El partido había terminado hace ya un día, Draco ni siquiera había querido salir de su habitación, muchos tal vez lo tomarían como un acto exagerado, pero no era así, y Adhara lo sabia.
Miro los largos ventanales de cristal verde, que daban vista a las profundidades del lago negro. Era difícil creer que varias criaturas habitaran allí, y que incluso se dejaran ver. Se pregunto cómo sería ser aprisionado en un lago y que te vieran a través de un cristal, horneado lentamente por largos años por el despiadado sol, o al menos sus rayos, capaz de ver al exterior. Por otra parte pensó en Draco, el viento agitando los árboles verdes justo enfrente de las personas, lanzarte una y otra vez a la pared invisible que sella herméticamente todo lo que es real, vivo y necesario, hasta que finalmente sucumbes: chamuscado, exhausto, abrumado por la imposibilidad de lo que te concierne, y un maldito padre que te exige lo imposible hasta el cansancio.
Vio salir a Crabbe y Goyle de su habitación, realmente lucían frustrados, una nueva pregunta se apodero de ella. ¿Abriría Draco su corazón ante ella? Una clase de abuso emocional se apoderaría de el, ya lo había hecho antes, cuando eran pequeños y su padre no le permitía salir al jardín, o el que no le dejara tener amigos que no hubiesen sido criados con el mismo pensamiento retrograda que la mayoría de magos sangre pura compartía.
- No quiere hablar con nadie, no te recomendaría que lo intentes.
- ¿Qué tan peligroso podría ser?
- Escucha Ad, nos conocemos desde niños, y conocemos a Malfoy también, aun así no sabemos si seria capaz de hacerte algo, esta enojado consigo mismo, dudo mucho que te quiera escuchar.
Adhara aclaro su garganta.
- Se que podre hacer algo..tal vez pueda hacer que llore por horas sobre mi hombro, creanme, es un chico bastante sensible.
Sin más, camino hacia las habitaciones de los varones, con evidente petulancia, cuidadosa de que nadie le vea, aparte de todo; valoraba su ingenio, sus calificaciones, y esas no se verian afectadas por un pequeño entrometido que se le cruzara en el camino, asi que lo hizo a hurtadillas.
Cuando se encontro frente a la puerta de nogal negro, con una placa color plata tallada con aquel nombre que tantos problemas y angustias le habia causado, hizo uso de su deliberada determinación, no dudo en entrar por muy "peligroso" que fuese.
Abrio la puerta en silencio, sin que pudiera escucharle y cerrandola tras sus espaldas, aunque para su mala suerte, la puerta al cerrarse emitio un chirrioso sonido con la traba puesta.
Estaba oscuro, muy oscuro, lo unico que se reflejaba eran pequeños rayos de luz, que llegaban hasta lo profundo del lago causando suaves destellos lumínicos de color verdoso en toda la habitación.
- ¿¡NO FUI LO BASTANTE CLARO!? - gritó, estaba recostado sobre su cama, cubierto por las sedosas sabanas esmeraldas, jugando con sus anillos mientras en su rostro se mantenia una mueca de evidente odio. - ¡CREÍ HABER DICHO QUE QUERIA ESTAR SOLO!
- Ese tono no me corresponde a mi supongo, cuida tu lenguaje y se más gentil, el mundo aun no se ha acabado. - dijo ella con tranquilidad, divagando por la habitación hasta llegar a la pequeña estanteria de libros, tomando uno.
Ignorando los sonoros gruñidos de Draco, se recosto a su lado tocando suavemente la pasta del libro hasta abrirlo.
- ¿Y bien? ¿Qué ocurre?
- Largo.
- Esa no era la respuesta que esperaba pero bueno. Lo preguntare una vez más. ¿Qué oc..
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"Hay una estrella que nos une por encima de las almas comunes."|𝕯𝖗𝖆𝖈𝖔 𝕸.
FanfictionAl igual que un pájaro de origami, Draco Malfoy es frágil e incapaz de volar libremente. Eso es hasta que su pequeño pájaro de papel aterriza accidentalmente en las palmas de Adhara Riddle.