Victoria Potter tiene una felicidad a medias ama a sus siete esposos, pero el espacio que él ocupaba seguía doliendo, cuando sintió un corazón dejar de latir el mundo se detuvo jamás volvió a ser completamente feliz, pero por una extraña sensación n...
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. . . Victoria
Llego a casa exhausta esa semana había trabajado turnos dobles casi todo los días pasaba muy poco tiempo en casa, pero lo poco que pasaba la hizo preocupar los chicos actuaban muy raro y casi siempre ocultaban pergaminos cuando llegaba; estaba que se moría por saber que pasaba, pero había prometido no entrar en sus mentes sin permiso y no quería invadir su espacio.
<<Estamos en el jardín>>
<<Gracias Rey, me ducho y voy>>
Al salir le sorprendió ver a toda su familia reunida y una muy embarazada Hermione que se lanzó a sus brazos apenas cruzó la puerta sentía como su sobrino daba pataditas para hacerse notar.
- Ya te extrañamos, eres una mala tía.
- Nosotras también. - exclamó Pansy que la abrazo fuerte ya se notaba su pequeña pancita.
- Esta semana fue larga en el hospital, prometo visitarlas más seguido y a mi sobrino y sobrina. ¿Qué tal cuatro ojos?
- Ahí vamos, Herms me vuelve loco con sus antojos. - eso último lo susurró.
- TIAAAAAAA.
- ¿Cómo está mi consentida?
Una hermosa niña rubia de tres años se lanzó a sus brazos y la lleno de besos Victoire Weasley la hija de Bill y Fleur llevaba el nombre por agradecimiento a que la salvo cuando nació, había sido un parto complicado. Vio a sus padres que sostenían a su segunda hija Dominique que salió toda una Weasley pelirroja, pero igual de hermosa como una veela.
Un llanto interrumpió los besos de Vic, Tonks venía con un pequeño metamorfogo de dos años que apenas la vio cambio su pelo a rojo y ojos color chocolate, también se lanzó a sus brazos y le lleno de besos el rostro.
Cenaron entre bromas y muchas risas adoraba a su familia y más a sus hermosos sobrinos que no se despegaban de ella, pero igual se sentía desdichada siempre le faltaría su Cedric y por más que trataba de ver sólo lo positivo no podía, ese hueco seguiría estando ahí. Desde que lo había perdido en ese maldito torneo nunca volvió a ser completamente feliz vivió mucho tiempo haciendo todo por inercia, culparia siempre a Dumbledore por ello maldito viejo manipulador tenía suerte de haber muerto porque su vida iba a ser un infierno de lo contrario; pero más culpable se sentía ella y el recordatorio constante era el señor Diggory y sus aulladores que sin falta llegaban todos los días durante los últimos diez años incluso se sintió culpable por el divorcio de los Diggory que, aunque ahora la señora estaba felizmente casada con Arthur la culpa estaba allí.
- ¿Tía? - la voz de Teddy la saco de su pequeña burbuja de depresión.
Sintió que pasaba su pequeña manito por su rostro, limpiaba las lágrimas que no se había dado cuenta derramaba.