"Hay una estrella que nos une por encima de las almas comunes."|𝕯𝖗𝖆𝖈𝖔 𝕸.

Capitulo 24

Los días siguientes se contaron entre los peores que Adhara pasó en Hogwarts.

Lo más parecido que había experimentado habían sido aquellos meses, cuando estaba en tercero y le habian dado la noticia de que su madre habia fallecido. Le parecía que podría haber soportado la actitud del resto del colegio si hubiera vuelto a contar con la ayuda de su madre. Sin embargo, ahora no se sentía tan sola, claro que recibía desprecio de todas las casas, pero solo por unas partes, el resto de alumnos la vitoreaban, aludían y elogiaban, y si, era asfixiante.

Era capaz de entender la actitud de los de Hufflepuff, aunque no le hiciera ninguna gracia, porque ellos tenían un campeón propio al que apoyar.

Pero quien más la pasaba mal era Harry, el habia esperado que los de Ravenclaw encontraran tantos motivos para apoyarlo a él como a Cedric. Pero se había equivocado: la mayor parte de los de Ravenclaw parecía pensar que él se desesperaba por tener más fama logrando burlar al caliz.

Además estaba el hecho de que Cedric y Adhara quedaban mucho mejor que él como campeón. El era extraordinariamente guapo, con la nariz recta, el pelo moreno y los ojos grises, y ella era excepcionalmente bella, cabello negro, cuerpo delgado y ojos verdosos. Aquellos días no se sabía quién era más admirado, si Cedric, Adhara o Viktor Krum.

Fleur no tenia muchos admiradores, tal vez por el tono desdeñoso y la actitud exasperante que tenia para todo, ni a su propio colegio le emocionaba la idea de que ella fuese su campeona.

Adhara llegó a ver un día a la hora de la comida que las mismas chicas de sexto que tanto interés habían mostrado en conseguir el autógrafo de Viktor Krum, le pedían a Cedric que les firmara en las mochilas.

Y el dejaba que cualquiera se le acercara, más las chicas, sin molestia alguna. ¡A el no le importaba, lucia muy feliz!

Cuando, después de comer, Adhara y Draco llegaron a la puerta de la mazmorra de Snape, se encontraron a los de Slytherin que esperaban fuera a Harry y Hermione, a Adhara no le gusto mucho la idea de Draco, pero este insistio; cada uno de los Slytherin debia llevar una insignia bien grande en la pechera de la túnica.

Todas mostraban el mismo mensaje en caracteres luminosos plateados, que brillaban en el corredor subterráneo apenas iluminado:

Apoya a ADHARA RIDDLE:
¡La AUTÉNTICA campeóna de Hogwarts!

-¿Te gustan, Potter? -preguntó Malfoy en voz muy alta, cuando Harry se aproximó-. Y eso no es todo, ¡mira!

Apretó la insignia contra el pecho, y el mensaje desapareció para ser reemplazado por otro que emitía un resplandor verde:

POTTER APESTA.

Los de Slytherin berrearon de risa. Todos apretaron su insignia hasta que el mensaje POTTER APESTA brilló intensamente por todos lados. Harry notó que se ponía rojo de furia.

-¡Ah, muy divertido! -le dijo Hermione a Pansy Parkinson y su grupo de chicas de Slytherin, que se reían más fuerte que nadie-. Derrochan ingenio.

Ron estaba apoyado contra el muro con Dean y Seamus. No se rió, pero tampoco defendió a Harry.

-¿Quieres una, Granger? -le dijo Malfoy, ofreciéndosela-. Tengo montones. Pero con la condición de que no me toques la mano. Me la acabo de lavar y no quiero que una sangre sucia me la manche.

Adhara esta vez si rio.

La ira que Harry había acumulado durante días y días pareció a punto de reventar un dique en su pecho. Antes de que se diera cuenta de lo que hacía había cogido la varita mágica. Todos los que estaban alrededor se apartaron y retrocedieron hacia el corredor.