tranquilitos, tocaba un poco más de acción que nunca viene mal en un relato. Además, disfruto muchísimo escribiendo las partes bélicas.

Sin más que agregar, aquí está el capítulo número 28 (no me lo creo ni yo) de la historia de nuestro trío.

Cuidaros muchos y mil gracias por estar ahí para apreciar todo el esfuerzo y trabajo que conlleva el fic. ¡Disfrutadlo, es para vosotr@s!]

Scarlett

Las palabras la dejaron anonadada y estaba todavía sujetando la puerta cuando oyó la cortina del baño abrirse con brusquedad. Valkyon se detuvo delante del joven, que aguantó mirarle a los ojos aunque se notaba que estaba intimidado.

- ¿Qué órdenes tienes? - Solicitó el dragón de fuego, sin perder la calma.

Scarlett envidiaba secretamente esa capacidad de control y sangre fría.

- Guardián. Se ha requerido a todos los efectivos armados y pertrechados en la zona de entrenamiento del C.G. para recibir órdenes. Le esperan allí. -

Valkyon salió, apartando al kitsune inmovilizado de un empellón, el cual sólo agitó las nueve colas con molestia en respuesta al ataque velado del Guardián Obsidiana. Lance salió después, dirigiendo una breve sonrisa de burla a Eivalon, que se acababa de percatar de la presencia del dragón de hielo. Éste tomó el camino de la izquierda. La mortificación y la parte cómica de la situación colisionaron creando una supernova emocional. Su cuerpo sólo pudo traducirla en un sonrojo abrasador y una sonrisa comedida mientras aguantaba la mirada asombrada de su compañero de promoción. Entonces, se percató de algo:

- Eivalon, ¿qué haces aquí? ¿No deberías estar en las montañas de Amphea, en el examen? -

A Eivalon le costó todavía medio minuto reponerse del hecho de que había visto salir de la habitación de Scarlett a Valkyon y Lance... a la vez. De súbito, se explicó atropelladamente:

- Ayer nos obligaron a volver. Al parecer, la zona no es segura por el momento... La verdad es que no nos dieron muchas explicaciones. - Admitió con una mueca contrariada. - ¡Rápido! Ponte el uniforme y coge tus armas. -

Scarlett se giró con presteza y alcanzó el arcón para sacar el uniforme y empezó a desnudarse. Vio por el rabillo del ojo cómo el kitsune se giraba rápidamente para darle privacidad.

- Cuéntame qué está pasando, Eivalon. - Exigió mientras se colocaba los pantalones y las botas.

- Al parecer una maga loca con gallytrots está atacando el C.G. - Suspiró el kitsune.

- ¿Todo este follón por una sola persona? - Refunfuñó Scarlett, ajustando el cinturón con las vainas de las espadas.

- No ha venido precisamente sola. -

Scarlett tragó saliva. Asintió en dirección a Eivalon para indicarle que estaba lista. Ambos salieron al pasillo, el cual ahora mismo lo cruzaban faes frenéticos de un lado para otro con propósitos distintos. El kitsune inició el camino de bajada de las escaleras y ella le siguió. Un tirón del brazo la hizo retroceder. Se giró con el ceño fruncido y una palabrota lista para salir de su boca al no reconocer de primeras al fae que lucía un casco con penacho azul. Los ojos fríos de Lance la taladraron, serios. Vestía una armadura ligera con motivos en azul y plata. Un escudo a su espalda y una espada larga en su cadera completaban el atuendo de guerra. La lanza que le había visto usar en Amphea asomaba por encima del hombro izquierdo. La admiración por el conjunto de guerra tuvo que dejarla para más tarde porque él la estaba casi arrastrando en dirección contraria sin mencionar palabra alguna. Ella le siguió, muda, hasta que Lance se detuvo en la puerta de su habitación, que abrió con apremio de una patada para después entrar precipitadamente. Scarlett pasó detrás, curiosa por ver la habitación de él aún encontrándose en una situación tan peliaguda. Le llamó la atención una lanza hecha de lo que parecían ser huesos que estaba colgada en la pared. No tuvo mucho tiempo de recrearse ya que Lance le tendía una camisola de cota de mallas.

Among us [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora