Capítulo 27

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(Imagen: JalynBryce en Pixabay.com)

[¡Hola eldary@nos! Seguro que ya pensábais que no habría capítulo esta semana.

Aquí lo tenéis muahahaha xD

Cuidaros mucho y gracias por estar ahí detrás <3]

Ezarel

Observó la gota caer dentro del tubo con la sangre de Scarlett. De verdad esperaba que el resultado fuera positivo porque sino... su magnífica teoría de que sólo podían acceder por el portal de setas los humanos con restos de sangre fae se iría al garete. Los dos minutos y medio que tardó en reaccionar la sangre al agua purificada y la gota extraída del propio cristal de Eldarya, estuvo sin apartar la vista. Suspiró con alivio al ver que la mezcla se volvía azul, indicando que había ascendencia fae para, después, observar con estupefacción cómo se tornaba en dorada. Agitó el vial con ganas, esperando que fuera alguna reacción extraña por la refracción lumínica del sol a su espalda y que eso hiciera que viera el contenido de ese color, en vez de azul. Si la humana no hubiera tenido nada de fae, la mezcla se hubiera quedado de color rojo, ya que el poder del cristal no habría reaccionado a la sangre. Las burbujitas creadas por el movimiento danzaron dentro del cristal, como riéndose de él con su secuencia de piruetas. Apretó los dientes. Otra complicación más, rebufó para sí mismo. Estuvo tentado de tirar el contenido a la basura y no enseñárselo a nadie como había hecho con el vial de Gardienne. Después de todo, estaba solo en el laboratorio. Su parte más racional se impuso, cuando hacía meses lo había hecho la emocional. ¿Y si esto podía ayudar de alguna manera a reparar el cristal roto? ¿Y si no era una coincidencia que cuando el cristal que sustentaba el orden del mundo fae estaba a punto de quebrarse, aparecieran una aengel y una dragona procedentes del mundo humano? Con brusquedad, introdujo el vial en un bolsillo oculto de su pechera y salió raudo a buscar a Miiko.

Scarlett

Cuando despertó, la noche había caído sobre el C.G. Se rebulló entre las mantas, casi aplastando a Blue, que soltó un gruñido bajo de inconformismo. Quería seguir durmiendo, olvidar que alguna vez había acabado en el reino fae. Hacía tiempo que no pensaba en volver a casa, pero ahora... La añoraba como nunca antes. Un sollozo se abrió paso por su garganta y lo reprimió con fuerza. Tenía que admitir que, por muy fuerte que quisiera hacer pensar a la gente que era, no estaba llevando bien los continuos cambios y altibajos de su nueva vida. Un peso hizo hundirse el colchón a su lado y notó cómo le quitaban la manta de la cabeza con suavidad.

- Ey, pequeña. - Los ojos azules la observaron en la casi completa oscuridad de la habitación.

- Lance. - Murmuró, secándose las lágrimas que se habían escurrido por sus mejillas con vergüenza. - ¿Qué... qué estás haciendo aquí? -

Se fijó estúpidamente en que era la primera vez que lo veía vestido con otra ropa que no fuera el uniforme. Aunque, debido a la poca luz, no podía ver demasiado bien los detalles de los tejidos.

- Me enteré de que estabas aquí. - Le señaló él crípticamente.

- Gardienne te avisó, más bien. - La sonrisa ladeada fue respuesta suficiente. - No hace falta que te preocupes por mí. Estoy bien. - Refunfuñó, ovillándose.

- Dijo la chica con las mejillas surcadas de lágrimas. -

- Qué poético. -

- Soy un macho culto e instruido. Podría llegar a ser un gran poeta. - Bromeó él, mientras pasaba la mano por los mechones oscuros de ella esparcidos por la almohada. De súbito, le cogió el rostro para que lo mirara en un gesto ya habitual en él. - No vas a ir a ninguna parte. - La tranquilizó él. - No lo permitiré. - Gruñó instantes después, casi hablando consigo mismo.

Among us [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora