(Imagen: kummod en Pixabay.com )
[¡Buenas, eldary@nos! Os soy sincera, acabo de terminar el capítulo. No me he quedado muy contenta con el resultado y siento que estoy, inconscientemente, alargando escenas y, en general, la historia. Como os dije, me gusta recrearme pero creo que me estoy pasando y, encima, esta semana he ido de culo para escribir el capítulo que tocaba.
Caos.
Pero no pasa nada, simplemente deciros que si es más flojo este capítulo, comprendedlo, por favor.
Hay veces que entro en bloqueos o me quedo sin ideas o, simplemente, surgen escenas en mi cabeza que no tenía previstas pero que necesito sacar y escribir.
Las aventuras de Scarlett van a continuar, no os preocupéis, sólo espero no tener que hacer una pausa para poder seguirla.
Gracias por esperarme y estar ahí.
Un abrazo a tod@s y cuidaros mucho. ]
Scarlett
Se despertó con la boca completamente seca y con la cancioncilla ya tan familiar en la cabeza. Era la típica música que se pone la gente para hacer yoga y, sí, era relajante, pero eso no significaba que quisiera estar escuchándola 24/7. Gruñendo, se dio la vuelta sobre el lecho de paja, sintiendo cómo algunos trozos se clavaban en su ropa y le pinchaban el cuero cabelludo. Como un buen colchón de viscoelástica...
Se incorporó y los grilletes tintinearon suavemente. El brillo azulado iluminaba la estancia, recordándole a los ojos de Lance. Se moría de sed. No estaba segura de cuánto tiempo había dormido, tal vez podría charlar con el tal Brutt a ver si la sacaba de sus interrogantes y, de paso, sacar información que quizás le fuera útil. Justo cuando abrió la boca para llamar al ogro, se oyeron unas pesadas botas bajando por las escaleras. La cantarina voz de Cameria retumbó por toda la bodega.
Scarlett se levantó de un salto, ansiosa y trató de escuchar la conversación que estaba teniendo la dríada con Brutt. El silencio repentino y unos pasos pesados que se perdían en la distancia precedieron a la entrada de Cameria en la estancia sumida en penumbra. Scarlett apretó los barrotes con fuerza sin darse cuenta y sonrió.
- Cameria, me han... -
- Ya. Brutt se ha ido, le he hecho creer que tenía un descanso mientras te traía la comida. - Efectivamente, la dríada portaba una bandeja con víveres en la mano derecha que dejó en el suelo. En la izquierda, las llaves de las celdas.
- ¿Cómo has conseguido las llaves? -
- Mi encanto personal. - Bromeó la dríade. - Me las dio Mandos. No está muy de acuerdo con la capitana y no es el único. - Se encogió de hombros.
- Increíble. Me trató como a chusma... Bueno, en realidad siempre lo ha hecho. - Musitó Scarlett mientras salían andando con paso largo hacia las escaleras.
- Sabe guardarse muy bien sus verdaderas intenciones, no se lo tengas en cuenta. - Farfulló la dríade, subiendo escalones.
- Ya veo, ya. Bueno, por lo que veo no todo el mundo está de acuerdo con mi encarcelamiento preventivo.
- Claro que no. A Elibeta se le ha ido un poco la cabeza con el tema... - Cameria se detuvo un momento para explicarle: - Los dragones están en los camarotes de la cubierta superior. Hay que darse prisa y llegar hasta ellos para que Elibeta no vuelva a... Bueno, a tomar decisiones que no le corresponden. - Gruñó entre dientes su amiga.
Estaban a punto de llegar a la cubierta cuando se oyó un gran estruendo al otro lado de la puerta que separaba la bodega. Lo siguiente, indudablemente, fue el rugido de un fae, al parecer, muy enfadado.
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Among us [TERMINADA]
RomanceLance está harto de luchar por recuperar su sitio en la Guardia de Eel y ha tomado una filosofía de vida más zen. Valkyon no sabe cómo reaccionar ante su hermano que ha vuelto completamente cambiado. A eso se le suman sus responsabilidades como Gua...