Capítulo 4

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(Imagen: asundermeier en Pixabay.com)

Scarlett

El siguiente mes fue... una locura.

Literal.

Como había predicho Valkyon, la sometieron a un interrogatorio extenuante entre él y la Guardia Brillante, a la que él pertenecía. Al parecer, era uno de los mandamases de todo aquello.

Tras quedar satisfechos con sus respuestas simplonas sobre que había ido a pasar el fin de semana a una rave en medio del bosque con sus amigos; que estaba dando un paseo y había pisado el círculo para después encontrarse en medio de una ventisca brutal que casi la mata y que, casualmente, había dado con las murallas del complejo; dejaron que Gardienne se la llevara a enseñarle el C.G. y explicarle el nuevo mundo en el que viviría.

Entre muchas conversaciones que mantuvieron, Scarlett se asombró cuando Gardienne le confesó que ella había decidido no volver a la Tierra. No quiso preguntarle sus razones. Después de todo, ella parecía muy feliz viviendo allí, siendo parte de la Guardia Absenta. Cuando cogieran más confianza, quizás se confesaran la una a la otra. Por otro lado, Scarlett estuvo interrogándola sobre si había notado algún cambio en ella de carácter o preferencias. Gardienne no supo responderle con total seguridad. Así que el objetivo que se había marcado al hablar aquella noche con Valkyon estaba resuelto... aunque no de manera satisfactoria.

Entonces, sus siguientes objetivos consistieron en habituarse al nuevo mundo que se abría ante ella. Todo lo que la rodeaba era a la vez nuevo y conocido, gracias al hechizo de transferencia, lo que le producía cierto desasosiego ante la cantidad de información que aparecía en su cerebro, avasallándola. Aunque, había veces que no tenía referencias de ciertas cosas, por lo que Gardienne y ella dedujeron que el hechizo, después de todo, era algo aleatorio en la información transferida y, obviamente, no era tan perfecto como Ezarel pensaba. Gardienne se carcajeó imaginando la cara de ofensa del elfo cuando le dijera que el hechizo no funcionaba bien.

A la vez que aprendía cosas nuevas, conocía a más faes de los que era capaz de recordar. Algunos con colores de pelo estrafalarios, cuernos, colas y aspectos antropomórficos, mezclados con rasgos animales. Otros se parecían más a las hadas que relataban los cuentos típicos de la Tierra. Todos la miraban con curiosidad y ella a su vez, lo que provocó alguna que otra situación incómoda o divertida. Por otro lado, no había renunciado todavía a su vestuario terrestre completo. Mantenía su chaqueta de cuero y sus converse rojas como parte de su vestuario que combinada con prendas que le habían facilitado: un pantalón bombacho, botas negras de cuero y un suéter marrón. Y para el frío, un cuello de lana de cryslam y un abrigo del mismo material.

Entre todo eso, no conseguía quitarse algo de la cabeza. Deseaba volver a ver a Valkyon. Pero parecía como si se hubiera esfumado y... no se atrevió a preguntar, pensando que Gardienne malinterpretaría su interés.

"No te engañes, de malinterpretar nada. Quieres volver a verle y si te estrecha de nuevo entre sus brazos pues... mejor que mejor".

¿Se podía tener aprecio a alguien en sólo unas horas? ¿En sólo dos conversaciones? Scarlett no se fiaba de su percepción. Había sido una chica volátil hasta que un coma etílico la hizo ver las cosas de otra manera. Había conseguido cambiar ciertas cosas en los últimos dos años... Como diferenciar entre que alguien te guste y sentirte perdidamente enamorada. Qué subnormal había sido. Y autodestructiva. Se había querido matar emborrachándose porque su último novio de entonces la había dejado por otra. Estúpida y niñata. Desde entonces, no había tenido relaciones con nadie. Algún polvo en un coche con alguien que la ponía bruta pero... nada más. Se había desengañado del amor eterno que te vendían las películas y las novelas románticas. Y... ahora no sería capaz de reconocerlo aunque se lo pusieran delante de las narices.

Among us [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora