Capítulo 26

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|Fuego y gemidos|
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|Fuego y gemidos|

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Edward

Se encontraba en su habitación viendo por la ventana, estaba algo triste Tori no le había dicho nada sobre vivir con ellos, aunque capaz la noticia de los Vulturi hizo que se olvidara de su petición, pero no lo hacía menos doloroso.

Luego de la declaración de Charlie todos estuvieron muy molestos, ahora tenía sentido la visión de Alice, lo más probable ella fue junto a los Vulturi; Tori les dijo que ya no era problema de ellos, si ella se metía con ellos simplemente la mataría.

Sentía pena por Charlie, él en serio adoraba a su hija, era su culpa todo lo que ocurría y por como lo veía un padre quedaría sin su hija y sería nada más su culpa.

- Hijo, no te mortifiques, también me duele lo que pasa con Bella, pero ella tomo sus decisiones no podemos hacer nada. - Carlisle entró a su habitación, se coloco junto a él mirando por la ventana.

- Si yo no la hubiera hecho mi novia ella sería alguien normal.

- Bella es una persona normal, quisiste ser feliz y pensaste que era con ella, eso no es pecado, sabes que tiene una obsesión contigo y la inmortalidad. No importa si tu no te acercabas lo más probable te hubiese perseguido.

- Solo quiero ser feliz con Tori y todos ustedes.

- Lo se y lo seremos, tenemos a la reina con nosotros, estaremos bien, es Bella la que debe preocuparse hijo, solo disfruta de tu alma gemela.

Se quedaron en silencio, solo observando los árboles.

- ¿Acaso no piensas llevar nada contigo?. - Tori lo miraba desde la puerta.

¿En que momento había llegado? Ni siquiera la escucho.

- Los dejo solos chicos.- Su padre abandono la habitación rápidamente.

- No entiendo.

- A casa Cedward, vivirás conmigo. - Soltó como si no fuera la gran cosa.

- ¿Qué?. - No podía articular palabras, sentía una enorme emoción en mi pecho que hasta sentía su corazón latir.

- DESPABILA HERMANITO O ME IRE YO CON ELLA.

La voz de Emmett retumbó en toda la casa.

- ¿L-oo dice-es en se-erio?

Los demás estallaron en risas por toda la casa.

Sentía tanta felicidad que quería llorar, la tomo en brazos y la hizo girar por toda la habitación.

- ¿Creías que te diría que no? Los chicos hasta te dieron tu día, lo tendrás que compartir, pero hoy dormiremos tu y yo solos, cortesia de Cris.

- Te amo mi reina.

La beso con amor y desesperación, la quería hacer suya, sabía que podía lastimarla, pero no aguantaba las ganas de sentirla. Sintió un gancho y se tambaleó un poco al tocar el piso.

- Iremos por tus cosas mañana.

Victoria lo empujó y cayó sobre una cama, se veía radiante, tenía leves destellos que la hacían más hermosa de lo que ya era.

Se dejó llevar sin importar nada, rápidamente la dejó abajo, la tomo de los muslos con una fuerza un poco más de lo normal.

- AAAGH, nn-oo te contengas, sanare. Hazme tuya Cedric.

Lo dijo con una voz tan sensual, que perdió por completo su autocontrol.

Le rompió el vestido y todos los botones salieron volando, tenía un conjunto negro demasiado sexi. Beso cada pedazo de piel desde la punta de su pies hasta sus labios, se restregaba lentamente sobre su ropa interior.

Victoria apretó con fuerza su miembro que logró emitir un gemido mezclado con gruñido.

- Vaya, creo que mi dragona quiere a su oveja.

- Por favor Ced, hazme tuya ahora.

Se desnudaron por completo entre besos y gemidos. Victoria tembló al sentir su piel fría, ella era cálida y hacia que su miembro se endureciera cada vez más.

Se introdujo en ella con lentitud, mientras ella apretaba con fuerza las sábanas. Empezó a moverse con lentitud, mientras ambos emitían gemidos de placer.

Un recuerdo lo golpeó

- Más rápido Tori, quiero sentirte más.

Victoria se encontraba encima de él, aún estaban vestidos, ella tenía un hermoso vestido blanco y él un traje negro. Estaban en la sala de los herederos en un sofá.

- A sus ordenes esposo mio, te móntare toda la noche.

Fin del recuerdo.

- Recuerdo nuestra noche bodas en el sofá.

Victoria la miro con amor y lujuria. Se introdujo más en ella y la escucho soltar un gemido más fuerte. Empezó a embestida con más rapidez, era gemidos, toques, besos y desesperación.

Cada vez iban más rápido y sentía no era suficiente.

Ya perdieron la cuenta de las horas que estaban en esa habitación, la mitad de sus muebles estaban destruidos. Tori lo miro y sus ojos estaban en llamas azules, se prendió por completo y los rodeó a ambos, por primera vez sentía calidez dentro suyo luego de mucho tiempo; dio una última embestida y terminó dentro suyo, el fuego azul dio un estallido y lleno por completo la habitación, era algo hermoso de ver.

Sentía mucho sueño, eso no podía ser.

- Te amo Ced.

- Te amo Tori.

Todo se volvió oscuro.

Todo se volvió oscuro

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Fuego y Sangre | HP y CREPÚSCULODonde viven las historias. Descúbrelo ahora