|¿Hermanos?|
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Victoria
Los días eran muy agradables en la nueva casa, decidieron pasar unos días sólo estudiando la zona sin hacerse notar, le causó algo de exasperación ver que había muchos cambiaformas en el lugar eran unos metiches, a Sam y Remus no les hizo mucha gracia.
- Los odio. - exclamó Remus.
- ¿Por qué? - preguntó Dylan.
- Ellos no conocen la existencia del mundo mágico no son considerados lo suficientemente mágicos sólo tienen un leve residuo, pero son tan creidos y se hacen llamar hombres lobos. - explicó.
- Leí mucho sobre ellos y por disputa con los vampiros fueron expulsados del mundo mágico porque no respetaban los tratados y querían matarlos a todos. Ahora existe sólo tres tribus en todo el mundo y son recelosos por su territorio. - continuó Sam.
- Estuve leyendo y todo es de Victoria, la Push le pertenece, en realidad casi todo el pueblo, se nota que Helga era buena amasando propiedades. - explicó Sirius leyendo los pergaminos que estaban en la casa.
- Por supuesto quise hacer un santuario aquí, pero con Hogwarts me fue complicando y la gente empezó a llegar, pero los documentos de propiedad están ahí. - exclamó Helga desde su cuadro. - Mi reina no esta desamparada.
- Gracias, eso debemos verlo pronto por si quieran poner inconvenientes que estemos aquí. - comenté. - También hay un grupo de vampiros, Rey los rastreo hasta el otro lado del bosque.
- Me encantaría ver uno. - Fred se veía entusiasmado.
- Mejor no te acerques mucho hasta que hable con ellos.
- Claro mi amor. - dejó un beso en su labio. - Mañana iremos a ver un local para la tienda.
Los gemelos querían abrir una tienda muggle de bromas y fuegos artificiales, pero hacían trampa ya que algunos tenían pociones no era nada que los expusiera por eso lo había dejado.
- Sirius, Charlie, Cris y yo iremos a la comisaría para conseguir trabajo. - exclamó Dean.
- ¿Charlie? - exclamamos todos.
- Me parece emocionante y Dean me ayudará. - se encogió en su asiento.
- Yo abriré mi gimnasio, Dylan me va a ayudar en su tiempo libre. - comentó Sam. - Mañana buscaré local.
- Lo planearon todo a mi espalda - acusé.
- Si. - exclamaron.
Los días fueron de ese modo los chicos prepararon todo para la inauguración de las tiendas, Sirius, Charlie y Cris ya eran policías luego de usar un poco de magia en el jefe Swan, como se aburría en casa decidió por fin salir y recorrer el pueblo, se había negado a salir porque de vez en cuando volvía ese aroma que tanto añoraba y dentro suyo crecía una felicidad cada vez que lo olía no había contado nada porque se iban a preocupar que estuviera perdiendo el juicio, pero lo contrario a lo que se creía ya no quería llorar sólo quería disfrutar el aroma y conocer a la persona que le estaba dando paz y color a su vida sin siquiera saberlo.
- Buen día ¿Jefe Swan?
- Buen día ¿Señorita?
- Victoria Potter a su servicio.
- AAAH, vienes a ver a tu papá y hermanos.
Levanté varios tapper que traje con comida para ellos, el jefe la llevo hasta donde estaban los chicos haciendo trabajo de oficina se veían demasiado sexis con esos uniformes.
¿Cómo terminó con dos padres y hermanos?
Los chicos le comunicaron que en el nuevo hogar dirían que eran hermanos y que Sirius y Remus los adoptaron era la cosa más rara que había escuchado, pero se habían negado rotundamente a otra solución por lo menos en la casa podían vivir como parejas le parecía muy raro todo, pero bueno no había de otra.
- Llegó la comida. - grité entrando.
- SIIIII. - gritaron los cuatro.
Ni siquiera la saludaron directamente le quitaron la comida y fueron a una pequeña mesa que tenían en el fondo.
- Jefe hay suficiente para todos. - exclamó Sirius con la boca llena de comida.
Se acercó lentamente hasta ellos y lo vio servirse un poco.
- Esto es una maravilla hace mucho no como algo tan bueno. - exclamó. - ¿Puedo adoptarte?
- Es mi hija, pero puedes ir a comer a casa.
- Me alegro que les gustará, pasé junto a los demás y están con todo para inaugurar.
- No podremos ir, tenemos turno. - exclamó Cris.
- ¿Por los asesinatos?
- Si, es demasiada gente y debemos estar atentos es en el pueblo vecino, pero los mandaré para que estén atentos en la noche. - exclamó el jefe. - Gracias por la comida.
- No es nada Jefe Swan.
- Llámame Charlie me hace sentir viejo que me digas Swan. Tu padre me dijo que eres doctora, ¿Te interesa trabajar?
- Me encantaría.
- Hay vacante en el hospital ¿Puedes ir mañana?
- Ahí estaré, muchas gracias Charlie.
Salió de la comisaría mucho más feliz le agradaba saber que podía ejercer en el pueblo, a primera hora estaría en el hospital. Busco algunas tiendas para comprar vestidos para la inauguración no tenía ganas de ir al mundo mágico inglés por algún vestido de Herms, estar en ese pueblo la hacia feliz y un vacío se instalaba en su pecho cuando imaginaba irse de allí; había muy pocas tiendas, pero igual entro en una que parecía buena lastimosamente eran vestidos muy sencillos nada como lo que ella usaba.
- ¿Nada que te guste?
Una hermosa chica que parecía esculpida por los mismos dioses le devolvía una sonrisa hermosa, no tenía latido, una vampiro caminando entre humanos eso era raro, pero olía a flores y no tenía olores malos.
- No, suelo ser muy llamativa.
- Soy Rosalie Cullen, no te había visto antes.
- Victoria Potter, me acabo de mudar en el castillo que está en el bosque.
- Vaya siempre me pregunté quien sería el dueño.
- Me enteré recientemente y vine con mi familia.
- Aquí no vas a encontrar vestidos muy llamativos, debes salir al otro pueblo.
- Es una lastima buscaré algo en mi armario ya no me va a dar tiempo, un gusto conocerte Rosalie espero verte pronto.
- El gusto es mío, espero verte.
Le había caído muy bien le intrigaba saber su naturaleza sus ojos eran dorados todo lo contrario a los vampiros que había visto sus ojos eran rojos por la sangre que bebía, al parecer ese pueblo tenía muchos secretos, vampiros y lobitos falsos.
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Fuego y Sangre | HP y CREPÚSCULO
FanficVictoria Potter tiene una felicidad a medias ama a sus siete esposos, pero el espacio que él ocupaba seguía doliendo, cuando sintió un corazón dejar de latir el mundo se detuvo jamás volvió a ser completamente feliz, pero por una extraña sensación n...